31 octubre, 2008

De lobby y de lobos


El lobby es una actividad prima hermana del cubileteo. Ejecutada dentro de la ley es una práctica habitual y, en ciertos casos, hasta necesaria. Lo fue, por ejemplo, para el país en las negociaciones ante senadores y representantes de los Estados Unidos. El Perú contrató una reconocida empresa de lobby que cobró un ojo de la cara por sus servicios. No por nada Washington DC es también conocida como la capital del lobby. Y esta herramienta de gestión no sólo está regulada por ley, sino que opera con libertad y transparencia. Cada representante está obligado a señalar y mostrar públicamente los grupos de interés que representa o que quizás colaboraron con su campaña.

El lobby es, entonces, una suerte de profesión liberal acorde con el estilo del libre pensar y actuar de la sociedad norteamericana. Es en suma, un mecanismo de presión mediante cual un grupo de personas influyentes se organiza para defender sus intereses.

Pero el lobby es también un choque de fuerzas, un sistema de pesos y contrapesos, entre los poderes públicos y fácticos. Un juego entre los poderes establecidos -Ejecutivo, Legislativo, Judicial- y los poderes constituidos -los empresarios, los sindicatos, la Iglesia, los medios de comunicación-. Hay, por lo tanto, gente especializada en hacer sentir el poder que unos tienen sobre otros para conseguir determinados objetivos. Por eso, el lobby es también un arte.

Salvando la diferencia que tenemos con el sistema anglosajón, lo más parecido en nuestro caso sería el cabildeo, esa vieja práctica heredada en la que las cosas se conseguían merodeando y ganándose el favor en la cortes virreynales, primero y republicanas después. Un sistema comercial proteccionista como el implantado en La Colonia no podía rendir más frutos, sino en base a privilegios, prebendas o gollerías obtenidos mediante pequeñas o grandes corruptelas.

Mantener las normas, crearlas con nombre propio, adecuarlas o torcerlas, según convenga, implicaba la existencia de un sistema viciado en sus formas. La ley del embudo, ni más ni menos. Nació así una costra llamada mercantilismo; una vieja forma de entender y depender de los favores del Estado.

De esa misma madera podrida proviene ese líquido oleaginoso que sirve para “aceitar” al funcionario público y conseguir cosas. Ocurre en diferentes niveles y planos de la administración pública y privada: desde el somnoliento secretario que suelta el expediente por unos soles, hasta el importador que consigue la rebaja del arancel para determinado producto, pasando por el periodista mermelero que merodea por todas partes. Cual deporte nacional, se resbala ante el untuoso y mágico producto llamado coima.

Por eso, la corrupción es vista hoy en día como el principal problema de este gobierno. Es la percepción del momento, según las encuestas. Y es también una de las razones de la furia que se desata en estos días. No hay nada más irritante para el ciudadano que ver cómo se roba desde el Estado. Abajo, el pueblo no diferencia el lobby de la coima. A quienes defienden sus intereses aceitando funcionarios se les dice coimeros. Y a los hombres públicos que son descubiertos, se les llama simplemente delincuentes de cuello y corbata. Un mal de siempre, lamentablemente.

26 octubre, 2008

Diario El País editorializa sobre la corrupción en el Perú

A escasas horas de la visita de los Reyes Juan Carlos y Sofía a nuestro país, el más influyente diario de España publica un editorial que ejemplifica la repercusión internacional que empieza a tener el "Petrogate", el mayor escándalo de corrupción detectado en este gobierno.

(El País 26/10/2008) Sombras sobre Perú. El fantasma de la corrupción acosa de nuevo a un Gobierno del presidente Alan García. El Perú al que hoy llegan los Reyes mantiene en los últimos años tasas de crecimiento económico entre el 7% y el 9%, la pobreza disminuye, pero su situación política es cada vez más atribulada. El presidente Alan García, que visitó nuestro país en enero pasado y ha sabido presentar a Perú como el paraíso de la seguridad jurídica y de las oportunidades para los inversores -que España encabeza con un 32% del total-, está en horas bajas.

Su cota de popularidad no supera el 20% y sigue descendiendo, mientras se dejan oír ominosos ecos de la venalidad que asoló su primer mandato entre 1985 y 1990.

Forzado por un escándalo de corrupción, García se ha visto obligado hace una semana a cambiar a su jefe de Gobierno, Jorge del Castillo. Lo ha reemplazado por el antiguo izquierdista radical Yehuda Simon, que se ha labrado reputación de honradez y eficacia como gobernador provincial. Del Castillo tuvo que dimitir por la concesión fraudulenta de permisos de explotación petrolífera a una compañía noruega, escándalo que se ha llevado también por delante al ministro de Energía y al jefe ejecutivo de Petroperú.

El caso ha sido destapado por un vídeo pirata que se pasó en televisión, en el que aparentemente funcionarios del partido gobernante, APRA, reciben sobornos para adjudicar contratos. Muchos peruanos, según muestran las encuestas, temen que el histórico APRA no se haya curado en absoluto de su pasado de corrupción, un pasado que García, que ganó por estrecho margen las elecciones de 2006, juró que no volvería a repetirse.

El nombramiento de Simon, antiguamente vinculado al Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, y que estuvo en los años noventa en la cárcel por sus actividades político-guerrilleras, ha sido criticado por dirigentes del APRA. Y es una carta arriesgada para García, prácticamente sin margen de maniobra, que de no salir bien puede complicar enormemente la segunda mitad de su presidencia. La oposición tiene mayoría en el Congreso y, pese a la buena situación económica del país andino -aunque los datos oficiales de inflación sean difíciles de creer-, los peruanos guardan memoria fiel del desastre en todos los órdenes que supuso para su país el primer mandato del actual jefe del Estado. Para complicar las cosas, Sendero Luminoso, reducido hace tiempo a un grupúsculo terrorista, ha protagonizado este mes su más mortífero ataque en años, matando a 15 personas.

24 octubre, 2008

Nicolás Sarkozy: hacia un nuevo equilibrio entre el Estado y el mercado

El 25 de setiembre en Toulon, el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy pronunció un mensaje a la nación en la que con pasión y realismo plantea la nueva situación que vive el mundo. Llama a los franceses a vencer el miedo ante la crisis del sistema financiero, pero sobre todo a pensar diferente; a despojarse de la idea que el mercado por si solo lo puede todo. Sarcozy, actuando como un visionario, aboga por instaurar una nueva relación entre la economía y la política. Vale la pena leerlo:

Señoras y Señores Ministros,
Señoras y Señores Parlamentarios

Si he querido dirigirme esta tarde a los franceses es porque la situación de nuestro país lo exige.
Soy consciente de mi responsabilidad en estas circunstancias excepcionales.
Una crisis de confianza sin precedente desestabiliza la economía mundial. Las grandes instituciones financieras están amenazadas, millones de pequeños ahorristas en el mundo que depositaron sus ahorros en la bolsa ven cómo su patrimonio se descompone día tras día, millones de jubilados que han cotizado en fondos de pensiones temen por su jubilación, millones de hogares modestos viven momentos difíciles por el alza de los precios.
Como en todo el mundo, los franceses temen por sus ahorros, por su empleo y por su poder adquisitivo.
El miedo es sufrimiento.
El miedo impide emprender, el miedo impide implicarse.
Cuando se tiene miedo, no se tienen sueños; cuando se tiene miedo, uno no piensa en el futuro.

Hoy, el miedo es la principal amenaza para la economía.
Hay que vencer ese miedo. Es la labor más urgente. No se vencerá, no se restablecerá la confianza con mentiras, sino diciendo la verdad.
Los Franceses quieren la verdad y estoy convencido de que están dispuestos a escucharla.
Si sienten que se les esconde algo, la duda crecerá.
Si están convencidos de que no se les oculta nada, hallarán en ellos mismos la fuerza para superar la crisis.
Decir la verdad a los Franceses es decirles que la crisis no ha terminado, que sus consecuencias serán duraderas, que Francia está demasiado implicada en la economía mundial como para pensar siquiera un instante que pueda estar protegida contra los acontecimientos que, ni más ni menos, desequilibran el mundo.
Decir la verdad a los Franceses es decirles que la crisis actual tendrá consecuencias en el crecimiento, en el desempleo, en el poder adquisitivo durante los próximos meses.

Decir la verdad a los Franceses es decir, en primer lugar, la verdad sobre la crisis financiera.
Porque esta crisis, sin igual desde los años 30, marca el final de un mundo construido tras la caída del Muro de Berlín y el final de la Guerra Fría.
Ese mundo fue impulsado por un gran sueño de libertad y de prosperidad.
La generación que venció al comunismo había soñado con un mundo donde la democracia y el mercado resolverían todos los problemas de la humanidad. Había soñado con una mundialización feliz que acabaría con la pobreza y la guerra.
Este sueño ha empezado a hacerse realidad: las fronteras se han abierto, millones de hombres han escapado a la miseria, pero el sueño se ha quebrado con el resurgimiento de los fundamentalismos religiosos, los nacionalismos, las reivindicaciones identitarias, el terrorismo, los dumpings, las deslocalizaciones, las derivas de las finanzas globales, los riesgos ecológicos, el agotamiento anunciado de los recursos naturales, las revueltas del hambre.
En el fondo, con el final del capitalismo financiero –que había impuesto su lógica a toda la economía y que había fomentado su perversión– muere una determinada idea de la mundialización.
La idea de la omnipotencia del mercado que no debía ser alterado por ninguna regla, por ninguna intervención pública; esa idea de la omnipotencia del mercado era descabellada.
La idea de que los mercados siempre tienen razón es descabellada.
Durante varios decenios, se han creado las condiciones que sometían la industria a la lógica de la rentabilidad financiera a corto plazo.
Se han ocultado los riesgos crecientes que había que correr para obtener rendimientos cada vez más exorbitantes.
Se han desarrollado sistemas de remuneración que incitaban a los operadores a correr cada vez más riesgos inconsiderados.
Se ha fingido creer que los riesgos desaparecían uniéndolos.
Se ha permitido que los bancos especulen en los mercados en vez de hacer su trabajo que consiste en invertir el ahorro en desarrollo económico y analizar el riesgo del crédito.
Se ha financiado al especulador y no al emprendedor.
No se han controlado las agencias de calificación y los fondos especulativos.
Se ha obligado a las empresas, a los bancos, a las aseguradoras a inscribir sus activos en las cuentas a precios del mercado que aumentan y se reducen en función de la especulación.
Se ha sometido a los bancos a reglas contables que no garantizan la gestión correcta de los riesgos y que, en caso de crisis, agravan la situación en vez de amortiguar el choque.
¡Es una locura y hoy pagamos por ello!
Este sistema donde el responsable de un desastre puede partir con un paracaídas dorado, donde un corredor de bolsa puede hacer perder 5000 millones de euros a su banco sin que nadie se dé cuenta, donde se exige a las empresas rendimientos tres o cuatro veces más elevados que el crecimiento real de la economía, este sistema ha creado profundas desigualdades, ha desmoralizado a las clases medias y ha
fomentado la especulación en los mercados inmobiliarios, de materias primeras y de productos agrícolas.

Pero este sistema –hay que decirlo porque es la verdad– no es la economía de mercado, no es el capitalismo.

La economía de mercado es el mercado regulado, el mercado al servicio del desarrollo, al servicio de la sociedad, al servicio de todos. No es la ley de la jungla, no son beneficios exorbitantes para unos y sacrificios para todos los demás. La economía de mercado es la competencia que reduce los precios, que elimina las rentas y que beneficia a todos los consumidores.
El capitalismo no es el corto plazo, es el largo plazo, la acumulación de capital, el crecimiento a largo plazo.
El capitalismo no es la primacía del especulador.
Es la primacía del emprendedor, la recompensa del trabajo, del esfuerzo, de la iniciativa.
El capitalismo no es la disolución de la propiedad, la irresponsabilidad generalizada.
El capitalismo es la propiedad privada, la responsabilidad individual, el compromiso personal, es una ética, una moral, instituciones.
De hecho, el capitalismo ha posibilitado el extraordinario auge de la civilización occidental desde hace siete siglos.
La crisis financiera que vivimos hoy, mis queridos compatriotas, no es la crisis del capitalismo.
Es la crisis de un sistema que se ha alejado de los valores más fundamentales del capitalismo, que ha traicionado al espíritu del capitalismo.
Quiero decirlo a los franceses: el anticapitalismo no ofrece ninguna solución a la crisis actual.
Reanudar con el colectivismo que tantos desastres provocó en el pasado sería un error histórico.
Pero no hacer nada, no cambiar nada, conformarse con cargar al contribuyente todas las pérdidas y fingir que no ha pasado nada también sería un error histórico.
Mis queridos compatriotas, podemos salir reforzados de esta crisis. Podemos salir y podemos salir reforzados, si aceptamos cambiar nuestro modo de pensamiento y nuestros comportamientos.
Si hacemos el esfuerzo necesario para adaptarnos a las nuevas realidades que se imponen a nosotros. Si actuamos, en vez de padecer.

***
La crisis actual debe incitarnos a refundar el capitalismo en una ética del esfuerzo y del trabajo, a encontrar de nuevo un equilibrio entre la libertad necesaria y la regla, entra la responsabilidad colectiva y la responsabilidad individual.
Tenemos que alcanzar un nuevo equilibrio entre el Estado y el mercado, cuando en todo el mundo los poderes públicos se ven obligados a intervenir para salvar el sistema bancario del derrumbe.
Debe instaurarse una nueva relación entre la economía y la política mediante el desarrollo de nuevas reglamentaciones.
La autorregulación para resolver todos los problemas, se ha acabado.
El laissez-faire, se ha acabado.
El mercado que siempre tiene razón, se ha acabado.
Hay que aprender de la crisis para que no se reproduzca. Hemos estado al borde de la catástrofe, el mundo ha estado al borde de la catástrofe, no podemos correr el riesgo de empezar de nuevo.
Si queremos construir un sistema financiero viable, la moralización del capitalismo financiero es una prioridad.

* * *

Estoy convencido de que el mal es profundo y de que hay que renovar todo el sistema financiero y monetario mundial, como en Bretton Woods después de la II Guerra Mundial.

Así, podremos crear herramientas para una regulación mundial que la globalización y la mundialización de los intercambios hacen necesarias.
No se puede seguir gestionando la economía del siglo XXI con los instrumentos económicos del siglo XX.
Tampoco se puede concebir el mundo del mañana con las ideas de ayer.
Cuando los bancos centrales hacen todos los días la tesorería de los bancos y cuando el contribuyente estadounidense va a gastar un billón de dólares para evitar una quiebra generalizada,¡me parece que la cuestión de la legitimidad de los poderes públicos para intervenir en el funcionamiento del sistema financiero ya no se plantea!
A veces, la autorregulación es insuficiente.
A veces, el mercado se equivoca.
A veces, la competencia es ineficaz o desleal.
Entonces, el Estado tiene que intervenir, imponer reglas, invertir, tomar participaciones, a condición de que sepa retirarse cuando su intervención ya no sea necesaria.
No habría nada peor que un Estado preso de los dogmas, preso de una doctrina rígida como una religión...

20 octubre, 2008

Nuevo paradigma económico y decisiones políticas locales

El mundo asiste a un nuevo paradigma. El libre mercado ha sido puesto en el diván, acusado de no resolver por sí solo todas las cosas. En situaciones de crisis –como se acaba de ver- necesita del Estado.

Estados Unidos y Europa inyectaron miles de millones de dólares y euros del tesoro público a bancos y financieras privados declarados en bancarrota debido al crecimiento desproporcionado de créditos burbuja que se inflaron hasta volverse impagables.

En este nuevo paradigma la política acude en auxilio de la economía, acabando con el reinado del sofisma liberal de que el mercado lo puede todo y que el Estado, lo mejor que puede hacer, es no intervenir en la Economía.

Pero, mientras el debate académico se instala en el mundo, las consecuencias de este nuevo orden se sienten de manera real en el comportamiento de los mercados desarrollados.

Tardará un tiempo recuperar la confianza en el mercado. Mientras eso ocurra, una ola recesiva se instalará en el mundo, esperándose un mayor impacto en nuestros dependientes mercados subdesarrollados, encendiendo el botón de alerta de los tableros polìticos.

El primer mundo comprará menos y nosotros pagaremos los platos rotos. En este escenario, el Perú deberá resolver si aplica una política económica contracíclica –es decir, el Estado suelta dinero para amortiguar la recesión- o, si por el contrario, espera con la billetera cerrada cuidando que no se desboque la inflación.

Inflación o recesión parece ser el dilema.

Agreguemos a ello el factor popularidad presidencial y entenderemos la magnitud del problema.

Si se acelera el gasto público, se calienta la economía y se genera más inflación. Si no se hace nada, nos devorará la recesión y el desborde popular será inminente.

¿Qué ha decido el Presidente García?

Pues algo muy cómodo. Retroceder sus piezas partidarias. Llamar a Yehude Simon. Y dejarlo que asuma y comparta la responsabilidad de enfrentar este dilema político-económico.

La recompensa bien vale la pena: el fracaso y la salida inmediata empujado por la agudización de la crisis… o el éxito en la gestión y la candidatura presidencial asegurada. Es un juego de todo o nada. No hay término medio.

15 octubre, 2008

Obama – Mc Cain: La política en la era digital

Estuve hace unos días en Washington, horas antes del último debate Obama - Mc Cain. Una mujer blanca, norteamericana, me dice que votará por el candidato demócrata. Otra mujer, latina, desconfía de los negros y me confiesa que votará por el líder republicano; es quizás la excepción, pues, la mayoría de latinos que ví -mozos, cocineros, limpiadores, vendedores y miloficios-, confiesan que votarían por Obama, si pudieran hacerlo.

No hay vallas publicitarias en las calles. Al menos no tantas como en latinoamérica. En Virginia, a unos 30 minutos del DC en metro, algunas casas tienen en sus jardines propaganda. La mayoría apuesta por Obama. En los dispenseros de periódicos leo el titular del Washington Post: Obama tiene 10 puntos arriba de Mc Cain. La ventaja se acentúa conforme llega la última confrontación televisiva.

¿Qué ha pasado? ¿cómo se explica el fenómeno Obama? Hace no más de 40 años, los negros luchaban por reivindicaciones políticas. En 1968, Martin Luther King fue asesinado. Hoy, un descendiente de Africa tiene serias posibilidades de llegar a ser presidente de los Estados Unidos. En el curso al que asistí en la Universidad George Washington* se ensayaron algunas respuestas.

Desde que apareció la televisión en la década del sesenta la política nunca más fue la misma. Los debates televisados entre Kennedy y Nixon llegaron a millones de estadounidenses directamente a sus hogares. Por primera vez, los electores podían ver y oir a sus candidatos sin asistir a los mítines. Y más importante que el mensaje fue cómo se decía el mensaje. La forma sustituyó el fondo. Lo visual y gestual se impuso sobre el contenido. La emoción primó sobre la razón.

Todo eso se ha acentuado hoy. El desarrollo de nuevas tecnologías de la información ha logrado un impacto en toda la sociedad y en la forma que tiene el hombre de relacionarse, de hacer negocios o simplemente de comunicarse. Tenemos ahora una nueva forma de comunicación y una nueva forma de política. La gente no quiere pensar; quiere que le expliquen las cosas de manera sencilla, pero, sobre todo, quiere entretenerse.

Obama es un ejemplo de este neo político. Su equipo de campaña, compuesto mayoritariamente de jóvenes, ha diseñado una serie de mecanismos novedosos de campaña dirigido al público juvenil tradicionalmente ajeno a las campañas electorales. El objetivo es llegar y movilizar al ciudadano indiferente. Las plataformas de Internet y el uso de mensajes a través de celulares, así como la estructura viral de financiamiento de campaña con millones de aportantes que depositan 10, 20 dólares mensuales explican en parte la base del éxito del candidato demócrata. El político debe saltar de la tarima para moverse en el ciberespacio, de manera creativa, rápida y divertida. No más discursos acartonados, ni poses de sabelotodo.

Si Kennedy fue el candidato que nació con la televisión, Obama es el político de la era digital. Hay por supuesto razones de fondo como la crisis financiera que atraviesa Estados Unidos y que empuja a un grueso sector hacia el cambio. Pero, sin duda, no debe pasarse por alto el hecho que el equipo de Mc Cain no le haya dado la misma importancia al uso de las nuevas tecnologías de la información en su estrategia de campaña.

Uno de los conferencistas comentaba incluso, la manera tan campechana cómo Mc Cain sostenía en público su escaso interés y afecto por usar la computadora. Los resultados de noviembre próximo dirán finalmente si la tecnología marcó la diferencia… XD

* De la tarima al celular. Seminario dictado por The Graduate School of Political Management - George Washington University. Octubre, 2008.

Yehude Simon: tiempo al tiempo

El tiempo dirá si Yehude Simon es sólo una pieza fusible para el presidente García y termina quemado o si, por el contrario, se convierte en una figura política nacional con opción real para el 2011.

Varias cosas conspiran para que se perfile la segunda opción. La primera de ellas es aceptar que García ha cambiado. Es decir, que ante una situación de inestabilidad política por una denuncia de corrupción –como es el caso del Petrogate-, el jefe del Estado decide compartir el poder y luchar a fondo contra la inmoralidad.

Como dicen en México: “Tendría que llover primero de abajo pa’ arriba, pa’ creer eso, compadre”.

La segunda valla es que la situación económica mundial está tan complicada que difícilmente se puede mostrar resultados inmediatos. El recorte presupuestal es serio y Yehude tendrá que batallar primero con el Ministerio de Economía antes de intentar dialogar con las regiones y sindicatos.

Pero, el tercer obstáculo es quizás el mayor de todos. El Premier tendrá que sortear las cáscaras de plátano que le pongan los propios apristas desde el poder cuando lo vean con ganas de hacer cambios y de arrinconar a los partidarios enquistados en todo el aparato público.

La ministra Vildoso será entonces una especie de fiel de la balanza para medir la puja interna por el poder entre apristas y simonistas. Si Arana sale de Foncodes, entonces, es posible colegir que, en verdad, Yehude quiere -y puede- hacer cambios.

No hacerlo, lo dejaría como una pieza temporal en el ajedrez del poder; igual que Federico Salas en el último periodo del fujimontesinismo: un premier con más buenas intenciones que decisiones. O cercano, quizás, al papel del Javier Valle Riestra en el Fujimorato: un iluso y obtuso político que pensó que era posible cambiar al monstruo desde dentro.

Un Yehude Simon chamuscado no es algo que le haga bien al país, deseoso de nuevas figuras políticas que asuman con eficiencia y honradez las riendas del gobierno y del país.

14 octubre, 2008

Yehude: el equilibrio que necesitaba García

Los chinos escriben la palabra crisis con una grafía doble: problema y oportunidad. La movida del presidente García de llamar a Yehude Simon como Presidente del Consejo de Ministros es una de lectura oriental de la crisis. Mirar hacia delante.

El tablero político se ha realineado. García ha movido las fichas y ha logrado conjurar una crisis cubileteando aquí y allá configurando un escenario que irá delineándose conforme Yehude se acentúe o no en el Gobierno.

Desde el punto de vista de García, tener a Yehude entre sus filas le permite arrancar las banderas sociales a sus opositores: Ollanta Humala, Alejandro Toledo y las diversas izquierdas. Yehude es una mejor cara para apaciguar a movimientos sociales o gremios sindicales díscolos.

Si algo le faltaba a éste régimen era su vínculo con lo social. El calificativo de “Presidente de los ricos” que Toledo y Lourdes Flores pusieron a García colocaba al gobierno aprista no sólo a la derecha, sino de espaldas a la gran mayoría del país. Y en este terreno, el presidente regional de Lambayeque es un personaje identificado por su perfil de líder social que actúa como un contrapeso político, devolviendo el equilibrio que el régimen necesitaba.

García logra asimismo dar la sensación de que realmente está comprometido en la lucha contra la corrupción, colocando a un premier del que no se puede dudar de su honrabilidad.

Independientemente del curso de las investigaciones respecto al escándalo del “Petrogate”, García muestra tener un sensible olfato político para en una sola movida deshacerse del sector podrido de su gobierno evitando que la gangrena le alcance, convocar al opositor más racional y sensible de la izquierda, dejando sin discursos a sus principales opositores y, por si fuera poco, comprar tiempo para mantener su gobierno, a costa de todo.

* Una semana fuera del país y miren todo lo que ha pasado... así es mi Perú, un lugar donde los periodistas no se aburren...

07 octubre, 2008

A la Inflación se suma segundo fantasma del gobierno aprista: corrupción

Si el alza de precios despertó en la población el recuerdo del feroz proceso inflacionario que vivió el país durante el primer gobierno de Alan García, el escándalo de entrega de lotes a Discovery Petroleum empieza a despertadar un segundo y temible fantasma: la corrupción.

Los carteles y consignas levantados hoy en la jornada de protesta realizada por los gremios sindicales así lo confirma. Entre la plataforma de lucha se incluyó como primer punto: "no a la corrupción en todas las instancias".

En el quinquenio 1985-1990 la población vivió con una percepción generalizada de corrupción alimentada por acusaciones de cobros de coimas al más alto nivel como en la reducción de la compra de Aviones Miragge, o las acusaciones de Sergio Siracusa de pagos ilícitos en la construcción del Tren Eléctrico.

Inflación y corrupción representan un cóctel político explosivo que sin duda impactará en los próximos días en el ánimo popular que reflejen las encuestas. A continuación un informe y fotos de la prensa española.


(Vía El País) Alrededor de 3.000 personas se han manifestado este martes pacíficamente por el centro de Lima contra las políticas económicas del Gobierno del presidente peruano, Alan García, y en rechazo contra el reciente escándalo de corrupción, en el marco de una protesta nacional.

Bajo fuertes medidas de seguridad, los manifestantes se han dirigido hacia el Congreso peruano, donde han entregado un pliego de reclamo, con pancartas en las que se leían: "con Alan la corrupción avanza" o "el pueblo está luchado, el APRA (partido de Gobierno) está robando".

Otros letreros decían: "cese del alza del costo de vida, al remate del país, la postergación de la educación" o "No a los TLC (Tratados de Libre Comercio)".

La marcha forma parte de la llamada Jornada Nacional de Lucha promovida por la Coordinadora Política Social, que aglutina a organizaciones sociales y sindicales, entre ellas la poderosa Confederación General de Trabajadores de Perú (CGTP), contra la política económica del Gobierno y el alza de los precios, entre otros asuntos.

La protesta coincide con una huelga de 24 horas del Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Perú (Sutep), presente en la marcha de Lima, y con sendos paros regionales, por diversas demandas, en Cuzco, Arequipa, Ica (todas en el sur) y Amazonas (nordeste).

Perú, que registró en 2007 uno de los crecimientos económicos más espectaculares de Latinoamérica, tiene en cambio uno de los peores salarios del continente y la pobreza afecta al 40% de la población.

El malestar en Perú se agrava por la subida de los precios de los alimentos y los combustibles, contando con que la inflación del primer semestre fue de 3,51%y el sueldo mínimo es de unos 177 dólares (130 euros).

06 octubre, 2008

Perú Posible pide gabinete de Independientes

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA: "Con motivo del pronunciamiento que hicimos al cumplirse dos años del Gobierno Aprista, dijimos: “la corrupción se ha convertido en el principal problema del país, percepción ciudadana que tiene sustento en innumerables casos de corrupción que han salido a la luz pública”.*

Ahora un nuevo acto de corrupción sacude al gobierno, justo en vísperas de la reunión APEC donde el Perú debería ser una vitrina de transparencia y de seguridad jurídica para la inversión.

Ante esta grave situación Perú Posible exige:

1. El cambio total del Gabinete y su reemplazo por uno conformado mayoritariamente por personas independientes. El actual ha fracasado completamente en la lucha contra la corrupción; se encuentra desgastado, carente de iniciativas y sin credibilidad alguna.

2. Una profunda investigación por el Congreso y los organismos jurisdiccionales competentes de los hechos a que se refiere el audio entre Rómulo León Alegría y Alberto Quimper Herrera dado a conocer el día de ayer. Esa investigación debe comprender el íntegro de las concesiones y/o licitaciones otorgadas en el sector Energía y Minas desde el inicio de este gobierno.

Perú Posible reafirma su convicción que la democracia está basada en el desempeño honesto de la función pública entendida como un servicio al Bien Común. La vulneración de este principio debe merecer la aplicación de todo el rigor de la ley.

Lima, 6 de octubre de 2008.

LA COMISIÓN POLÍTICA"

* Documento de Perú Posible “El Crecimiento heredado sólo llega a algunos”. Pag. 14.

El cáncer de la corrupción

La corrupción es el cáncer de la política. La ataca sin misericordia, desde dentro, en cualquier nivel de responsabilidad pública. Cuando lo hace desde la cúspide del poder puede comprometer hasta la viabilidad democrática.

La corrupción es también un impuesto inmoral. Retrasa el desarrollo al encarecer la inversión privada necesaria.

La corrupción es un mal que atraviesa tanto países ricos como pobres. El Banco Mundial calcula --sólo en Estados Unidos-- más de un billón de pagos en coimas.

Las prácticas corruptas atentan contra el desarrollo de los países, ahuyentan a los inversores o atraen a inversores corruptos que siguen succionando el presupuesto público.

El Banco Mundial señala que la corrupción puede reducir la tasa de crecimiento de un país entre 0,5 y 1 puntos porcentuales por año. Según el FMI, la inversión en los países corruptos es 5% menor que en los países relativamente exentos de corrupción.

Por todas estas razones, el escándalo de corrupción que ha estallado en Petroperú debe ser investigado a fondo y de manera expedita. La denuncia de pago de coimas a militantes del Partido Aprista por gestionar la entrega a Discover Petroleum de cinco lotes para exploración petrolera no sólo es grave, sino sumamente preocupante.

Los audios involucran a personajes de primer orden de importancia como el ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia. Si se escucha con atención hay incluso referencias más altas que remueven la cima del poder. El gabinete Del Castillo ha sido mellado en su credibilidad.

Si bien sólo uno de los cinco lotes entregados está en zona de selva (Madre de Dios), bien vale la pena preguntarse si existen otras concesiones entregadas en la Amazonía que muy bien podrían explicar el apuro en cambiar las reglas de decisión de las comunidades amazónicas en la venta de sus tierras. Ahora tienen que revisarse todas las concesiones y licitaciones en Energía y Minas.

El negocio petrolero, como la venta de armas y el narcotráfico, se encuentra entre las actividades económicas más rentables del planeta por las inversiones millonarias que involucran.

Y si hay dinero fuerte, el cáncer de la corrupción tiene más posibilidades de aparecer.

Por eso, si el gobierno no castiga a los involucrados de manera rápida y efectiva, y profundiza las investigaciones extirpando los nódulos corruptos, la metástasis es inevitable.