Contra el reloj, ingenieros de la UNI diseñan prototipo de ventilador mecánico súper económico.
El número de contagiados por coronavirus en el Perú sigue en aumento. A punto de superar la curva de los 1.000 contagiados y pasar los 24 fallecidos, médicos intensivistas, enfermeras y técnicos se preparan para dar batalla en el último reducto de la enfermedad: la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Que tiene como elemento esencial al respirador artificial, un dispositivo electro-mecánico que ayuda con la respiración de los pacientes en estado más crítico.
Actualmente, tenemos 852 UCI, de las cuales 276 han sido destinadas para pacientes contagiados con el Covid-19. Cuando entremos en el pico de la enfermedad –en tres o cuatro semanas– todos los esfuerzos se concentrarán en los ventiladores mecánicos, cuya producción ya empieza a escasear en el mundo. La importación de uno de estos equipos cuesta entre US$ 20.000 y US$ 50.000 dólares y traerlos a nuestros hospitales tardaría por lo menos 2 meses.
Hace dos semanas, Manuel Luque Casanave, profesor e investigador de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), recibió una llamada del rector de su casa de estudios, quien le informó que el presidente Martín Vizcarra requería que se buscara una solución inmediata para fabricar ventiladores mecánicos en el país. “Tiene que ser una solución rápida y económica”, le explicó el rector.
Sin pensárselo dos veces, Luque Casanave se puso a la orden. De inmediato convocó aalumnos y egresados de ingeniería mecatrónica y mecánica de la UNIy tras cinco días de febril trabajo el resultado fue un prototitpo de ventilador mecánico, cuyas piezas se fabrican en impresoras 3D. “Está compuesto de un monitor que indica los signos vitales de la persona, un ventilador electromecánico que ayuda a llevar oxígeno a los pulmones y elimina el CO2, ductos, válvulas y filtros”, explica.
El equipo del ingeniero Luque Casanave viene siendo asesorado por un grupo de médicos del Ministerio de Salud (MINSA), con quienes tienen una reunión virtual cada dos días. Además, se han puesto en contacto con Fab Lab Perú, una organización sin fines de lucro que promueve el uso de impresoras 3D.
Según sus cálculos, cada impresora puede fabricar un ventilador mecánico en dos o tres días. A mayor número de impresoras 3D, se podría acelerar el proceso de elaboración de los ventiladores mecánicos. Por esta razón, espera poder apelar a la solidaridad de las personas que tengan una impresora 3D para imprimir ciertas piezas del ventilador mecánico desde sus hogares, una vez que el prototipo sea aprobado por el ministerio.
Cada uno de estos ventiladores tiene un costo aproximado de US$ 500, precio súper económico comparado con lo que cuestan los modelos importados. En estos momentos, el norte del país reclama con urgencia estos ventiladores. Tumbes tiene solo uno y Piura tres. Loreto acaba de recibir siete. Pero, si el virus escala en proporciones geométricas, se necesitarán más. Muchos más.
Una vez pasada la crisis del coronavirus, estos ventiladores podrían seguir funcionando, e incluso, evolucionar sin ningún problema. “Se podrán automatizar un poco más. Ahora tienen lo suficiente para solucionar esta emergencia, pero una vez que se abra nuevamente el comercio y la industria, podremos ponerle aún más elementos y tener una versión 2.0”.
Personas como Manuel Luque Casanave y su grupo de ingenieros conectados a través de Zoom o Hangouts, trabajando 12 horas diarias en el proyecto, nos hacen pensar que, tal vez, sí tengamos las herramientas para hacerle frente a la pandemia. Solucionar el diseño y la producción de ventiladores mecánicos para los pacientes más graves es una carrera contra el tiempo de la que están dispuestos a salir victoriosos. Y a dejar, su último aliento. (Luis Alvaro Chávez Hinojosa).
* Nota publicada en Caretas 2634, jueves 2 de abril de 2020, elaborada con datos al martes 31 de marzo de 2020.
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