29 enero, 2009

La cleptocracia

Hace cuatro años, se calculaba que la corrupción en el mundo alcanzaba cifras siderales. Unos 300 mil millones de dólares. El equivalente a las reservas de divisas de China. Poco menos de la mitad del plan anticrisis del Presidente Obama.

La corrupción aceitaba a miembros de gobiernos. Funcionarios que perdieron en algún lado el traje de moralidad que se necesita vestir en el servicio público.

Los corruptores eran, por lo general, empresas grandes, transnacionales, ávidas de contratos millonarios: carreteras, represas, hidroeléctricas, hospitales; cosas grandes, bocados jugosos.

El aceite de la coima lubricaba con fruición conciencias y bolsillos en países desarrollados, pero, sobre todo, funcionaba muy bien en países pobres. Alta viscosidad, alto rendimiento.

La tarifa internacional era - y en muchos casos sigue siéndolo- "el 10%".

La Agencia Transparencia Internacional recopiló algunos datitos de la coima internacional. Una planta incineradora en Alemania, 13 millones de dólares en sobornos; un proyecto hidroeléctrico en la frontera de Argentina y paraguay, 1,870 millones de dólares en pagos debajo de la mesa; una planta nuclear en Filipinas, 17 millones de dólares en comisiones.

Los ejemplos abundan y asquean. No hay país inmune a la corrupción. Aunque sería mejor decir: no hay gobierno inmune a la corrupción.

Porque son los gobiernos y sus funcionarios –administradores temporales de los recursos públicos- los ratones que roen el queso que con esfuerzo producen todos los connacionales.

Esta gente-basura es incapaz de pensar en la política como un acto de servicio a los demás. Entiende la política como la oportunidad para el asalto a la caja fiscal a plena luz del día.

Usan trajes elegantes para colarse en los vericuetos de la administración pública, pero en realidad, esta inmudicia humana, vive desnuda de honor; deambula calata de moral. Por eso exhibe sus miserias y colgajos sin pudor. Deja rastros por donde va; sus huellas están en todas partes. No le importa si lo escuchan. O si lo están grabando.

Uno o dos pericotes haciendo negocio con el Estado es el costo que engendra la especie humana en toda la tierra. Pero un sistema corrupto desde el poder que deja operar a los miserables con absoluta impunidad; que desarrolla grandes proyectos pensando no en beneficio de la gente, sino en la "coimisión" que la obra dejará en sus bolsillos sin fondo, es otra cosa.

Un gobierno que roba en todas direcciones; que tiene funcionarios armando negocios, animando proyectos; que coordina megaproyectos públicos con intereses privados; un gobierno que aceita granjerías a cambio de comisiones; tiene otro nombre. Aquí en todas partes, eso se llama: cleptocracia.

23 enero, 2009

RDC: el regreso

Raúl Diez Canseco Terry acaba de celebrar sus 61 años. Lo hizo con una concentración popular, de la mano de Luciana, su nueva, joven, linda e inteligente esposa.

El cumpleaños fue la excusa para lo que -a todas luces- fue el anuncio de su reentre en la política. Particularmente, nunca tuve dudas de que Raúl regresaría.

Es un hombre joven. Para la política, para la vida y para todo orden de cosas, en general. Ha recompuesto su familia nuclear y puede demostrar éxitos empresariales.

Aunque no ha dicho si se lanzará a la presidencia, su propuesta fue la síntesis de un programa de gobierno: elevar la inversión pública a niveles internacionales, masificar el idioma inglés, implementar un programa rural informático y capacitar a los maestros.

También propuso invertir más en programas de salud preventiva y en infraestructura básica, así como mejorar la seguridad y vivienda en los sectores más pobres del país.

RDC celebró su cumpleaños haciéndose un regalo: formar un movimiento político propio: El Pueblo Emprende.

El Perú es un país de sorpresas y ya sabemos que en política nadie muere.

Raúl tuvo un paso fulgurante en el gobierno del presidente Toledo. Su entusiasmo y capacidad de organizar equipos hicieron de él un vicepresidente de empuje, entusiasta y trabajador.

Hasta que le pusieron la puntería. Y le descubrieron una relación amorosa que escandalizó a la hipócrita sociedad. Y se corrió el rumor de una leyenda negra.

Todo eso terminó el día que Raúl decidió casarse con Luciana. Ahora, parece haber recuperado el brío y entusiasmo inicial.

En silencio se ha curado las heridas y hasta parece más joven. Como dijo una señora “Luciana ha achibolado a Raúl”. El amor rejuvenece, quiso decir.

Ahora falta ver si el pueblo compra la historia rosa de Raúl y Luciana. Y si la centro- derecha aguanta a un inquilino más en ese denso y tugurizado lugar del espectro político.

20 enero, 2009

Obama: entre la esperanza y el estoicismo: “Tenemos que levantarnos y sacudirnos el polvo”

(AP) Discurso del presidente estadounidense, Barack Obama, durante la ceremonia de su toma de posesión celebrada hoy en Washington.

Ciudadanos:

Vengo aquí hoy con humildad por la tarea que nos espera, agradecido por la confianza que nos conceden, consciente de los sacrificios soportados por nuestros ancestros. Agradezco al presidente Bush por su servicio a nuestra nación, así como la generosidad y cooperación que ha mostrado durante esta transición.

Cuarenta y cuatro estadounidenses han prestado el juramento presidencial. Las palabras han sido pronunciadas durante oleadas de creciente prosperidad y las aguas quietas de la paz. Sin embargo, de vez en cuando el juramento ha ocurrido entre nubarrones y tormentas furiosas. En estos momentos, Estados Unidos de América ha perdurado no sólo por la capacidad o visión de quienes ocupan altos cargos, sino porque nosotros el pueblo hemos permanecido fieles a los ideales de nuestros fundadores, y fieles a nuestros textos fundacionales.

Así ha sido. Así debe ser con esta generación de estadounidenses. Que estamos en medio de una crisis es ya bien sabido. Nuestra nación está en guerra, contra una poderosa red de violencia y odio. Nuestra economía está muy debilitada, una consecuencia de codicia e irresponsabilidad de algunos, pero también de nuestro fracaso colectivo en no adoptar decisiones difíciles ni preparar a la nación para una nueva era. Se han perdido casas; se han reducido empleos; han cerrado compañías. Nuestro sistema médico es demasiado costoso; nuestras escuelas desatienden a numerosos estudiantes; y cada día trae nuevas evidencias de que las maneras en que consumimos la energía fortalecen a nuestros adversarios y amenazan a nuestro planeta.

Estos son indicios de crisis, sujetos a estadísticas. Menos cuantificable pero no menos profunda es la pérdida de confianza en nuestro país - un insistente temor de que el declive de Estados Unidos es inevitable, y que la próxima generación debe disminuir sus expectativas.

Hoy les digo que los retos que enfrentamos son reales. Son serios y son muchos. No se superarán fácilmente ni en poco tiempo. Pero sepan esto, Estados Unidos - los superaremos.

Hoy, nos reunimos porque escogimos esperanza en lugar de miedo, unidad en lugar de conflicto y discordia.

Hoy, venimos a proclamar el fin de las quejas nimias y las falsas promesas, las recriminaciones y dogmas gastados, eso que por demasiado tiempo ha estrangulado nuestra política.

Seguimos siendo una nación joven, pero en las palabras de las Escrituras, ha llegado el momento de dejar de lado las cosas infantiles. Ha llegado el momento de reafirmar nuestro espíritu duradero; de escoger nuestra mejor historia; de transmitir ese valioso obsequio, esa noble idea, que pasa de generación a generación: la promesa divina de que todos somos iguales, todos somos libres y todos merecen una oportunidad de buscar su mayor proyecto de felicidad.

Al reafirmar la grandeza de nuestra nación, entendemos que grandeza nunca es una certeza. Debe obtenerse. Nuestra travesía nunca ha sido por atajos ni aceptando menos de lo justo. No ha sido la senda para los débiles de corazón - para quienes prefieren el placer antes que el trabajo, o sólo buscan los placeres de la riqueza y la fama. Al contrario, la ha sido para los arriesgados, los emprendedores, los hacedores - algunos reconocidos pero en su mayoría hombres y mujeres anónimos en sus trabajos, que nos han llevado por el camino largo y accidentado hacia la prosperidad y la libertad.

Por nosotros, empacaron sus escasas pertenencias y atravesaron océanos en busca de una nueva vida.

Por nosotros, se esforzaron en fábricas explotadoras y colonizaron el oeste de Estados Unidos, soportaron el látigo y labraron la dura tierra.
Por nosotros, lucharon y murieron, en lugares como Concord y Gettysburg; Normandía y Khe Sanh.

Una y otra vez, estos hombres y mujeres se esforzaron y sacrificaron hasta excoriarse las manos para que pudiéramos tener una mejor vida. Vieron a Estados Unidos como mayor a la suma de nuestras ambiciones individuales; mayor que todas las diferencias de nacimiento, riqueza o facciones.

Esta es la senda que seguimos hoy. Seguimos siendo la nación más próspera y poderosa de la Tierra. Nuestros trabajadores no son menos productivos que cuando comenzó la crisis. Nuestras mentes no son menos inventivas, nuestros bienes y servicios no son menos necesarios que la semana pasada, el mes pasado o el año pasado. Pero nuestro momento de parálisis, de proteger mezquinos intereses y postergar decisiones desagradables - ese momento con seguridad ha pasado. Desde hoy, necesitamos levantarnos, sacudirnos el polvo, y comenzar nuevamente la labor de rehacer a Estados Unidos.

Dondequiera que vemos, hay trabajo por hacer. El estado de la economía pide acciones, audaces y rápidas, y actuaremos - no sólo para crear empleos nuevos, sino para establecer bases nuevas para crecer. Construiremos las vías y los puentes, las redes eléctricas y las líneas digitales que nutren a nuestro comercio y nos unen. Daremos a la ciencia su debido puesto, y aplicaremos las maravillas de la tecnología para mejorar la calidad de nuestra atención médica y reducir su costo.

Aprovecharemos el sol, el viento y la tierra para abastecer nuestros autos y operar nuestras fábricas. Y transformaremos nuestras escuelas y universidades para que satisfagan las necesidades de una nueva era. Podemos hacer todo esto. Y haremos todo esto.

Ahora, hay algunos que cuestionan la magnitud de nuestras ambiciones - quienes sugieren que nuestro sistema no puede tolerar demasiados planes grandes. Su memoria es corta. Han olvidado lo que este país ya ha hecho; lo que hombres y mujeres libres pueden alcanzar cuando la imaginación se junta con el bien común, y la necesidad con el valor.

Lo que los cínicos no entienden es que el suelo se movió bajo los pies - que las estériles discusiones políticas que nos han consumido por tanto tiempo ya no son vigentes. La pregunta que formulamos hoy no es si nuestro gobierno es demasiado grande o demasiado pequeño, sino si funciona - si ayuda a las familias a hallar trabajos con salarios decentes, atención médica a precios accesibles, una jubilación digna. Cuando la respuesta sea sí, planeamos seguir adelante. Cuando la respuesta sea no, los programas terminarán. Aquellos que manejamos fondos públicos tendremos que rendir cuentas - para gastar acertadamente, reformar malos hábitos y realizar nuestras funciones a la luz del día - porque sólo entonces podemos restaurar la confianza vital entre un pueblo y su gobierno.

Tampoco la pregunta ante nosotros es si el mercado es una fuerza para el bien o para el mal. Su poder de generar riqueza y expandir libertades no tiene igual, pero esta crisis nos ha recordado que sin un ojo vigilante, el mercado puede perder el control - y que una nación no puede prosperar prolongadamente cuando favorece solamente a los prósperos. El éxito de nuestra economía siempre ha dependido no sólo del tamaño de nuestro producto interno bruto, sino del alcance de nuestra prosperidad; de nuestra capacidad de extender la oportunidad a cada corazón dispuesto - no por caridad, sino por ser la ruta más segura a nuestro bien común.

En cuanto a nuestra defensa común, rechazamos por falsa la disyuntiva entre nuestra seguridad y nuestros ideales. Nuestros padres fundadores ... nuestros padres fundadores, ante riesgos que apenas podemos imaginar, redactaron una carta para garantizar el estado de derecho y los derechos del hombre, una carta acrecentada por la sangre de generaciones. Esos ideales aún iluminan al mundo, y no renunciaremos a ellos sólo por comodidad. Así que para todos los otros pueblos y gobiernos que están viendo hoy, desde las grandes capitales a la pequeña villa donde nació mi padre: sepan que Estados Unidos es un amigo de cada nación y cada hombre, mujer y niño que busca un futuro de paz y dignidad, y que estamos listos para liderar una vez más.
Recuerden que generaciones anteriores enfrentaron el fascismo y comunismo no solamente con misiles y tanques, sino con sólidas alianzas y convicciones duraderas.

Entendieron que nuestro solo poder no puede protegernos, ni nos da el derecho a hacer lo que nos plazca. En cambio, sabían que nuestro poder crece a través de su uso prudente; nuestra seguridad emana de la justedad de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo, las cualidades temperamentales de humildad y compostura.

Somos los responsables de este legado. Guiados por estos principios una vez más, podemos enfrentar estas nuevas amenazas y pedir un esfuerzo aún mayor - incluso más cooperación y comprensión entre naciones. Comenzaremos a dejarle responsablemente Iraq a su gente, y a forjar una bien ganada paz en Afganistán. Con viejos amigos y antiguos enemigos, trabajaremos incansablemente para aminorar la amenaza nuclear, y revertir el espectro de un planeta que se calienta. No ofreceremos disculpas por nuestro estilo de vida, ni tampoco titubearemos en su defensa, y para quienes buscan alcanzar sus metas provocando terror y asesinando inocentes, les decimos que nuestro espíritu es más fuerte y no puede ser roto; no pueden durar más que nosotros, y los derrotaremos.

Sabemos que lo diverso de nuestro patrimonio es una fortaleza, no una debilidad. Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos e hindúes - y ateos. Estamos marcados por cada idioma y cultura, extraídos de cada rincón de la Tierra; y porque hemos probado el amargo sabor de la guerra civil y la segregación, y emergimos de ese capítulo oscuro más fuertes y más unidos, estamos bien ciertos de que los viejos odios algún día pasarán; que las líneas tribales pronto se disolverán; que al hacerse el mundo más pequeño, nuestra humanidad se emancipará; y que Estados Unidos debe jugar su papel en anunciar una nueva era de paz.

Para el mundo musulmán, buscamos un nuevo camino, basado en interés mutuo y respeto mutuo. A aquellos líderes en el mundo que buscan crear conflictos, o responsabilizar a Occidente por los males de sus sociedades - sepan que su pueblo los juzgará por lo que puedan construir, no por lo que destruyan. A aquellos que se aferran al poder a través de corrupción, engaño y silenciando a la disidencia, sepan que están en el lado equivocado de la historia; pero que extenderemos la mano si están dispuestos a abrir el puño.

A la gente de los países pobres, les prometemos que trabajaremos con ustedes para que sus granjas florezcan y fluyan aguas limpias; para nutrir a cuerpos privados de comida y alimentar a mentes hambrientas. Y aquellas naciones como la nuestra que disfrutan de abundancia relativa, les decimos que ya no pueden seguir indiferentes al sufrimiento más allá de las fronteras; ni tampoco podemos consumir los recursos del mundo sin pensar en las consecuencias. El mundo ha cambiado, y debemos cambiar con él.

Al evaluar el camino que nos espera, recordamos con humilde gratitud a esos valientes estadounidenses que, en este preciso momento, patrullan desiertos lejanos y montañas distantes. Ellos tienen algo que decirnos, así como los héroes caídos que yacen en Arlington susurran a través de los tiempos. Los honramos no sólo porque son guardianes de nuestra libertad, sino porque encarnan la vocación de servicio; la disposición de hallar significado en algo más grande que ellos mismos. Y sin embargo, en este momento - un momento que definirá nuestra generación - es precisamente este espíritu el que debe habitar en todos nosotros.

Por mucho que el gobierno pueda hacer y deba hacer, es definitivamente la fe y la determinación del pueblo estadounidense en las que descansa esta nación. Es la bondad de albergar a un extraño cuando los diques ceden, la entrega de trabajadores que prefieren reducir sus horas antes de ver a un amigo perder su empleo, lo que nos ayudará a ver durante nuestras horas más oscuras. Es el valor del bombero para subir por una escalera llena de humo, pero también la voluntad de un padre para criar a un hijo, lo que finalmente decide nuestro destino.

Nuestros retos pueden ser nuevos. Los instrumentos con los que los enfrentaremos pueden ser nuevos. Pero esos valores sobre los que depende nuestro éxito - trabajo arduo y honestidad, valor y justedad, tolerancia y curiosidad, lealtad y patriotismo - son antiguos. Estos valores son verdaderos. Han sido la fuerza silenciosa de progreso durante nuestra historia. Lo que se exige entonces es un regreso a esas certezas. Lo que se espera de nosotros ahora es una nueva era de responsabilidad - un reconocimiento, de parte de cada estadounidenses, de que tenemos deberes con nosotros mismos, con nuestra nación y el mundo, deberes que no aceptamos a regañadientes sino con alegría, firmes en la convicción de que no hay nada más satisfactorio al espíritu, más definitivo para nuestro carácter, que entregar nuestro todo a una tarea difícil.

Este es el precio y la promesa del civismo. Esta es la fuente de nuestra confianza - el conocimiento de que Dios nos llama para moldear un destino incierto. Este es el significado de nuestra libertad y nuestro credo - por qué hombres y mujeres y niños de cada raza y cada credo pueden unirse en celebración a lo largo de esta magnífica plaza, y por qué un hombre cuyo padre hace menos de 60 años no podía ser servido en un restaurante local, puede ahora presentarse ante ustedes para prestar el juramento más sagrado.

Así que celebremos este día recordando quiénes somos y cuánto hemos recorrido. En el año del nacimiento de Estados Unidos, en el mes más frío, un pequeño grupo de patriotas apiñados en campamentos a orillas de un río congelado. La capital estaba abandonada. El enemigo avanzaba. La nieve estaba manchada de sangre. En un momento cuando el resultado de nuestra revolución estaba en la mayor duda, el padre de nuestra nación ordenó que estas palabras fueran leídas a la gente:
"Que se le diga al mundo futuro ... que en la profundidad del invierno, cuando nada sino la esperanza y la virtud podían sobrevivir ... que la ciudad y el país, alarmados ante un peligro común, avanzaron para enfrentarlo".

Estados Unidos, ante nuestros peligros comunes, en este invierno de nuestras dificultades, recordemos estas palabras atemporales. Con esperanza y virtud, enfrentemos una vez más estas corrientes heladas, y soportemos las tormentas por venir. Que los hijos de nuestros hijos puedan decir que cuando nos pusieron a prueba nos negamos a terminar este recorrido, que no nos regresamos ni vacilamos; y con los ojos fijos en el horizonte y con la gracia de Dios sobre nosotros, llevamos ese gran obsequio de libertad y lo entregamos sin riesgos a generaciones futuras.
Gracias. Dios los bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América.

19 enero, 2009

Economía: Sale Lucho, entra Lucho

Era un secreto a voces. Un desalentado ministro de Economía, Luis Valdivieso, recorría desde hacía semanas, domicilios, oficinas y clubes empresariales, pidiendo apoyo; el presidente García le había puesto límite a su paso por el MEF.

Lucho (Valdivieso) era conciente que con un presidente preocupado por el bajón en su popularidad por el aumento de precios de los alimentos y la crisis externa, existía el riesgo de soltar la caja y gastar ineficientemente a tontas y locas.

Durante toda su vida de funcionario internacional había aprendido, por el contrario, a ajustar la caja. No era, pues, un ministro “anticiclíco”. Todo lo contrario. Su fortaleza era amenguar, disminuir, frenar el gasto.

García entraba en trompo cada vez que le pedía acelerar los desembolsos. Pero, no sólo García se había cansado de este hombre de andar lento y buenas maneras, sino los propios empresarios.


Recuérdese que fue la CONFIEP la que lo puso contra la pared al criticar la lentitud y pasividad del gobierno ante la crisis económica mundial. A los pocos días salió el Plan Anticrisis. Sin llegar a madurar del todo, Alan cogió las cifras y armó un discurso en minutos.

Lucho no pudo evitar que García saliera a dictar los titulares. No hubo tiempo de coordinar con el BCR. El mismo se quedó callado en la conferencia de prensa.

Ahora el otro Lucho (Carranza) ya sabe lo que tiene que hacer.

Sólo tiene que comprarse un lapicero y firmar la chequera a manos llenas.

Tiene 20 mil millones de soles para “Gastos de Inversión” del Presupuesto General 2009 y 10 mil millones de soles más del Plan Anticrisis para gastar.

Carranza es el hombre que el presidente García necesita para romper la caja fiscal. La pieza que falta ya casi está resuelta. La contralora ad hoc ya pasó la primera valla. La fiscalización esta controlada.

Al Presidente le encanta gastar, sin control (literalmente). Y este Lucho, de eso, sabe mucho.

18 enero, 2009

García sobre Giampietri: “confio en su lealtad”

El presidente de la República Alan García ha calificado de “ridícula” la hipótesis de una conspiración liderada por su primer vicepresidente, Luis Giampietri, que involucraba utilizar los servicios privados de una o varias empresas de seguridad en sociedad con elementos operativos de La Marina para penetrar el círculo de poder del gobierno, encontrar indicios de corrupción, divulgarlos y generar tal caos político que devendría en un pedido de vacancia presidencial.

Excepto el último capítulo, todos los elementos de este “thriller político” se realizaron.

Un operativo secreto acordado entre la Fiscal de la Nación y el presidente de la República encontró a personal activo de Conrainteligencia de La Marina trabajando para una empresa de seguridad -Business Track- dirigida por un alto oficial retirado de La Marina, amigo del Primer Vicepresidente de la República.

Los blancos hasta ahora conocidos son: el secretario general de la Presidencia, Luis Nava Guibert, Abel Salinas hijo, el ex ministro aprista Remigio Morales Bermúdez, el empresario dominicano Fortunato Canaán, el abogado César Nakazaki, el presidente de la Organización de Estados Iberoamericanos, Ignacio López Soria, y los periodistas Alfredo Marcos y Alfredo Barnechea.

¿Qué tienen en común todos estos personajes? Si sacamos al abogado Nakasaki de la lista, veremos que todos los demás están directa o indirectamente relacionados con el jefe del Estado. Funcionarios, ex funcionarios, la mayoría con acusaciones de malos manejos en el pasado, exceptuando a los periodistas Marcos y Barnechea.

“Tengo de Luis Giampietri un concepto, una idea muy clara: es un hombre honesto, positivo y confío en su lealtad”, dijo hoy el presidente García echando abajo las especulaciones sobre un complot urdido desde el propio centro del poder.

“Hay quienes han supuesto que aquí había toda una conspiración para echar al gobierno y dejar a él (Giampietri) como presidente, esa hipótesis me parece ridícula, y a él también le parece ridícula”, remarcó.

“Yo confío en Luis Giampietri”, dijo, al tiempo de mencionar que como integrante de la Marina, el primer vicepresidente pudo conocer a Ponce Feijoo como a muchos otros, pero ello no lo (involucra) en ningún acto ilegal de chuponeo y conspiración”, agrega la nota de la Agencia Andina.

El vicepresidente puede respirar tranquilo. El jefe del Estado lo ha respaldado públicamente sin dudas ni murmuraciones. El argumento central del thriller político se desmorona, aún antes de que las investigaciones concluyan. La cúpula del poder está intacta. ¿Les gusta este final?

14 enero, 2009

Control de daños y orejas calientes

El presidente García decidió sacar el sable y cortó ayer la cabeza del contralmirante Elías Ponce Feijoo, al degradarlo mediante resolución suprema.

Se removió también al jefe de Contrainteligencia de la Marina, capitán de navío AP Rogelio Fernández del Castillo –dos de cuyos agentes operativos trabajaban para Ponce Feijoo-, y se anuncia que en las próximas horas sería relevado al mismísimo director de inteligencia de la Marina, contralmirante AP Pedro García Llaque.

Es una reacción samurai. De un plumazo ha descabezado el nervio central de la inteligencia peruana asentada en la Marina de Guerra del Perú, la unidad de inteligencia mejor preparada del país. Ha pasado del teléfono intervenido al teléfono roto.

García ha seguido las instrucciones de Sun Tzu: severidad en los castigos para asegurar la disciplina, el control y el liderazgo. Inspira temor y te respetarán.

Ha desarticulado a un grupo de poder que no sólo espió a operadores de negocios cercanos como Rómulo León en el tema de los Petroaudios.

Ponce Feijoo metió su nariz también en el nido del águila; mandó a chuponear a Alfredo Marcos, asesor político-comunicacional de García. ¿Por órdenes de quién?

El brazo operativo que permitió descabezar esta red público-privado entre elementos de inteligencia de La Marina y empresas privadas, ha sido un órgano policial, la DINANDRO.

El coronel Miguel Hidalgo, jefe de DINANDRO, es hombre del presidente de la República. Su labor ha sido reconocida por el jefe del Estado en declaración pública.

Los muchachos del general Hidalgo siguieron y grabaron a elementos de contrainteligencia de La Marina, durante meses.

La información que iban obteniendo fue manejada en estricto secreto.

Sólo otro hombre podía conocer este trabajo; el jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), coronel PNP Héctor Beltrán Lora, ex edecán del presidente García y también hombre de su entera confianza.

Por lo tanto, es muy probable que el Presidente García haya conocido ¿desde cuando? detalles de este operativo policial.

El 15 de diciembre de 2006 Ponce Feijoo fue ratificado en el grado de contralmirante en una resolución suprema firmada por el presidente García. Hoy, el Presidente García le retira el grado.

El amigo del primer vicepresidente ha caído en desgracia. No hay quien lo defienda. Su caída remece a la Marina de Guerra del Perú.

El propio vicepresidente tiene que efectuar su control de daños. Ya habló con el presidente y los ministros. Pero no ha podido impedir los cambios en su “arma” mater.

Es probable que su área de influencia con el presidente haya sufrido una merma. Ya no tendrá el mismo efecto en calentarle la oreja al jefe del Estado. A cambio, se ha fortalecido la del coronel Beltrán, quien seguramente tendrá las orejas calientes, muy calientes.

13 enero, 2009

Giampietri: soy su amigo pero no sé nada

El primer vicepresidente de la República, Luis Giampietri, dio una entrevista al diario EXPRESO. Aunque reconoce su amistad con el almirante (r) Elías Ponce Feijoó, rechaza tener alguna sociedad empresarial con él. Descarta también que haya propuesto a Ponce para el cargo de director de la Dini o que haya ejercido influencia para su ascenso a contralmirante. De las versiones sobre un supuesto complot urdido desde el poder contra el propio presidente Alan García, nones.

–¿Usted es amigo del almirante Ponce Feijoó?
Sí, nunca niego a mis amigos. Conozco al almirante Ponce desde la década de los 80 cuando hicimos en conjunto la guerra antisubversiva contra Sendero Luminoso y el MRTA. Ponce trabajó conmigo un año que estuve en las zonas navales en la parte de Inteligencia en la cual se obtuvieron, entre otras cosas, las capturas de varios miembros importantes de esos grupos terroristas. Después lo he visto esporádicamente.
–¿Tampoco conocía las actividades empresariales de Ponce Feijoó?
Sí conocía las actividades empresariales de Ponce en el sentido de que figuran en su página web. Yo sabía que él hacía limpiezas electrónicas, entre otras cosas, pero eso es lícito.

–¿No tiene usted una sociedad con él en ninguna empresa?

No la tengo. No ha trabajado conmigo en nada particular, no tenemos ninguna relación. El señor (Fernando) Rospigliosi ha dicho que él ha trabajado para mí en la primera vicepresidencia. Le he remitido una carta al presidente del Consejo de Ministros para que certifique que no existe una oficina de la primera vicepresidencia. No tengo oficina ni en Palacio ni en ninguna otra parte. Entiendo que en el gobierno de Toledo sí hubo esta oficina, pero a mí no me la asignaron.
En esa misma carta –también se la he dirigido al presidente del Congreso– le pido a ambas instituciones me oficialicen si yo he contratado al almirante Ponce bajo cualquier modalidad de contrato. Lo que ha dicho Rospigliosi es totalmente falso y en su momento él tendrá que responder sobre esa falsedad.
Ya el Congreso me ha respondido señalando que en los registros del Congreso no obra contrato de ninguna modalidad ni requerimiento de contrato del contralmirante Elías Ponce Feijoó.

–¿Usted propuso a Ponce para el cargo de director de la Dirección Nacional de Inteligencia (Dini)?
Es totalmente falso por dos razones. En primer lugar lo que sí propuse, antes de que fuese primer vicepresidente de la República –y lo hice a través de la Comisión de Transferencia que presidió Luis Gonzales Posada– es que se mantenga en el cargo al almirante Julio Raygada como jefe de la Dini. Y esta propuesta se la dije también al presidente de la República.

–¿Por qué pidió la continuidad de Raygada?
Porque considero que es uno de los pocos oficiales de la Fuerza Armada que es especialista en Inteligencia. Tiene mucho criterio y una capacidad predictiva muy amplia. Esta propuesta para que Raygada siga al frente de la Dini la hice también en la Comisión de Inteligencia del Congreso. Al final, la decisión política fue poner en el cargo al coronel EP Héctor Bertrán.
Otra razón es que creo que el almirante Ponce era un buen elemento operativo pero que aún tenía un camino por recorrer para ser un ejecutivo.

–¿Conoce a Giselle Gianotti?
A ella la conocí porque es hija de un ex oficial médico de la Marina ya fallecido y, en segundo lugar, porque en algún momento yo recibí una información de Inteligencia, a principios de mi función, en la cual se hablaba de las Casas del ALBA y de los grupos Bolivarianos. Fue Gianotti quien me hizo una presentación en power point sobre el tema y ella, cual asesora, se dedicaba a proyectar las diapositivas. Luego no la volví a ver.
Le digo esto porque esta información fue divulgada por un miembro de la Comisión de Inteligencia del Congreso al exterior.
–Pero los miembros de esa comisión han juramentado mantener en secreto todo lo que se trata en ese grupo de trabajo.
Así es, señor, y salió el nombre de quiénes estaban y qué empresa había hecho la presentación.

–¿Quién filtró esa información?
Saquen ustedes sus propias conclusiones. A veces los que mucho hablan no cumplen sus propios juramentos.
Después de esa cita propuse una reunión en el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas –que fue organizada por el CCFFAA– para que tuvieran conocimiento del tema porque creí que las personas interesadas de la seguridad principal del Estado debían tomar conocimiento de la magnitud de lo que podía significar las Casas del ALBA y los grupos Bolivarianos.

–¿Usted sólo sugirió la reunión o también la organizó?
Yo sólo la sugerí. Ellos la organizaron y citaron a la gente. Yo envié como veedor de esta reunión, para que sacara un resumen, a mi asesor César Augusto Vidal.

–¿Cuando se realiza esta reunión en el Comando Conjunto Giselle Gianotti asiste como representante de Business Track o de otra empresa?
De otra empresa. No fue como representante de Business Track. Y no puedo revelar más porque he hecho un juramento de reserva.

–¿Usted sabía qué tipo de trabajo realizaba Gianotti?

En absoluto.

–Se ha dicho que usted propuso el ascenso posterior al retiro del almirante Ponce, ¿qué responde?
Cuando el almirante Ponce se retira de la Marina se va porque había ascendido. Se fue con el grado de contralmirante pero el gobierno de Paniagua le quita el grado arguyendo que había trabajado con Ibárcena Amico. Le quitaron el grado a pesar de que ya tenía su carta de ascenso.
Entonces él va al Poder Judicial, interpone un recurso y lo gana. Y el gobierno de Toledo firma y ordena que se le devuelva el grado, cosa que no se lleva a cabo.
Él sigue su juicio durante el gobierno del presidente Alan García, que es el que dispone que se acate el mandato judicial de reposición porque, si no, se incurría en desacato.
Es decir, la resolución de reposición es del 2002, con lo cual el señor Rospigliosi vuelve a mentir. El propio gobierno para el cual Rospigliosi trabajó ordenó la reposición. Para mentir y comer pescado, hay que tener cuidado.

–¿Utilizaría su poder político para defender amigos suyos que incurran en actos ilegales?
De ninguna manera, la amistad tiene un límite. Soy amigo de muchas personas, sin embargo, ello no me compromete en modo alguno en lo que cada persona pueda hacer en su vida privada o bajo su responsabilidad.

–¿Qué piensa de que se hable de que elementos activos de la Marina estén involucrados en actos de 'chuponeo'?
No creo que las instituciones se hagan en base a los actos de las personas que las componen. Las instituciones son mucho más grandes que eso. (FV)

“Hay una campaña”
–¿Evalúa interponer acciones legales contra Rospigliosi?

Estoy estudiando esa posibilidad. Primero, espero que ante las evidencias que planteo en esta entrevista él se rectifique. De no hacerlas evaluaré qué acciones tomar.

–¿Cree que hay una campaña para desprestigiarlo y a qué obedecería esto?
Evidentemente que sí. Primero tratan de mostrarme en un nivel de poder y de maquinación que no tengo. Yo he sido una persona que sigo luchando en contra de la izquierda. Hoy en día muchos medios están en manos de ellos, particularmente La República y La Primera.
En La República tengo dos personas que han escrito sobre mí hace 22 años. Se van a jubilar ya escribiendo sobre mí. Ellos son Ángel Páez y Edmundo Cruz, quienes se alternan para atacarme.

10 enero, 2009

Chuponeos y devaneos conspirativos

El presidente se refirió ayer al caso de los chuponeadores en dos momentos. El primero, en un colegio estatal, donde los llamó “malditos”, “mercachifles” y “conspiradores contra la democracia”. El segundo, horas más tarde, en la ceremonia de condecoración al Cardenal Cipriani. Allí, en tono molesto y con una pizca de misterio dijo: “Hemos empezado a poner las cosas en su sitio… especialmente desde ayer”.

¿A qué se refería? ¿A quién, quiénes o qué estaba poniendo en su sitio? ¿Y por qué precisamente desde ayer? ¿Qué había ocurrido ayer?...

El presidente se refería, sin duda, al espectacular operativo de la Fiscalía de la Nación que permitió descubrir a BUSSINNES TRACK, empresa de seguridad –integrada por marinos en retiro y actividad- dedicada aparentemente al ilícito negocio de las interceptaciones telefónicas, el espionaje industrial y la comercialización de conversaciones de personajes políticos.

El operativo de intervención realizado por la DINANDRO (policía especializada en acciones antidrogas), los llevó hasta una casa donde funcionaba un centro de operaciones de contrainteligencia de la Marina de Guerra del Perú.

¿Qué tiene que ver el gobierno y concretamente el Presidente de la República en un operativo judicial que depende de un órgano autónomo como es el Ministerio Público? ¿Y por qué este hecho revelaría la decisión del Jefe del estado de poner las cosas en su sitio? ¿A quién estaba tratando de devolver a su lugar el Presidente García?

Por el momento, hay más preguntas que respuestas en el acertijo presidencial: ¿Fueron los petroaudios parte de un complot o una conspiración política para traerse abajo no sólo el gabinete Del Castillo, sino al propio presidente de la República?

¿Se ha puesto en su sitio acaso a un poder enquistado en el propio seno del poder que utiliza elementos y equipos de la armada –en este caso la Marina de Guerra- en beneficio sabe Dios de qué oscuros intereses?

¿Será cierta la versión de que el jefe de la DINANDRO, Miguel Hidalgo, había sido removido por el actual ministro del Interior y reincorporado por el propio Presidente de la República? ¿Conocía el jefe del Estado del operativo realizado contra el contralmirante Elías Ponce Feijóo y sus socios?

¿Se ha colocado en su sitio a quienes en diciembre de 2006 trataron de impresionar al Presidente García presentándole una exposición en power point sobre un posible atentado contra Palacio de Gobierno?

¿Fue alertada la embajada de los Estados Unidos por su agente encubierta Giselle Giannotti cuando señaló que conocía de planes para atentar contra el presidente García en noviembre de 2006 y mayo de 2007?

¿Qué relación existe entre esta agente de la CIA, las empresas de seguridad, los marinos en retiro y actividad, el órgano de inteligencia de La Marina -la DINTEMAR-, y el primer vicepresidente Luis Giampietri? ¿Infeliz coincidencia nada más?

Los USB, discos duros y los materiales requisados por la Policía pueden entregarnos pistas para saber si aquí hubo sólo un vulgar chuponeo mercantil que operaba en un mercado negro de compra y venta de información -en el que los medios de comunicación actuaban como piezas de ajedrez- o si en algún momento el juego se enredó con devaneos conspirativos del más alto nivel.

08 enero, 2009

Tragicomedia gubernamental en siete actos

El presidente García se está pasando de vueltas. Desde hace buen tiempo, viene exhibiendo una absoluta falta de coherencia en el manejo de los asuntos públicos.

Son errores propios del presidente, pero nadie parece decírselo con claridad.

Y allí tenemos al Premier Yehude Simon que sale con su cara de buenote a disculpar y enmendar los gazapos presidenciales.

Las marchas y contramarchas en el aumento de sueldos a los ministros es un caso de antología.

Primer Acto: el presidente García dispone aumentar del sueldo a sus ministros y homologarlos con el sueldo de los congresistas, publicando un dispositivo en el Diario Oficial que lo exceptúa a él de la medida.

Doble error: el presidente es quien encabeza la escala remunerativa del sector público y, además, dicho aumento no estaba contemplado en el presupuesto del 2009.

Segundo Acto: Se inicia una ola de crítica en la prensa. El presidente responde tirándole la pelota al Congreso y exigiendo que sean los congresistas quienes primero se rebajen los sueldos.

Tercer Acto: El ministro de Defensa, Antero Flores, sale a defender el aumento con el argumento de que lo que gana (5,000 dólares) no le alcanza para vivir.

Cuarto Acto: La crítica continúa. El alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, afirma que el aumento es inoportuno e incongruente con la crisis que se avecina.

Quinto Acto: Los ministros se rinden, se reúnen en la Presidencia del Consejo de Ministros y le piden por escrito al presidente que derogue el dispositivo que les aumentó los sueldos.

Sexto Acto: El presidente acepta y, por escrito nuevamente, los felicita por el gesto noble “de no aceptar el aumento aprobado”.

Séptimo Acto: El presidente brinda con vino en sesión del Consejo de Ministros la derogatoria de su propio dispositivo firmado y publicado 48 horas antes.

La escena termina sin que nadie le pida rendición de cuentas a quien se equivoca, al actor que no sólo ha confundido el libreto, sino que se sale de él de manera vertiginosa.

El presidente se ha quedado falto de rumbo. Trastabillea en las tablas. Pasa de una argumentación a otra con una facilidad increíble.

Ha contagiado a sus ministros, especialmente al de Defensa.

En este gobierno ya no se puede hacer un seguimiento del “día a día”, sino de “la hora en hora”.

Todo cambia, todo muta.

Pero nada es responsabilidad del Bem Amado. El presidente no se equivoca; corrige sus acciones.