16 julio, 2012

Zorro político

Poco a poco, venciendo resistencias iniciales, congresistas de todas las tiendas políticas están terminando por aceptar que Víctor Isla Rojas puede ser el próximo presidente del Congreso. ¿Cómo se ha llegado a esta situación? ¿Qué poder mágico ha hecho posible que un hombre cuasi desconocido, de perfil bajo, identificado con posiciones antisistema, sea visto, de pronto, como alguien que puede conducir el Poder Legislativo?

La respuesta es la política, la actitud y la actuación política. Desde que recibió el espaldarazo del Presidente Ollanta Humala, quien lo eligió y lo empoderó, señalándolo con el dedo, Isla adquirió una notoriedad especial entre la bancada gris del oficialismo. Si bien Humala encargó a la primera vicepresidenta, Marisol Espinoza, apuntalar la candidatura de Isla, el legislador, siempre tras bastidores, ha hecho su trabajo.
 En las últimas semanas, ha  levantado el teléfono, ha contactado y conversado con todos los grupos políticos representados en el Congreso. Ha buscado llegar a acuerdos, ha coordinado el futuro manejo de la institución parlamentaria.
 Como afirma Savater, los humanos estamos dotados de instintos y capacidad racional. Es la razón o la capacidad de establecer y llegar a acuerdos la que nos diferencia de los animales. Somos, por eso, seres instintivamente racionales.
La vía para activar ese instinto es el diálogo.
La principal herramienta del político no es la fuerza, como por lo general piensan quienes no tienen experiencia política y creen que su finalidad es sólo cumplir objetivos.
El instrumento natural de la política es la negociación, la persuasión, la capacidad de convencer al otro apelando a la razón o penetrando en su parte más íntima compuesta por expectativas e intereses. ¿Cómo se explica que políticos curtidos como Mauricio Mulder o Juan Carlos Eguren, en representación de sus propios partidos aparezcan de pronto defendiendo la postulación de Isla? ¿Dónde quedaron los cuestionamientos a su pasado político?
Si la política es el reino de lo posible, los seres que la pueblan son el resultado de la promesa, la palabra empeñada y el acuerdo.
Pero como de buenas intenciones está empedrado el infierno, la real politik es también un mundo de traiciones, desacuerdos y promesas incumplidas.
Habrá que ver si el próximo presidente del Congreso puede llevar adelante la tarea de conducir un poder del Estado de manera ordenada, concertada y en equilibrio, impulsando los asuntos de Estado que necesita el Ejecutivo, pero, también accediendo a las propuestas de los demás grupos políticos que han apostado por entregarle al oficialismo, una vez más, la oportunidad de manejar este poder del Estado.
Isla viene desarrollando una capacidad de despliegue político. Con astucia, caminando por los costados, esperando con paciencia acercarse al gallinero. En esto se parece más al zorro que a cualquier otro animal político. No es águila, ni tigre. Es sagaz y paciente. Habrá que ver si también es consecuente con la palabra empeñada.

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