11 julio, 2017

El Estado informal


El accidente del Cerro San Cristóbal ha desnudado un problema de fondo; el de la informalidad. Pero no de la sociedad, que ya la conocemos, sino del Estado, que nos revela que, en lugar de avanzar, retrocedemos.

La empresa Green Bus es una empresa formal. Obtuvo todos sus permisos para operar. Se los otorgó la Municipalidad de Lima. Estaba autorizada para hacer turismo urbano. 

La Municipalidad del Rímac, también le extendió una autorización para funcionar. Le pegó una calcomanía en el parabrisas y le cobraba 3 mil soles mensuales a la empresa para que trabajara tranquila.

Para que sus buses turísticos de dos pisos transitaran libremente, Green Bus debió pasar una revisión técnica de todas sus unidades.

La empresa pasó esa prueba técnica. Tiene los papeles para probarlo.

En la guantera del bus siniestrado estaba el SOAT 2017. Los pasajeros estaban protegidos contra accidentes de tránsito. Pero cuando llegaron a hospitales y clínicas estas se negaron a atenderlos.

El problema es otro. No es que la empresa sea informal. El informal es el Estado.

Es la maldita informalidad que nos persigue y domina. Que está en el ADN institucional de toda entidad que brinda un servicio público. 

Al caer el bus por el abismo quedó al descubierto que la distancia entre sus ejes es muy corta; la cola del bus es muy larga, y la altura también; las llantas lucen desgastadas, sin cocadas, en la lona; y los asientos del segundo piso descapotado… ¡no tenían cinturones de seguridad!

El SOAT estaba vigente, pero las clínicas y hospitales reclamaban el papel en físico para atender a los heridos. Y todos tenemos en la guantera ¡sólo un papel, no más de 65,  como pasajeros tenía Green Bus!

Esa misma informalidad del Estado le permitió a la empresa operar… ¡sin rutas definidas, ni paraderos establecidos! Jalando gente en la propia Plaza de Armas.

Esa misma informalidad estatal es la que no puede colocar un tomógrafo en un hospital o no pueda hacer análisis clínicos a más de una docena de accidentados porque no hay tanto personal para atender... un domingo por la tarde.

Es la informalidad del Estado. Un Estado incapaz de ordenar la convivencia ciudadana, poner orden y ejercer autoridad. Un Estado donde lo que mejor funciona es la coima que lo perfora y lo entumece, volviéndolo ineficaz.

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