El canciller de Chile, Alejandro Foxley, ha renegado del Siglo XIX. Ha dicho que hay países a los que les cuesta mucho salir de ese tiempo-histórico. Y es que el Siglo XIX tiene varias reminiscencias. Fue el siglo de la Guerra; de la debacle económica; del recorte del territorio nacional y de la pérdida de las riquezas naturales de entonces: el guano, el salitre y el cobre.
A comienzos del Siglo XIX, apenas iniciada la vida independiente, el Perú vivió su primera bonanza cíclica gracias a la industria del guano. La naciente clase aristocrática nacional vivió a cuerpo de rey importando lo mejor del vestido, la comida y la bebida europea. Tanta era la fortuna salida de las cloacas guaneras que los gobiernos militares de la época crearon el Estanco del Guano para controlar el comercio.
A partir de 1845 se empezó a comercializar el producto a Europa. Ese año se exportaron 24,701 TM; en 1853 se vendieron 316,116 TM. En la práctica, esto significó pasar de 700 mil dólares de exportaciones a 6 millones de dólares.
La deuda externa empezó a pagarse. En 1860 el presupuesto del Perú fue de casi 20 millones de dólares; tres cuartas partes de él, financiado por las liviandades de las aves marinas.
Por ese mismo periodo otro producto, fruto de las tierras de Tarapacá y Antofagasta, empezó a destacarse: el salitre.
Entre 1830 – 1839 exportábamos poco más de 1 millón de quintales. En la década siguiente la producción aumentó a 3 millones 679 mil quintales y entre 1850 – 1859 superábamos los 8 millones 800 mil quintales. Diez años antes de la guerra, llegamos a exportar 19 millones 500 mil quintales. En treinta años las exportaciones de salitre se multiplicaron por veinte.
La guerra invirtió drásticamente este patrón de crecimiento.
El Perú que en 1878 dominaba el 57% de la producción de salitre -mientras Chile tenía el 14% del mercado-, desapareció después de la guerra.
Chile en cambio, para 1965, dominaba el 65% de la producción del mineral. Durante toda esta etapa, la economía chilena se recostó sobre el salitre. Más del 50% de su presupuesto se financió con este botín de guerra.
Y por si esto no bastara para recordarle al canciller Foxley lo terrible y doloroso que fue para los peruanos el Siglo XIX, queda aún el cobre.
Nadie discute hoy en día que la minería es la base del despegue económico de Chile. No en vano se le conoce al cobre como “el sueldo de Chile”. El año pasado el país del sur exportó más de 38 mil millones de dólares en cobre, lo que representó el 65% del total de sus exportaciones.
Gracias a una ley de la época de Pinochet, las Fuerzas Armadas se reservan el 10% de las exportaciones de cobre de Codelco. Entre el 2000 y el 2003 esto significó unos 250 millones de dólares anuales. Y entre el 2004 - 2005 la cuota aumentó a 598 millones 826 mil dólares anuales. El año pasado la transferencia fue del orden de los 1.200 millones de dólares.
Buena parte de esa riqueza se genera en los territorios conquistados en la guerra, especialmente en Tarapacá y Antofagasta, departamentos que hasta hoy siguen aportando al desarrollo de Chile… pero eso será materia de una siguiente nota ubicada ya en los Siglos XX y XXI, para no herir la susceptibilidad del canciller Foxley.
Alexander Foxley
Perú + Chile
Cancillería de Chile
31 octubre, 2007
28 octubre, 2007
Perú, Bolivia, Chile: tres por dos
La salida al mar de Bolivia no es un problema de tres, sino de dos. Para que el Perú sea parte de la solución esta tendría que involucrar los territorios que antes nos pertenecieron. Pero además es un problema en dos tiempos. En el primero, juegan sólo Bolivia y Chile; y en el segundo, si la salida es por Arica, entonces, en ese instante, aparece el Perú como manda el Tratado del 1929.
Ocurrió así en 1975 cuando Chile ofreció a Bolivia un corredor de salida al mar por Arica. El Perú, para evitar ser señalado por la comunidad internacional como opositor a la medida, respondió con una fórmula creativa: delimitar una zona de soberanía compartida entre los tres países, devolviendo así la solución final a Chile que, por supuesto, la rechazó.
Históricamente la salida natural de Bolivia al mar ha sido por Arica. Ocurrió así desde tiempos prehispánicos y se mantuvo durante el Virreynato. En los primeros años de la República, Sucre primero y Bolívar después, le entregaron a Bolivia -a costa del Perú- parte del desierto de Atacama para afianzar su condición marítima.
La verdad es que Bolivia jamás pudo asentarse en el litoral. Quizás el boom de la plata y el estaño de Potosí los distrajo del “oro blanco” del siglo XIX que fue el salitre. El centro político, económico e intelectual de Bolivia estuvo siempre en los andes.
Porras afirma que cuando los chilenos llegaron a Antofagasta encontraron 35 mil bolivianos, la mayoría trabajadores de los campamentos salitreros en manos de ingleses, chilenos, peruanos y en menor medida, franceses, italianos, españoles y de otras nacionalidades.
No hubo capitales bolivianos o asociados con bolivianos que fijaran su presencia en aquellas lejanas tierras.
Chile invadió Antofagasta con la finalidad de apropiarse del territorio rico en salitre, iniciando así la Guerra del Pacífico. Al final de la guerra, la frontera entre Perú y Chile que en el siglo XVI estaba en el paralelo 25° -a la altura de la Caleta del Paposo-, se movió hasta casi tocar el Paralelo 18°. Chile conquistó con las armas casi el 40% de su territorio actual.
Los recursos que se apropió el país vencedor no han sido del todo contabilizados: guano, salitre, cobre, plata, yodo, azufre, sal y quién sabe que más se descubrirá en el futuro. Pero es un hecho que la historia de Chile no sería la de ahora, si no hubiera sido por el aporte de los territorios conquistados de Tarapacá y Antofagasta.
Bolivia siempre ha aspirado a tener una salida por Arica. Y también ha tenido igualmente predisposición a conversaciones secretas con Chile para este fin. Está en su derecho.Es un país soberano y sabe en que honduras se mete. Lo que no puede hacer es codiciar ex territorios peruanos y acordar con el vecino del sur un espacio por allí, aún cuando éste no implique soberanía, sino sólo libre tránsito.
El Perú ha señalado que no será obstáculo para que el antiguo Alto Perú pueda superar su condición de país mediterráneo. Nunca lo ha sido. Siempre que la solución no implique ceder territorios que antaño fueron peruanos.
Delimitación fronteriza
Perú Bolivia Chile
Guerra del Pacífico
Ocurrió así en 1975 cuando Chile ofreció a Bolivia un corredor de salida al mar por Arica. El Perú, para evitar ser señalado por la comunidad internacional como opositor a la medida, respondió con una fórmula creativa: delimitar una zona de soberanía compartida entre los tres países, devolviendo así la solución final a Chile que, por supuesto, la rechazó.
Históricamente la salida natural de Bolivia al mar ha sido por Arica. Ocurrió así desde tiempos prehispánicos y se mantuvo durante el Virreynato. En los primeros años de la República, Sucre primero y Bolívar después, le entregaron a Bolivia -a costa del Perú- parte del desierto de Atacama para afianzar su condición marítima.
La verdad es que Bolivia jamás pudo asentarse en el litoral. Quizás el boom de la plata y el estaño de Potosí los distrajo del “oro blanco” del siglo XIX que fue el salitre. El centro político, económico e intelectual de Bolivia estuvo siempre en los andes.
Porras afirma que cuando los chilenos llegaron a Antofagasta encontraron 35 mil bolivianos, la mayoría trabajadores de los campamentos salitreros en manos de ingleses, chilenos, peruanos y en menor medida, franceses, italianos, españoles y de otras nacionalidades.
No hubo capitales bolivianos o asociados con bolivianos que fijaran su presencia en aquellas lejanas tierras.
Chile invadió Antofagasta con la finalidad de apropiarse del territorio rico en salitre, iniciando así la Guerra del Pacífico. Al final de la guerra, la frontera entre Perú y Chile que en el siglo XVI estaba en el paralelo 25° -a la altura de la Caleta del Paposo-, se movió hasta casi tocar el Paralelo 18°. Chile conquistó con las armas casi el 40% de su territorio actual.
Los recursos que se apropió el país vencedor no han sido del todo contabilizados: guano, salitre, cobre, plata, yodo, azufre, sal y quién sabe que más se descubrirá en el futuro. Pero es un hecho que la historia de Chile no sería la de ahora, si no hubiera sido por el aporte de los territorios conquistados de Tarapacá y Antofagasta.
Bolivia siempre ha aspirado a tener una salida por Arica. Y también ha tenido igualmente predisposición a conversaciones secretas con Chile para este fin. Está en su derecho.Es un país soberano y sabe en que honduras se mete. Lo que no puede hacer es codiciar ex territorios peruanos y acordar con el vecino del sur un espacio por allí, aún cuando éste no implique soberanía, sino sólo libre tránsito.
El Perú ha señalado que no será obstáculo para que el antiguo Alto Perú pueda superar su condición de país mediterráneo. Nunca lo ha sido. Siempre que la solución no implique ceder territorios que antaño fueron peruanos.
Delimitación fronteriza
Perú Bolivia Chile
Guerra del Pacífico
23 octubre, 2007
Censo y disenso
Con el ceño fruncido, el Presidente se queja del desaliento, del derrotismo, de los pájaros de mal agüero que sólo pían noticias terribles, malas, que no ayudan a crecer.
¿Cuál es este fatalismo masoquista que enferma tantas mentes, tantos pájaros de mal agüero que quieren que los peruanos nos sintamos mal todo el tiempo?
Estalla el jefe del Estado.
¿Cómo es posible que entre 500 mil encargados del censo que salieron a cumplir su tarea, la noticia haya sido uno que se llevó el dinero de los empadronadores?
Se abate el Presidente.
Piensa que su esfuerzo por hacer docencia del futuro, del avance, del amor propio; se quiebra.
Siente que su tarea diaria de inyectar optimismo, de un país que avanza; se trunca.
Sufre en carne viva, herido por las ganas de fregar que tienen estos vendedores de la mala fe, profesionales del desaliento y la maledicencia.
Se equivoca el Primer Mandatario.
Las cosas son más simples de lo que parecen. El censo no ha sido exitoso porque la gente se quedó en casa. El censo ha sido un fiasco porque se hizo con apuro, al tuntún, para complacer al Rey.
Dos días antes de la Hora D, el personal de las Fuerzas Armadas y Policiales recibió una orden de inamovilidad. A falta de empadronadores, se enviaron soldados. Cuando no hubo uniformados, se contrató niños.
La chica que vino a mi casa sufría por su impericia.
No hubo pregunta alguna sobre ingresos, por lo que el censo no servirá para saber dónde están los pobres, ni cómo llegar mejor a ellos, como se nos ha dicho.
Ahora sabemos que el censo se apuró en Palacio de Gobierno. Que 13 funcionarios de distintos organismos autónomos fueron convocados a la Casa de Pizarro para pedirles que destinen parte de su presupuesto al censo.
"13 instituciones fueron convocadas a Palacio de Gobierno. Los 13 funcionarios de supuestas entidades autónomas se han mojado a favor del censo. Lo hicieron todos", ha dicho Guillermo Olivera Díaz, abogado del ex jefe del Seguro Integral de Salud, Julio Espinoza.
Capricho presidencial. El censo se pateó tres veces. Agosto, setiembre y finalmente octubre. Todo rápido, todo mal.
Por apuros como ese nos enteramos ahora que en el SIS, al día siguiente del sismo, se fraguaron firmas para obtener jugosos desembolsos del MEF.
"Mi labor es convocar las energías positivas en el pueblo, conjurar los malos espíritus y derrotistas, los que viven de la desgracia humana y mostrar que el Perú avanza, a pesar de sus problemas", ha dicho el presidente.
No señor, su labor es más simple: hablar menos y gobernar más. A mejor gobierno, menor abatimiento.
Alan García
Optimismo + Pesimismo
Gobierno + Censo
¿Cuál es este fatalismo masoquista que enferma tantas mentes, tantos pájaros de mal agüero que quieren que los peruanos nos sintamos mal todo el tiempo?
Estalla el jefe del Estado.
¿Cómo es posible que entre 500 mil encargados del censo que salieron a cumplir su tarea, la noticia haya sido uno que se llevó el dinero de los empadronadores?
Se abate el Presidente.
Piensa que su esfuerzo por hacer docencia del futuro, del avance, del amor propio; se quiebra.
Siente que su tarea diaria de inyectar optimismo, de un país que avanza; se trunca.
Sufre en carne viva, herido por las ganas de fregar que tienen estos vendedores de la mala fe, profesionales del desaliento y la maledicencia.
Se equivoca el Primer Mandatario.
Las cosas son más simples de lo que parecen. El censo no ha sido exitoso porque la gente se quedó en casa. El censo ha sido un fiasco porque se hizo con apuro, al tuntún, para complacer al Rey.
Dos días antes de la Hora D, el personal de las Fuerzas Armadas y Policiales recibió una orden de inamovilidad. A falta de empadronadores, se enviaron soldados. Cuando no hubo uniformados, se contrató niños.
La chica que vino a mi casa sufría por su impericia.
No hubo pregunta alguna sobre ingresos, por lo que el censo no servirá para saber dónde están los pobres, ni cómo llegar mejor a ellos, como se nos ha dicho.
Ahora sabemos que el censo se apuró en Palacio de Gobierno. Que 13 funcionarios de distintos organismos autónomos fueron convocados a la Casa de Pizarro para pedirles que destinen parte de su presupuesto al censo.
"13 instituciones fueron convocadas a Palacio de Gobierno. Los 13 funcionarios de supuestas entidades autónomas se han mojado a favor del censo. Lo hicieron todos", ha dicho Guillermo Olivera Díaz, abogado del ex jefe del Seguro Integral de Salud, Julio Espinoza.
Capricho presidencial. El censo se pateó tres veces. Agosto, setiembre y finalmente octubre. Todo rápido, todo mal.
Por apuros como ese nos enteramos ahora que en el SIS, al día siguiente del sismo, se fraguaron firmas para obtener jugosos desembolsos del MEF.
"Mi labor es convocar las energías positivas en el pueblo, conjurar los malos espíritus y derrotistas, los que viven de la desgracia humana y mostrar que el Perú avanza, a pesar de sus problemas", ha dicho el presidente.
No señor, su labor es más simple: hablar menos y gobernar más. A mejor gobierno, menor abatimiento.
Alan García
Optimismo + Pesimismo
Gobierno + Censo
22 octubre, 2007
El contralor controlado
La creación de la Oficina Nacional Anticorrupción revela, una vez más, el poco afecto que tiene el Presidente de la República por la institucionalidad democrática. El nombramiento de la zarina anticorrupción, Carolina Lizárraga, colisiona directamente con el espacio de acción del contralor general de la República, Genaro Matute, designado por mayoría calificada del Congreso y no por el Ejecutivo como es el caso de la zarina.
No es gratuito, por tanto, que el contralor haya sido atacado este fin de semana por medios periodísticos que “destaparon” –luego de un seguimiento hasta Ica- que la señora Graciela Matta Rivas, esposa del contralor, usaba vehículos del Estado. El despliegue del diario Ojo a este tema es sintomático: no sólo ataca a Matute, sino que lo vincula con Toledo.
La verdad es que el contralor jamás le gustó al presidente García. Genaro Matute no tenía el perfil que el presidente buscó para ese cargo en su primer gobierno: la hoy decana del Colegio de Abogados de Lima, Luz Aúrea Sáenz, militante de su partido. Matute tampoco se hizo eco de las denuncias contra Toledo hechas a base de recortes de periódico que le alcanzó el procurador Gino Ríos.
Por el contrario, fue el contralor quien le recordó tempranamente a García el fracaso de su “shock de inversiones”. Fue él –antes que cualquier congresista- quien reveló lo que a estas alturas parece ya una marca de la segunda gestión aprista: falta de gerencia y corrupción. Y ha sido también Matute quien decidió poner en vereda a Alex Kouri –uno de los personajes favoritos de García- por los indicios de corrupción que ha encontrado en las obras de Convial.
Finalmente, el presidente García se ha salido con la suya. Y ha nombrado a un personaje cuyo mayor mérito en la judicatura fue impedir la salida del país del ex presidente Toledo. Nadie duda de sus pergaminos académicos –que los tiene-, pero como bien ha recordado el presidente de la Corte Suprema, Francisco Távara, “Carolina Lizárraga tiene hoy un cargo de confianza del Gobierno”.
Las funciones de la oficina de Carolina no sólo duplican las funciones de la Contraloría, sino también la de los otros organismos del Estado; como el Ministerio Público; o la Unidad de Inteligencia Financiera. La ministra de Justicia, María Zavala, implícitamente lo ha reconocido al decir que la ONA “se sumará a la labor que realiza el Ministerio Público y la Contraloría”.
El presidente García ha pretendido confundir a la opinión pública al decir que ya Alejandro Toledo había creado la Comisión Anticorrupción. Es cierto, aunque con una diferencia. Lo que se creó en el gobierno anterior fue una “comisión” -no una “oficina”-, integrada por representantes de diversos organismos públicos y la sociedad civil.
Sus funciones eran distintas: elaborar propuestas de política sobre prevención, detección, sanción y erradicación de la corrupción; promover la ética y transparencia en la gestión pública, promover la transparencia en la sociedad; realizar audiencias públicas con fines preventivos sobre los asuntos de su competencia, presentar propuestas legislativas o administrativas a través del Ministerio de Justicia; fomentar la formación de Comisiones de Ética y Transparencia Institucional en las entidades estatales; y fomentar una cultura de valores en la sociedad, resaltando las conductas éticas de la ciudadanía.
Es cierto, faltó continuidad y perseverancia. Pero la Comisión no duplicaba funciones, menos aún era un Ministerio Público o Contraloría paralelos. Su acción complementaba a la de los organismos del Estado dedicados a investigar y sancionar la corrupción.
¿Las verdaderas intenciones de la Lizárraga? Démosle tiempo al tiempo, pero he aquí un adelanto de lo que dijo hoy: "realmente estoy cansada, como creo que todos lo estamos, que permanentemente y sin ningún reparo se hable mal de las instituciones del Estado, se hable mal de nuestro actual presidente…”.
Genaro Matute
Carolina Lizárraga
Alan García
No es gratuito, por tanto, que el contralor haya sido atacado este fin de semana por medios periodísticos que “destaparon” –luego de un seguimiento hasta Ica- que la señora Graciela Matta Rivas, esposa del contralor, usaba vehículos del Estado. El despliegue del diario Ojo a este tema es sintomático: no sólo ataca a Matute, sino que lo vincula con Toledo.
La verdad es que el contralor jamás le gustó al presidente García. Genaro Matute no tenía el perfil que el presidente buscó para ese cargo en su primer gobierno: la hoy decana del Colegio de Abogados de Lima, Luz Aúrea Sáenz, militante de su partido. Matute tampoco se hizo eco de las denuncias contra Toledo hechas a base de recortes de periódico que le alcanzó el procurador Gino Ríos.
Por el contrario, fue el contralor quien le recordó tempranamente a García el fracaso de su “shock de inversiones”. Fue él –antes que cualquier congresista- quien reveló lo que a estas alturas parece ya una marca de la segunda gestión aprista: falta de gerencia y corrupción. Y ha sido también Matute quien decidió poner en vereda a Alex Kouri –uno de los personajes favoritos de García- por los indicios de corrupción que ha encontrado en las obras de Convial.
Finalmente, el presidente García se ha salido con la suya. Y ha nombrado a un personaje cuyo mayor mérito en la judicatura fue impedir la salida del país del ex presidente Toledo. Nadie duda de sus pergaminos académicos –que los tiene-, pero como bien ha recordado el presidente de la Corte Suprema, Francisco Távara, “Carolina Lizárraga tiene hoy un cargo de confianza del Gobierno”.
Las funciones de la oficina de Carolina no sólo duplican las funciones de la Contraloría, sino también la de los otros organismos del Estado; como el Ministerio Público; o la Unidad de Inteligencia Financiera. La ministra de Justicia, María Zavala, implícitamente lo ha reconocido al decir que la ONA “se sumará a la labor que realiza el Ministerio Público y la Contraloría”.
El presidente García ha pretendido confundir a la opinión pública al decir que ya Alejandro Toledo había creado la Comisión Anticorrupción. Es cierto, aunque con una diferencia. Lo que se creó en el gobierno anterior fue una “comisión” -no una “oficina”-, integrada por representantes de diversos organismos públicos y la sociedad civil.
Sus funciones eran distintas: elaborar propuestas de política sobre prevención, detección, sanción y erradicación de la corrupción; promover la ética y transparencia en la gestión pública, promover la transparencia en la sociedad; realizar audiencias públicas con fines preventivos sobre los asuntos de su competencia, presentar propuestas legislativas o administrativas a través del Ministerio de Justicia; fomentar la formación de Comisiones de Ética y Transparencia Institucional en las entidades estatales; y fomentar una cultura de valores en la sociedad, resaltando las conductas éticas de la ciudadanía.
Es cierto, faltó continuidad y perseverancia. Pero la Comisión no duplicaba funciones, menos aún era un Ministerio Público o Contraloría paralelos. Su acción complementaba a la de los organismos del Estado dedicados a investigar y sancionar la corrupción.
¿Las verdaderas intenciones de la Lizárraga? Démosle tiempo al tiempo, pero he aquí un adelanto de lo que dijo hoy: "realmente estoy cansada, como creo que todos lo estamos, que permanentemente y sin ningún reparo se hable mal de las instituciones del Estado, se hable mal de nuestro actual presidente…”.
Genaro Matute
Carolina Lizárraga
Alan García
21 octubre, 2007
Historia de piratas, harinas y pan
Los inicios de la República fueron azarosos. Tiempos de luchas y traiciones. Pero también de piratas, negocios y negociados. Hojear estos pasajes de la historia, de la mano de Jorge Basadre, nos ayuda a comprender mejor las sombras misteriosas que proyectan la combinación del poder y la renta. Cualquier parecido con el presente es pura coincidencia.
El 4 de setiembre de 1830 partió el presidente Gamarra a luchar por la anexión de Bolivia. Encargado del poder quedó el vicepresidente La Fuente. Desde hacía dos años el Congreso había vetado el ingreso de productos extranjeros al Perú para proteger los nacientes e incipientes capitales nacionales. Tocuyos, harinas, vinos, pasas, manteca de vaca, arroz y menestras fueron prohibidos de importarse.
La Fuente, instalado transioriamente en Palacio, suspendió los alcances de la prohibición aduciendo que el erario público pasaba apuros y que en los departamentos donde se producía trigo no habría suficiente cosecha como para abastecer a la capital. Por esta razón, el pan subía velozmente de precio y su tamaño y peso, por el contrario, se reducía.
“Unos comerciantes de Estados Unidos residentes en Lima que, a pesar de la prohibición, habían traído al Callao un barco cargado de harinas y tocuyos, géneros prohibidos, propusieron en setiembre de 1831 pagar los derechos al contado (aranceles de hoy) si se les permitía introducir esas mercaderías”, narra Basadre.
Impelido por la necesidad de abaratar el pan, La Fuente autoriza el ingreso de la mercadería importada. El decreto alarmó en Lima al naciente empresariado nacional, a los agricultores, capitalistas y propietarios, quienes auguraban la necesaria protección del Estado a productos que pudieran generarse dentro del país.
Una de las más firmes opositoras a La Fuente fue, la esposa de Gamarra, Francisca Zubiaga de Gamarra asociada al entonces prefecto de Lima, Juan Bautista Eléspuru, al parecer con intereses en monopolizar el negocio de la harina. Para ello contaron con el apoyo del periodista y escritor colombiano de El Monitor, José Ayala, quien realizó una furibunda campaña contra La Fuente.
Al final se originó una conspiración para sacar a Gamarra del poder “bajo las más estrictas formas constitucionales”, es decir, por acuerdo del Congreso, e instituir de plenos poderes a La Fuente.
“Pero el 16 de abril de 1831, tres días antes de instalarse el Congreso, al anochecer, turbas amenazantes se pasearon por las calles de Lima para pedir la deposición de La Fuentey un pelotón de tropa fue a buscarlos a su casa. Apenas tuvo tiempo para escapar, sin vestirse, por los techos saltando las más altas paredes, desnudo y enfermo, perseguido por los tiros, según se dijo más tarde”.
El prefecto de Lima mandó celebrar la caída de La Fuente con misas y repiques en las iglesias. El senado encargó el gobierno a Andrés Reyes. En el interín gobernó el prefecto.
Una noche, en la corbeta nnorteamericana Saint Lewis, acoderada en el Callao, se apareció un hombre tembloroso y mal vestido. Era el depuesto presidente La Fuente que pedía asilo.
Basadre señala que el prefecto Eléspuru publicó escritos sosteniendo que los pueblos tienen el derecho de destituir a los gobernantes cuando consideran que éstos quebrantan la Constitución y las leyes. Entre las irregularidades y arbitrariedades que el prefecto endilgó a La Fuente estaba el decreto que permitió la importación de harinas y la deportación del periodista-escritor.
Historia del Perú
Piratas + Callao
Aranceles
El 4 de setiembre de 1830 partió el presidente Gamarra a luchar por la anexión de Bolivia. Encargado del poder quedó el vicepresidente La Fuente. Desde hacía dos años el Congreso había vetado el ingreso de productos extranjeros al Perú para proteger los nacientes e incipientes capitales nacionales. Tocuyos, harinas, vinos, pasas, manteca de vaca, arroz y menestras fueron prohibidos de importarse.
La Fuente, instalado transioriamente en Palacio, suspendió los alcances de la prohibición aduciendo que el erario público pasaba apuros y que en los departamentos donde se producía trigo no habría suficiente cosecha como para abastecer a la capital. Por esta razón, el pan subía velozmente de precio y su tamaño y peso, por el contrario, se reducía.
“Unos comerciantes de Estados Unidos residentes en Lima que, a pesar de la prohibición, habían traído al Callao un barco cargado de harinas y tocuyos, géneros prohibidos, propusieron en setiembre de 1831 pagar los derechos al contado (aranceles de hoy) si se les permitía introducir esas mercaderías”, narra Basadre.
Impelido por la necesidad de abaratar el pan, La Fuente autoriza el ingreso de la mercadería importada. El decreto alarmó en Lima al naciente empresariado nacional, a los agricultores, capitalistas y propietarios, quienes auguraban la necesaria protección del Estado a productos que pudieran generarse dentro del país.
Una de las más firmes opositoras a La Fuente fue, la esposa de Gamarra, Francisca Zubiaga de Gamarra asociada al entonces prefecto de Lima, Juan Bautista Eléspuru, al parecer con intereses en monopolizar el negocio de la harina. Para ello contaron con el apoyo del periodista y escritor colombiano de El Monitor, José Ayala, quien realizó una furibunda campaña contra La Fuente.
Al final se originó una conspiración para sacar a Gamarra del poder “bajo las más estrictas formas constitucionales”, es decir, por acuerdo del Congreso, e instituir de plenos poderes a La Fuente.
“Pero el 16 de abril de 1831, tres días antes de instalarse el Congreso, al anochecer, turbas amenazantes se pasearon por las calles de Lima para pedir la deposición de La Fuentey un pelotón de tropa fue a buscarlos a su casa. Apenas tuvo tiempo para escapar, sin vestirse, por los techos saltando las más altas paredes, desnudo y enfermo, perseguido por los tiros, según se dijo más tarde”.
El prefecto de Lima mandó celebrar la caída de La Fuente con misas y repiques en las iglesias. El senado encargó el gobierno a Andrés Reyes. En el interín gobernó el prefecto.
Una noche, en la corbeta nnorteamericana Saint Lewis, acoderada en el Callao, se apareció un hombre tembloroso y mal vestido. Era el depuesto presidente La Fuente que pedía asilo.
Basadre señala que el prefecto Eléspuru publicó escritos sosteniendo que los pueblos tienen el derecho de destituir a los gobernantes cuando consideran que éstos quebrantan la Constitución y las leyes. Entre las irregularidades y arbitrariedades que el prefecto endilgó a La Fuente estaba el decreto que permitió la importación de harinas y la deportación del periodista-escritor.
Historia del Perú
Piratas + Callao
Aranceles
19 octubre, 2007
Aranceles y piratas en el Callao
El escándalo de un barco cargado de cemento mexicano acoderado en el Callao a la espera de la eliminación del arancel del 12% empieza a volverse pesado. No es la primera vez que el Consorcio CEMEX intenta ingresar al país. Un empresario cementero nacional recuerda que hace tres años su empresa había decidido abrir una planta productora en Texas, Estados Unidos.
Los estudios definitivos quedaron listos el primer trimestre del 2004. Al poco tiempo empezó la construcción de la planta de cemento. Siguiendo el ejemplo de otras empresas peruanas que han abierto mercado fuera instalando plantas procesadoras en los mercados de destino, el fabricante nacional de cemento no calculó la respuesta de los herederos de Moctezuma.
Un día apareció una flota de barcos cargadores repletos de cemento mexicano en los puertos del norte y centro del país. Otros barcos chinos con más cemento en sus bodegas viraron en altamar y enrumbaron hacía el Perú.“Si no dejan de construir su planta en Texas, descargamos el cemento, inundamos el mercado y los dejamos fuera”, les dijo la voz del teléfono a los empresarios nacionales.
Como los negocios son también una estrategia de guerra, la empresa nacional pensó alargar las conversaciones esperando que el cemento mexicano endureciera en las bodegas. Pusieron una acción de amparo y lograron retrasar el ingreso de la mercadería.
El cemento se endureció y terminó, esa vez, en el fondo del mar. Pero la empresa nacional llegó a la conclusión que sería una pelea larga que no podrían sostener en el tiempo. Dos años después desistieron de instalar una fábrica en Texas y se regresaron con sus chivas a atender el mercado nacional.
CEMEX y el Banco Azteca intentaron ingresar durante el gobierno anterior. Buscaron loobistas de cuello y corbata, pero no lo lograron. Hasta hoy que cambió el régimen, aparecieron nuevos contactos mejor dispuestos a defender aquello de que "la empresa nacional debe competir si quiere tener éxito en mercados del exterior".
El cemento no ha subido desde el 2001, las empresas nacionales pueden producir más de 7'500,000 toneladas anuales, el mercado interno con terremoto y todo no demanda más de 5'800,000 toneladas; pese a ello, los cementeros nacionales creyeron en la palabra del presidente García e invirtieron en importación de maquinarias para producir hasta 9'800,00 toneladas anuales. Pero, un día, en medio del fútbol, descubrieron que el 12% del arancel al cemento importado había sido eliminado.
Y, claro, el cemento de los mexicanos estaba listo para ser conducido a las bodegas del Callao. ¡Qué eficiencia!, ¡Qué modernidad! ¡Así se comporta el libre mercado!
Esta mañana el Presidente defendió la eliminación del arancel al cemento. Señaló que las empresas deben aprender a ser competitivas y que al final el público ganará pues accederá a productos de mejor calidad a más bajo precio. Eso está bien en la teoría.
Lo que no dijo el Jefe del Estado es que el cemento nacional cubre la demanda en exceso, su precio se ha mantenido estable y, sobre todo, no dijo que un buque de bandera mexicana merodeaba en las costas del Perú a la espera de que le enciendan el faro para descargar su pesada mercadería. Mismo piratas en el Callao.
Cemento + Perú
Aranceles
Exportaciones
Los estudios definitivos quedaron listos el primer trimestre del 2004. Al poco tiempo empezó la construcción de la planta de cemento. Siguiendo el ejemplo de otras empresas peruanas que han abierto mercado fuera instalando plantas procesadoras en los mercados de destino, el fabricante nacional de cemento no calculó la respuesta de los herederos de Moctezuma.
Un día apareció una flota de barcos cargadores repletos de cemento mexicano en los puertos del norte y centro del país. Otros barcos chinos con más cemento en sus bodegas viraron en altamar y enrumbaron hacía el Perú.“Si no dejan de construir su planta en Texas, descargamos el cemento, inundamos el mercado y los dejamos fuera”, les dijo la voz del teléfono a los empresarios nacionales.
Como los negocios son también una estrategia de guerra, la empresa nacional pensó alargar las conversaciones esperando que el cemento mexicano endureciera en las bodegas. Pusieron una acción de amparo y lograron retrasar el ingreso de la mercadería.
El cemento se endureció y terminó, esa vez, en el fondo del mar. Pero la empresa nacional llegó a la conclusión que sería una pelea larga que no podrían sostener en el tiempo. Dos años después desistieron de instalar una fábrica en Texas y se regresaron con sus chivas a atender el mercado nacional.
CEMEX y el Banco Azteca intentaron ingresar durante el gobierno anterior. Buscaron loobistas de cuello y corbata, pero no lo lograron. Hasta hoy que cambió el régimen, aparecieron nuevos contactos mejor dispuestos a defender aquello de que "la empresa nacional debe competir si quiere tener éxito en mercados del exterior".
El cemento no ha subido desde el 2001, las empresas nacionales pueden producir más de 7'500,000 toneladas anuales, el mercado interno con terremoto y todo no demanda más de 5'800,000 toneladas; pese a ello, los cementeros nacionales creyeron en la palabra del presidente García e invirtieron en importación de maquinarias para producir hasta 9'800,00 toneladas anuales. Pero, un día, en medio del fútbol, descubrieron que el 12% del arancel al cemento importado había sido eliminado.
Y, claro, el cemento de los mexicanos estaba listo para ser conducido a las bodegas del Callao. ¡Qué eficiencia!, ¡Qué modernidad! ¡Así se comporta el libre mercado!
Esta mañana el Presidente defendió la eliminación del arancel al cemento. Señaló que las empresas deben aprender a ser competitivas y que al final el público ganará pues accederá a productos de mejor calidad a más bajo precio. Eso está bien en la teoría.
Lo que no dijo el Jefe del Estado es que el cemento nacional cubre la demanda en exceso, su precio se ha mantenido estable y, sobre todo, no dijo que un buque de bandera mexicana merodeaba en las costas del Perú a la espera de que le enciendan el faro para descargar su pesada mercadería. Mismo piratas en el Callao.
Cemento + Perú
Aranceles
Exportaciones
18 octubre, 2007
¿Acaso han vuelto los Psicosociales?
Mi hija de trece años regresó hoy asustada del colegio. Sus amigas y profesores no hablaban de otra cosa que no fuera el terremoto que hoy a las tres de la tarde sacudiría Lima y Callao. Las referencias del descabellado pronóstico eran nebulosas. Para unos, un hombre lo había dicho en Ica hace unos días. Para otros, fue un bebé recién nacido que ante la sorpresa de la enfermera por su fealdad, y aún envuelto en sangre, había proferido: “más feo será lo que ocurra el 18”.
No hubiera pasado de una anécdota de cole, si no fuera porque una mujer joven me tocó la puerta en la tarde y pidió colaboración para su marido enfermo. Apenas le entregué un sencillo vi su rostro aterrado: ¿ha escuchado usted que hoy habrá terremoto?, dijo al tiempo que se persignaba.
Luego, entro a la página web de Radioprogramas y me encuentro con la siguiente nota: “Ante las versiones alarmistas y equivocadas sobre la ocurrencia de un fenómeno natural que podría ocasionar un desastre en las provincias de Lima y Callao, el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) exhortó a la población a mantener la calma y tomar en cuenta únicamente las versiones oficiales que generan los organismos especialistas en el tema”.
Mientras almorzábamos, comenté el tema y se desenredó la madeja.
No recordaba que hace unas semanas, mientras el alza del pan era inminente y el gobierno preparaba la rebaja de los aranceles a la importación de la harina de trigo, una ciudadana brasileña denunció que se había cortado los labios al encontrar una hoja de afeitar en un pan que compró en una panadería de barrio en Magdalena.
A los pocos días, cuando la rebaja del arancel alcanzó no sólo al producto terminado –la harina-, sino al insumo importado –el trigo-, y aún así el alza del precio del pan era indetenible, otra señorita se quejó de haber encontrado alfileres oxidados en sus tostadas. En ambos casos, la prensa acudió en tropel y las municipalidades realizaron aparatosos operativos de inspección y clausura de panaderías.
Por allí nomás un señor de edad, denunció en la tele que encontró un diente de oro dentro de un pan que compró, ya no en una panadería de barrio, sino en la exclusiva tienda Vivanda de San Isidro. Nuevamente la prensa rebotó la “noticia”. Un canal de televisión puso un microondas tempranero y el gerente de la tienda señaló que ese diente no pertenecía a ninguno de sus empleados pues así lo había determinado un odontograma que realizó a cada uno de los trabajadores.
El pasado fin de semana, mientras se aguardaba con expectativa el debut de la selección peruana en las eliminatorias al mundial Sudáfrica 2010, el gobierno sorprendió a los industriales con la reestructuración de más de 4.200 partidas arancelarias. Era la respuesta del Presidente García a su bajón en las encuestas. 30% de aprobación, lo colocan en el zócalo de la popularidad, comparado con el resto de presidentes latinoamericanos.
Anoche, viendo los noticiarios, me entero que un avión pasó un susto en Tumbes al no bajarle el tren de aterrizaje; otro avión no pudo salir de Cusco porque un ave se había colado entre sus turbinas y, por si fuera poco, un grupo de empleados que hacía trabajos de mantenimiento en el aeropuerto cusqueño, descubrió en una pared la imagen viva del Cristo coronado de espinas.
Entonces, dije, ya basta. Hice una rápida explicación en la mesa de que cosas son los operativos psicosociales y por qué a veces los gobiernos se valen de ellos para mantener a la gente ocupada, distraída, temerosa. Les conté lo de las vírgenes que lloran de la época de Fujimori que aparecieron en árboles y casas, de los curanderos milagrosos que llegaron por esa época al Perú, de avistamiento de ovnis y aparecidos.
En eso estaba, cuando mi hija de trece años, la que trajo la novedad del terremoto que ocurriría hoy en Lima, me dijo:
- No te procupes, Papá. La gente no es tonta. Si ellos lo hacen muy seguido, la gente se dará cuenta y no sólo no les hará caso, sino que les creerá menos y será peor para ellos.
Operativos psicológicos
Terremoto + Perú
Gobierno + Psicosciales
No hubiera pasado de una anécdota de cole, si no fuera porque una mujer joven me tocó la puerta en la tarde y pidió colaboración para su marido enfermo. Apenas le entregué un sencillo vi su rostro aterrado: ¿ha escuchado usted que hoy habrá terremoto?, dijo al tiempo que se persignaba.
Luego, entro a la página web de Radioprogramas y me encuentro con la siguiente nota: “Ante las versiones alarmistas y equivocadas sobre la ocurrencia de un fenómeno natural que podría ocasionar un desastre en las provincias de Lima y Callao, el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) exhortó a la población a mantener la calma y tomar en cuenta únicamente las versiones oficiales que generan los organismos especialistas en el tema”.
Mientras almorzábamos, comenté el tema y se desenredó la madeja.
No recordaba que hace unas semanas, mientras el alza del pan era inminente y el gobierno preparaba la rebaja de los aranceles a la importación de la harina de trigo, una ciudadana brasileña denunció que se había cortado los labios al encontrar una hoja de afeitar en un pan que compró en una panadería de barrio en Magdalena.
A los pocos días, cuando la rebaja del arancel alcanzó no sólo al producto terminado –la harina-, sino al insumo importado –el trigo-, y aún así el alza del precio del pan era indetenible, otra señorita se quejó de haber encontrado alfileres oxidados en sus tostadas. En ambos casos, la prensa acudió en tropel y las municipalidades realizaron aparatosos operativos de inspección y clausura de panaderías.
Por allí nomás un señor de edad, denunció en la tele que encontró un diente de oro dentro de un pan que compró, ya no en una panadería de barrio, sino en la exclusiva tienda Vivanda de San Isidro. Nuevamente la prensa rebotó la “noticia”. Un canal de televisión puso un microondas tempranero y el gerente de la tienda señaló que ese diente no pertenecía a ninguno de sus empleados pues así lo había determinado un odontograma que realizó a cada uno de los trabajadores.
El pasado fin de semana, mientras se aguardaba con expectativa el debut de la selección peruana en las eliminatorias al mundial Sudáfrica 2010, el gobierno sorprendió a los industriales con la reestructuración de más de 4.200 partidas arancelarias. Era la respuesta del Presidente García a su bajón en las encuestas. 30% de aprobación, lo colocan en el zócalo de la popularidad, comparado con el resto de presidentes latinoamericanos.
Anoche, viendo los noticiarios, me entero que un avión pasó un susto en Tumbes al no bajarle el tren de aterrizaje; otro avión no pudo salir de Cusco porque un ave se había colado entre sus turbinas y, por si fuera poco, un grupo de empleados que hacía trabajos de mantenimiento en el aeropuerto cusqueño, descubrió en una pared la imagen viva del Cristo coronado de espinas.
Entonces, dije, ya basta. Hice una rápida explicación en la mesa de que cosas son los operativos psicosociales y por qué a veces los gobiernos se valen de ellos para mantener a la gente ocupada, distraída, temerosa. Les conté lo de las vírgenes que lloran de la época de Fujimori que aparecieron en árboles y casas, de los curanderos milagrosos que llegaron por esa época al Perú, de avistamiento de ovnis y aparecidos.
En eso estaba, cuando mi hija de trece años, la que trajo la novedad del terremoto que ocurriría hoy en Lima, me dijo:
- No te procupes, Papá. La gente no es tonta. Si ellos lo hacen muy seguido, la gente se dará cuenta y no sólo no les hará caso, sino que les creerá menos y será peor para ellos.
Operativos psicológicos
Terremoto + Perú
Gobierno + Psicosciales
Etiquetas:
Gobierno,
Inteligencia,
Interior,
Sociales
16 octubre, 2007
Economía: adiós al piloto automático
Una de las pocas cosas que García no se había atrevido a mover era la economía. Hasta hoy en que –como dice el presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, Eduardo Farah-, entre gallos y medianoche, decidió reestructurar más de 4.200 subpartidas arancelarias. Lo hizo con la opinión en contra del Ministerio de la Producción y sin el consentimiento del Ministerio de Comercio. El brazo ejecutor fue el ministro de Economía y Finanzas, Luis Carranza, el primero en ser ratificado en el puesto, dicho sea de paso.
Así, de un plumazo, sin debate ni acuerdo del Consejo de Ministros, el presidente García decidió poner fin al piloto automático en que había dejado el manejo de la economía. Y se animó a intervenir directamente, modificando la estructura arancelaria en un acto desesperado para volver a nivelar los precios del mercado y recuperar el valor del dólar.
Pero la razón de fondo, no ha sido económica, sino política: el desplome en las encuestas. El temor al retorno del fantasma inflacionario, ha gatillado la decisión presidencial para presionar a su ministro de Economía y apurar una desgravación de más de 4 mil 200 productos, muchos de los cuales se fabrican en el país y ahora han quedado desprotegidos ante el bien importado.
La explicación es relativamente sencilla. Hay muchos dólares en el mercado producto del aumento de las exportaciones. Se necesita importar más para recuperar el precio de la moneda norteamericana. Por otro lado, al reducir los aranceles a determinados productos éstos llegarán a mejor precio al mercado nacional favoreciendo a los consumidores y frenando el rebrote inflacionario.
En realidad, hace un tiempo que las expectativas inflacionarias del MEF planteadas en el papel fueron superadas por la realidad. La meta inflacionaria de menos de 2% prevista el año pasado, se modificó a 2.5% a comienzos de año y se volvió a modificar a 3.02% en agosto último.
Se configuraba así un irrebatible axioma político-económico: a más inflación, menor popularidad.
La subida de precios en alimentos impacta directamente sobre esa parte de la memoria de los peruanos en la que se alojan los recuerdos más funestos del primer gobierno del Presidente García. Si hay una palabra que Alan enseñó a la población esa fue inflación y su variante de pesadilla, la hiperinflación.
Los industriales peruanos representados por la SNI han sido los primeros en poner el grito en el cielo. Farah ha señalado que la PEA industrial se reducirá en 6%. Habrá cierres de fábricas y despidos. En lugar de factorías, el Perú tendrá almacenes para guardar mercadería importada que producen otros países.
Pero, además del mensaje terrorífico que el industrial ha lanzado sobre su sector, hay otro no menos espeluznante: días antes que se produzca esta drástica reducción arancelaria un buque aguardaba en la rada del Callao repleto de cemento centroamericano. Apenas se conoció que el arancel al cemento había sido eliminado, el buque fue diligentemente preparado para la desestiba. Negocio redondo. Ventajas como estas ofrece desconectar el piloto automático de la economía. Se puede meter la mano, literalmente.
Lo que aún nos queda por ver en la próximas semanas es una larga fila de industriales y empresarios visitando el despacho y pasillos del MEF -o los ambientes de Palacio- en busca de una movidita que los ayude a recuperar la protección arancelaria de sus productos. El retorno del festival arancelario y la ruleta del Tio Vivo. Habrá retroceso en algunas partidas. Marchas y contramarchas. Cómo no.
Aranceles + Perú
Sociedad Nacional de Industrias
Luis Carranza
Así, de un plumazo, sin debate ni acuerdo del Consejo de Ministros, el presidente García decidió poner fin al piloto automático en que había dejado el manejo de la economía. Y se animó a intervenir directamente, modificando la estructura arancelaria en un acto desesperado para volver a nivelar los precios del mercado y recuperar el valor del dólar.
Pero la razón de fondo, no ha sido económica, sino política: el desplome en las encuestas. El temor al retorno del fantasma inflacionario, ha gatillado la decisión presidencial para presionar a su ministro de Economía y apurar una desgravación de más de 4 mil 200 productos, muchos de los cuales se fabrican en el país y ahora han quedado desprotegidos ante el bien importado.
La explicación es relativamente sencilla. Hay muchos dólares en el mercado producto del aumento de las exportaciones. Se necesita importar más para recuperar el precio de la moneda norteamericana. Por otro lado, al reducir los aranceles a determinados productos éstos llegarán a mejor precio al mercado nacional favoreciendo a los consumidores y frenando el rebrote inflacionario.
En realidad, hace un tiempo que las expectativas inflacionarias del MEF planteadas en el papel fueron superadas por la realidad. La meta inflacionaria de menos de 2% prevista el año pasado, se modificó a 2.5% a comienzos de año y se volvió a modificar a 3.02% en agosto último.
Se configuraba así un irrebatible axioma político-económico: a más inflación, menor popularidad.
La subida de precios en alimentos impacta directamente sobre esa parte de la memoria de los peruanos en la que se alojan los recuerdos más funestos del primer gobierno del Presidente García. Si hay una palabra que Alan enseñó a la población esa fue inflación y su variante de pesadilla, la hiperinflación.
Los industriales peruanos representados por la SNI han sido los primeros en poner el grito en el cielo. Farah ha señalado que la PEA industrial se reducirá en 6%. Habrá cierres de fábricas y despidos. En lugar de factorías, el Perú tendrá almacenes para guardar mercadería importada que producen otros países.
Pero, además del mensaje terrorífico que el industrial ha lanzado sobre su sector, hay otro no menos espeluznante: días antes que se produzca esta drástica reducción arancelaria un buque aguardaba en la rada del Callao repleto de cemento centroamericano. Apenas se conoció que el arancel al cemento había sido eliminado, el buque fue diligentemente preparado para la desestiba. Negocio redondo. Ventajas como estas ofrece desconectar el piloto automático de la economía. Se puede meter la mano, literalmente.
Lo que aún nos queda por ver en la próximas semanas es una larga fila de industriales y empresarios visitando el despacho y pasillos del MEF -o los ambientes de Palacio- en busca de una movidita que los ayude a recuperar la protección arancelaria de sus productos. El retorno del festival arancelario y la ruleta del Tio Vivo. Habrá retroceso en algunas partidas. Marchas y contramarchas. Cómo no.
Aranceles + Perú
Sociedad Nacional de Industrias
Luis Carranza
14 octubre, 2007
Democracia en AL: ¿hacia un nuevo modelo?
Los resultados de las recientes elecciones constituyentes en Ecuador sugieren -como antes en Venezuela y Bolivia- que la democracia, tal como la conocemos, podría estar sufriendo un proceso de reconversión hacia un nuevo modelo con características no precisamente democráticas. El juego consiste en convocar, apenas iniciado un nuevo gobierno surgido de las ánforas, un proceso electoral-plebiscitario para instalar una asamblea constituyente con la finalidad de aprobar un nuevo pacto social a la medida del partido oficialista de turno.
Nadie puede objetar este mecanismo de cambio de sistema, pues la consulta ciudadana se realiza con participación de organismos regionales como la OEA o la Unión Europea y ONGs americanas como el Centro Carter, que actúan como “veedores internacionales”, legitimimando con ello los resultados.
Por lo demás, la voluntad de los electores se expresa en sufragio directo y democrático, aunque no siempre del todo libre. Los gobernantes de turno utilizan el poder que les da la administración del Estado para orientar el curso de la votación. Ocurrió con los camisas rojas de Venezuela y con el manejo dispendioso de publicidad oficial en plena campaña electoral en Bolivia y Ecuador.
Este nuevo modelo de democracia plebiscitaria busca también reemplazar los órganos de la vieja democracia –como el Congreso- por otro surgido del nuevo modelo –la Asamblea Constituyente.
Evo Morales se equivocó en esta línea al considerar dos tercios de votos para aprobar cada artículo de la Nueva Constitución. Esto lo mantiene ahora entrampado pues lo obliga a negociar y pactar cada línea con la oposición, retrasando sus planes reeleccionistas; pero, además, lo desgasta políticamente al mantener en la práctica dos congresos en pugna y una abultada planilla de legisladores.
En Ecuador, el presidente Rafael Correa aprendió de los errores de Evo y, sin problemas, acordó que la aprobación de cada enmienda constitucional sea por mayoría simple.
La región incuba entonces dos expresiones de la democracia. Una formal, con parlamentos legislativos y ejecutivos renovables cada periodo de tiempo con alternancia política; y otra con parlamentos constituyentes iniciales, fundacionales, en los que se establecen y aprueban las nuevas reglas de juego entre el Estado y la sociedad.
El padre de este modelo de “democracia de nuevo tipo” es el presidente de Venezuela Hugo Chávez, inspirador ideológico de la V República Bolivariana y del Socialismo del Siglo XXI.
En el Perú, el fracaso de la actual administración aprista y la desesperación de los más pobres por resultados inmediatos pueden actuar como catalizadores de este proceso que busca presentar al sistema democrático formal como agotado.
No en vano una encuesta realizada en abril del 2004 por el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo revelaba que más del 50% de los latinoamericanos “están dispuestos a sacrificar un gobierno democrático en aras de un progreso real socioeconómico”, es decir, con alguna forma de gobierno autoritario.
En nuestro país la encuesta de octubre de 2007 de la Universidad Católica señala que 56% se siente insatisfecho con los resultados de la democracia, aunque 55% la prefiere a otro sistema de gobierno. Una ventana de oportunidad que no podemos darnos el lujo de desperdiciar por resultados de gobiernos que sólo reflejan ineficiencia en la gestión, copamiento partidario estatal y altas dosis de corrupción. Esta vez el fracaso de una administración de gobierno puede arrasar con todo el sistema.
P.d. Hoy cumplo un año posteando “Politikha”; ocasión propicia para rubricar esta columna. Un agradecimiento especial a los anónimos lectores. Sirva también el espacio para solidarizarme con Gustavo Mohme Seminario, Ángel Páez, Edmundo Cruz, Carlos Tovar y Juan Carlos Tafur. Así como nada es casualidad en política; en el periodismo -arena política por excelencia-, tampoco.
Nadie puede objetar este mecanismo de cambio de sistema, pues la consulta ciudadana se realiza con participación de organismos regionales como la OEA o la Unión Europea y ONGs americanas como el Centro Carter, que actúan como “veedores internacionales”, legitimimando con ello los resultados.
Por lo demás, la voluntad de los electores se expresa en sufragio directo y democrático, aunque no siempre del todo libre. Los gobernantes de turno utilizan el poder que les da la administración del Estado para orientar el curso de la votación. Ocurrió con los camisas rojas de Venezuela y con el manejo dispendioso de publicidad oficial en plena campaña electoral en Bolivia y Ecuador.
Este nuevo modelo de democracia plebiscitaria busca también reemplazar los órganos de la vieja democracia –como el Congreso- por otro surgido del nuevo modelo –la Asamblea Constituyente.
Evo Morales se equivocó en esta línea al considerar dos tercios de votos para aprobar cada artículo de la Nueva Constitución. Esto lo mantiene ahora entrampado pues lo obliga a negociar y pactar cada línea con la oposición, retrasando sus planes reeleccionistas; pero, además, lo desgasta políticamente al mantener en la práctica dos congresos en pugna y una abultada planilla de legisladores.
En Ecuador, el presidente Rafael Correa aprendió de los errores de Evo y, sin problemas, acordó que la aprobación de cada enmienda constitucional sea por mayoría simple.
La región incuba entonces dos expresiones de la democracia. Una formal, con parlamentos legislativos y ejecutivos renovables cada periodo de tiempo con alternancia política; y otra con parlamentos constituyentes iniciales, fundacionales, en los que se establecen y aprueban las nuevas reglas de juego entre el Estado y la sociedad.
El padre de este modelo de “democracia de nuevo tipo” es el presidente de Venezuela Hugo Chávez, inspirador ideológico de la V República Bolivariana y del Socialismo del Siglo XXI.
En el Perú, el fracaso de la actual administración aprista y la desesperación de los más pobres por resultados inmediatos pueden actuar como catalizadores de este proceso que busca presentar al sistema democrático formal como agotado.
No en vano una encuesta realizada en abril del 2004 por el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo revelaba que más del 50% de los latinoamericanos “están dispuestos a sacrificar un gobierno democrático en aras de un progreso real socioeconómico”, es decir, con alguna forma de gobierno autoritario.
En nuestro país la encuesta de octubre de 2007 de la Universidad Católica señala que 56% se siente insatisfecho con los resultados de la democracia, aunque 55% la prefiere a otro sistema de gobierno. Una ventana de oportunidad que no podemos darnos el lujo de desperdiciar por resultados de gobiernos que sólo reflejan ineficiencia en la gestión, copamiento partidario estatal y altas dosis de corrupción. Esta vez el fracaso de una administración de gobierno puede arrasar con todo el sistema.
P.d. Hoy cumplo un año posteando “Politikha”; ocasión propicia para rubricar esta columna. Un agradecimiento especial a los anónimos lectores. Sirva también el espacio para solidarizarme con Gustavo Mohme Seminario, Ángel Páez, Edmundo Cruz, Carlos Tovar y Juan Carlos Tafur. Así como nada es casualidad en política; en el periodismo -arena política por excelencia-, tampoco.
10 octubre, 2007
Toledo - Lagos: más que un lapsus linguae
El 23 de agosto de 2002, Toledo y Lagos ofrecieron una conferencia de prensa en el Palacio La Moneda. Terminaba así la Visita de Estado que el presidente peruano realizaba a Chile en reciprocidad a la efectuada por su homólogo chileno al Perú en julio de 2006. Pero empezaba, en realidad, el largo camino que coloca hoy al país a punto de ingresar a la Corte Internacional de La Haya para resolver el diferendo marítimo que tiene con Chile.
La historia del reclamo es larga, pero básicamente empezó en esa conferencia de prensa cuando Toledo, en privado, conversó del tema con el Presidente Lagos y abordó, en público, el asunto durante la rueda de preguntas.
La agenda bilateral entre el Perú y Chile en esos momentos giraba en torno a la propuesta de Toledo de reducir la compra de armamentos para destinar esos recursos a la lucha contra la pobreza. Lagos no esperaba que con ocasión de la Visita de Estado el 2002 se planteara el reclamo sobre la delimitación marítima que el Perú sostenía; así que fue una sorpresa que la prensa destacó por entonces.
Ante una pregunta del diario El Comercio, la respuesta de Toledo fue: "Sí, hemos conversado informalmente con el presidente Lagos sobre los límites marítimos. Tenemos una interpretación que difiere muy pequeñamente, pero dejemos que nuestros ministros de Defensa y Relaciones Exteriores trabajen el tema y cualquier iniciativa peruana será en el marco de la paz, integración y cooperación".
Lagos, un tanto sorprendido, respondió: "Interpreto plenamente lo que dijo el presidente Toledo. Creo que es un tema que debemos trabajarlo al nivel que corresponde, y lo importante es que si nos quedamos anclados en esos temas, aunque son importantes, no vamos a hacer estos otros que son más sustantivos".
Cuatro días después, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile en nota dirigida a la Embajada del Perú intentó arreglar el breve desliz que tuvo Lagos en aquella conferencia: "Durante la reciente visita de Estado del señor Presidente del Perú, Doctor Alejandro Toledo se supo de su interés en abordar este asunto, de lo que se tomó conocimiento con el alto respeto que merece un país amigo y vecino, sin que se considere que se trata de un tema a incluir en las agendas bilaterales, habiendo Chile definido su posición mediante acuerdo con el Perú".
Chile se negó a aceptar el tema. Pero lo dicho por Lagos en el sentido de aceptar que se trataba de un tema que debía trabajarse en el nivel correspondiente, quedó grabado. Fue un lapsus linguae del correcto presidente chileno, que la Cancillería de su país intentó corregir.
Dos años después, el 19 de julio del 2004 el Perú solicitó formalmente a Chile Iniciar conversaciones bilaterales para fijar la delimitación marítima entre ambos países. Ese año se celebraba el centenario del Tratado de Paz que Chile firmó con Bolivia, el 20 de octubre de 1904, y Torre Tagle temía que Chile otorgara un corredor marítimo a Bolivia a la altura del Hito Nº 1, en lugar de hacerlo desde el Punto Concordia en la orilla del mar con lo cual la frontera entre Chile y Perú quedaría sellada sin resolver la controversia y, más aún, de manera distorsionada con este tapón boliviano.
Finalmente, el 4 de noviembre del 2004, en el marco del XVIII Cumbre de jefes de Estado del Grupo de Río, los cancilleres de Perú y Chile, Manuel Rodríguez Cuadros e Ignacio Walter, respectivamente, reafirmaron que "el tema de la delimitación marítima entre ambos países, respecto del cual tenemos posiciones distintas, es una cuestión de naturaleza jurídica y que constituye estrictamente un asunto bilateral que no debe interferir en el desarrollo positivo de la relación entre Perú y Chile".
Fue toda una estrategia desarrollada por el gobierno peruano para generar una controversia y acudir -como se ha anunciado-, a la Corte Internacional de La Haya para superar civilizadamente el impasse. Que no venga, pues, ahora Jorge Del Castillo -tan débil en materia de política internacional- a ponerse de parte de la posición chilena y señalar que Toledo se equivocó hace dos días en Santiago al comentar lo que Lagos dijo con todas sus letras el 2002.
Ricardo Lagos
Alejandro Toledo
Cancillería Perú + Chile
La historia del reclamo es larga, pero básicamente empezó en esa conferencia de prensa cuando Toledo, en privado, conversó del tema con el Presidente Lagos y abordó, en público, el asunto durante la rueda de preguntas.
La agenda bilateral entre el Perú y Chile en esos momentos giraba en torno a la propuesta de Toledo de reducir la compra de armamentos para destinar esos recursos a la lucha contra la pobreza. Lagos no esperaba que con ocasión de la Visita de Estado el 2002 se planteara el reclamo sobre la delimitación marítima que el Perú sostenía; así que fue una sorpresa que la prensa destacó por entonces.
Ante una pregunta del diario El Comercio, la respuesta de Toledo fue: "Sí, hemos conversado informalmente con el presidente Lagos sobre los límites marítimos. Tenemos una interpretación que difiere muy pequeñamente, pero dejemos que nuestros ministros de Defensa y Relaciones Exteriores trabajen el tema y cualquier iniciativa peruana será en el marco de la paz, integración y cooperación".
Lagos, un tanto sorprendido, respondió: "Interpreto plenamente lo que dijo el presidente Toledo. Creo que es un tema que debemos trabajarlo al nivel que corresponde, y lo importante es que si nos quedamos anclados en esos temas, aunque son importantes, no vamos a hacer estos otros que son más sustantivos".
Cuatro días después, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile en nota dirigida a la Embajada del Perú intentó arreglar el breve desliz que tuvo Lagos en aquella conferencia: "Durante la reciente visita de Estado del señor Presidente del Perú, Doctor Alejandro Toledo se supo de su interés en abordar este asunto, de lo que se tomó conocimiento con el alto respeto que merece un país amigo y vecino, sin que se considere que se trata de un tema a incluir en las agendas bilaterales, habiendo Chile definido su posición mediante acuerdo con el Perú".
Chile se negó a aceptar el tema. Pero lo dicho por Lagos en el sentido de aceptar que se trataba de un tema que debía trabajarse en el nivel correspondiente, quedó grabado. Fue un lapsus linguae del correcto presidente chileno, que la Cancillería de su país intentó corregir.
Dos años después, el 19 de julio del 2004 el Perú solicitó formalmente a Chile Iniciar conversaciones bilaterales para fijar la delimitación marítima entre ambos países. Ese año se celebraba el centenario del Tratado de Paz que Chile firmó con Bolivia, el 20 de octubre de 1904, y Torre Tagle temía que Chile otorgara un corredor marítimo a Bolivia a la altura del Hito Nº 1, en lugar de hacerlo desde el Punto Concordia en la orilla del mar con lo cual la frontera entre Chile y Perú quedaría sellada sin resolver la controversia y, más aún, de manera distorsionada con este tapón boliviano.
Finalmente, el 4 de noviembre del 2004, en el marco del XVIII Cumbre de jefes de Estado del Grupo de Río, los cancilleres de Perú y Chile, Manuel Rodríguez Cuadros e Ignacio Walter, respectivamente, reafirmaron que "el tema de la delimitación marítima entre ambos países, respecto del cual tenemos posiciones distintas, es una cuestión de naturaleza jurídica y que constituye estrictamente un asunto bilateral que no debe interferir en el desarrollo positivo de la relación entre Perú y Chile".
Fue toda una estrategia desarrollada por el gobierno peruano para generar una controversia y acudir -como se ha anunciado-, a la Corte Internacional de La Haya para superar civilizadamente el impasse. Que no venga, pues, ahora Jorge Del Castillo -tan débil en materia de política internacional- a ponerse de parte de la posición chilena y señalar que Toledo se equivocó hace dos días en Santiago al comentar lo que Lagos dijo con todas sus letras el 2002.
Ricardo Lagos
Alejandro Toledo
Cancillería Perú + Chile
07 octubre, 2007
Fotoshock político de Octubre
Un breve repaso de los principales protagonistas del escenario político nacional. Hay reacomodos y realineamientos.
Alan García sigue engordando en el poder y empieza a despertar los viejos temores de la memoria ochentista por el desajuste económico que dispara los precios en los mercados y desploma el dólar. El gasto público podría seguir aumentando la inflación que en los primeros nueve meses ya rompió dos veces los cálculos del MEF. Si el sismo levantó a García, el alza del pan lo ha devuelto a su sitio. El fantasma de la masacre penal de El Frontón lo tiene preocupado. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha pedido oficialmente al Estado peruano que reabra la investigación sobre este caso.
Ollanta Humala no termina de articular su bancada del todo, pero en este segundo año del Congreso es claro que ha ganado experiencia. La censura a Alva Castro podría ser su primera victoria política. A nivel judicial el gobierno le piensa reavivar el expediente del Caso Madre Mía lo que podría mantenerlo ocupado por un tiempo.
Alejandro Toledo se acaba de definir como “un hombre de centro izquierda responsable”. Hasta ayer sus seguidores de Perú Posible lo consideraban como un hombre de centro y sus opositores lo ubicaban más bien como un liberal de derecha. Sus detractores acaban de armarle una truculenta campaña que bien manejada podría catapultarlo en lugar de afectarlo.
Lourdes Flores se ha tomado en serio su año sabático y goza de un retiro académico que le impide manejar su partido y su alianza Unidad Nacional en el Congreso. Le acaban de proponer eliminar el término “cristiano” de su partido político, lo que en la práctica significaría mutilar su esencia ideológica socialcristana.
Luis Castañeda, sin decir nada, coquetea con el Apra, se reúne con García y aparentemente llega a un acuerdo para ser su candidato el 2011. Esta semana públicamente puso a su Movimiento Solidaridad del lado del aprismo al respaldar a Alva Castros con sus votos golondrinos que tiene en el Congreso.
Antero Flores, en el retiro dorado que tiene como embajador del Perú ante la OEA, ha tenido tiempo para pensar que es necesario ocupar el centro y anuncia la necesidad de construir un partido anclado en ese punto del espectro político. Devaneos del destierro.
Keiko Fujimori, la heredera del fujimorismo, ya empezó a seguir la receta de su padre: imprimir calendarios con su rostro y realizar mítines relámpagos en provincias con el doble objetivo de defender a su padre y acumular fuerzas para reorganizar su tercio de simpatía que le acaba de dar una encuesta.
Alex Kouri sigue viajando a provincias cada fin de semana tomando contacto con el interior del país. En el Callao ha ampliado su táctica populista de regalar comida en las zonas más pobres repitiendo la receta de Fujimori. Antes del 2011 debe terminar de parchar el turbio negocio que tiene con la “Vía Expresa” del aeropuerto realizada por Convial.
Alberto Fujimori pronto pasará a los tribunales, se le juzgará y esperará a que terminen de construir su celda donde pasará una buena parte de su vida en la sombra. Su única esperanza es que una descendiente de su dinastía llegue a Palacio y lo libere vía un indulto. Lo peor de la política pronto en vivo y en directo.
Alan García sigue engordando en el poder y empieza a despertar los viejos temores de la memoria ochentista por el desajuste económico que dispara los precios en los mercados y desploma el dólar. El gasto público podría seguir aumentando la inflación que en los primeros nueve meses ya rompió dos veces los cálculos del MEF. Si el sismo levantó a García, el alza del pan lo ha devuelto a su sitio. El fantasma de la masacre penal de El Frontón lo tiene preocupado. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha pedido oficialmente al Estado peruano que reabra la investigación sobre este caso.
Ollanta Humala no termina de articular su bancada del todo, pero en este segundo año del Congreso es claro que ha ganado experiencia. La censura a Alva Castro podría ser su primera victoria política. A nivel judicial el gobierno le piensa reavivar el expediente del Caso Madre Mía lo que podría mantenerlo ocupado por un tiempo.
Alejandro Toledo se acaba de definir como “un hombre de centro izquierda responsable”. Hasta ayer sus seguidores de Perú Posible lo consideraban como un hombre de centro y sus opositores lo ubicaban más bien como un liberal de derecha. Sus detractores acaban de armarle una truculenta campaña que bien manejada podría catapultarlo en lugar de afectarlo.
Lourdes Flores se ha tomado en serio su año sabático y goza de un retiro académico que le impide manejar su partido y su alianza Unidad Nacional en el Congreso. Le acaban de proponer eliminar el término “cristiano” de su partido político, lo que en la práctica significaría mutilar su esencia ideológica socialcristana.
Luis Castañeda, sin decir nada, coquetea con el Apra, se reúne con García y aparentemente llega a un acuerdo para ser su candidato el 2011. Esta semana públicamente puso a su Movimiento Solidaridad del lado del aprismo al respaldar a Alva Castros con sus votos golondrinos que tiene en el Congreso.
Antero Flores, en el retiro dorado que tiene como embajador del Perú ante la OEA, ha tenido tiempo para pensar que es necesario ocupar el centro y anuncia la necesidad de construir un partido anclado en ese punto del espectro político. Devaneos del destierro.
Keiko Fujimori, la heredera del fujimorismo, ya empezó a seguir la receta de su padre: imprimir calendarios con su rostro y realizar mítines relámpagos en provincias con el doble objetivo de defender a su padre y acumular fuerzas para reorganizar su tercio de simpatía que le acaba de dar una encuesta.
Alex Kouri sigue viajando a provincias cada fin de semana tomando contacto con el interior del país. En el Callao ha ampliado su táctica populista de regalar comida en las zonas más pobres repitiendo la receta de Fujimori. Antes del 2011 debe terminar de parchar el turbio negocio que tiene con la “Vía Expresa” del aeropuerto realizada por Convial.
Alberto Fujimori pronto pasará a los tribunales, se le juzgará y esperará a que terminen de construir su celda donde pasará una buena parte de su vida en la sombra. Su única esperanza es que una descendiente de su dinastía llegue a Palacio y lo libere vía un indulto. Lo peor de la política pronto en vivo y en directo.
02 octubre, 2007
El secreto encanto de la intriga
Un ejercicio sano de la democracia es conversar, intercambiar opiniones, coincidir o divergir. Un efecto contrario es ver en toda conversación un deseo oculto, subalterno, oscuro. Mientras en el primer punto el observador parte de la naturaleza de las cosas, en el segundo parte de la sospecha. A juzgar por los comentarios, respequemores y temores que ha desatado el encuentro entre Alejandro Toledo y Ollanta Humala en algunos sectores, podemos afirmar que en el Perú nos encanta el culto a la intriga.
Por supuesto que no existe nada de malo que dos líderes políticos se reúnan y conversen. Y tampoco existe nada de malo si lo hacen en privado. El ejercicio político implica la reserva. Una cosa es conversar sin publicidad y otra muy distinta saltar a conjeturas conspirativas.
Que Toledo y Humala tienen concepciones políticas distintas. Por supuesto. Pero que esto los anule para sentarse en una mesa y conversar sobre la coyuntura política nacional e internacional, es no sólo exgerado, sino absurdo. Más aún si se le compara con la complacencia con la que se ve otros acercamientos –estos sí non sanctos- como los del gobierno con el fujimorismo.
¿Alguien ha preguntado cuántas veces han ido los fujimoristas a Palacio? ¿Saben acaso que son recogidos por funcionarios de La Casa de Pizarro en una cochera vecina y desde aquí son introducidos subrepticiamente a Palacio sin anotarse en los cuadernos de registro?
Es francamente ridículo que el partido que históricamente se ha caracterizado por realizar pactos debajo de la mesa (APRA-Bustamente y Rivero, APRA-Odría, APRA-FF.AA. y hoy APRA-Fujimorismo) pretenda ahora escandalizarce denunciando una conspiración toledista-humalista que busca tumbarse el gobierno del presidente García.
Ningún adelanto en el calendario democrático. Nada de repetir el accionar de la bancada aprista que el 19 de mayo del 2005 propuso y debatió en el Congreso la vacancia del Presidente Alejandro Toledo.
El Apra debe preocuparse de gobernar con eficiencia, lo que equivale a prestar atención a problemas como la caída del dólar a niveles inimaginables, el aumento del tope inflacionario anual de 2,5% a 3.02%, el asfixiante proceso de corrupción estatal, entre otros, en lugar de buscar fantasmas desestabilizadores donde no los hay.
Nos cuesta acostumbrarnos al ejercicio civilizado de la política. Ojalá todos los líderes políticos nacionales, regionales y locales, tuvieran más seguido este tipo de encuentros, sin prensa, sin dramatismos, que les permita moderar su nivel de adrenalina y encontrar puntos de coincidencia en temas de consenso.
Es más, si finalmente se concreta la reforma de la Constitución y volvemos al bicameralismo, es necesario que se restituya el principio constitucional para que los ex presidentes democráticos puedan ser senadores vitalicios. Así tendríamos a ex jefes de Estado como Toledo y García debatiendo en un espacio público, generando acercamientos, limando fricciones, o discrepando democráticamente en un foro ad hoc.
No siempre las conversaciones a cortina cerrada son conspirativas. A veces es más el susto que generan sus sombras vistas a trasluz. Nervios. Fantasmas. Sudoraciones. Males todos de nuestra fauna política acostumbrada a vivir del secreto encanto de la intriga.
Por supuesto que no existe nada de malo que dos líderes políticos se reúnan y conversen. Y tampoco existe nada de malo si lo hacen en privado. El ejercicio político implica la reserva. Una cosa es conversar sin publicidad y otra muy distinta saltar a conjeturas conspirativas.
Que Toledo y Humala tienen concepciones políticas distintas. Por supuesto. Pero que esto los anule para sentarse en una mesa y conversar sobre la coyuntura política nacional e internacional, es no sólo exgerado, sino absurdo. Más aún si se le compara con la complacencia con la que se ve otros acercamientos –estos sí non sanctos- como los del gobierno con el fujimorismo.
¿Alguien ha preguntado cuántas veces han ido los fujimoristas a Palacio? ¿Saben acaso que son recogidos por funcionarios de La Casa de Pizarro en una cochera vecina y desde aquí son introducidos subrepticiamente a Palacio sin anotarse en los cuadernos de registro?
Es francamente ridículo que el partido que históricamente se ha caracterizado por realizar pactos debajo de la mesa (APRA-Bustamente y Rivero, APRA-Odría, APRA-FF.AA. y hoy APRA-Fujimorismo) pretenda ahora escandalizarce denunciando una conspiración toledista-humalista que busca tumbarse el gobierno del presidente García.
Ningún adelanto en el calendario democrático. Nada de repetir el accionar de la bancada aprista que el 19 de mayo del 2005 propuso y debatió en el Congreso la vacancia del Presidente Alejandro Toledo.
El Apra debe preocuparse de gobernar con eficiencia, lo que equivale a prestar atención a problemas como la caída del dólar a niveles inimaginables, el aumento del tope inflacionario anual de 2,5% a 3.02%, el asfixiante proceso de corrupción estatal, entre otros, en lugar de buscar fantasmas desestabilizadores donde no los hay.
Nos cuesta acostumbrarnos al ejercicio civilizado de la política. Ojalá todos los líderes políticos nacionales, regionales y locales, tuvieran más seguido este tipo de encuentros, sin prensa, sin dramatismos, que les permita moderar su nivel de adrenalina y encontrar puntos de coincidencia en temas de consenso.
Es más, si finalmente se concreta la reforma de la Constitución y volvemos al bicameralismo, es necesario que se restituya el principio constitucional para que los ex presidentes democráticos puedan ser senadores vitalicios. Así tendríamos a ex jefes de Estado como Toledo y García debatiendo en un espacio público, generando acercamientos, limando fricciones, o discrepando democráticamente en un foro ad hoc.
No siempre las conversaciones a cortina cerrada son conspirativas. A veces es más el susto que generan sus sombras vistas a trasluz. Nervios. Fantasmas. Sudoraciones. Males todos de nuestra fauna política acostumbrada a vivir del secreto encanto de la intriga.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)