Gilberto Díaz Peralta, ex congresista y dirigente nacional del partido, ha renunciado al partido. Lo hizo en diciembre pasado, pero su renuncia ha hecho noticia recién ahora en medio de una campaña periodística contra el ex presidente y líder de nuestra organización, Alejandro Toledo.
No voy a referirme aquí a los calificativos deplorables que ha lanzado contra nuestro dirigente mayor, pero como miembro del CEN y de la Comisión Política del partido, sí quiero responder a su denuncia de fraude a la elección partidaria, realizada el 21 de octubre de 2012, en la que se renovó la Comisión Ejecutiva Nacional del partido, con Luis Thais como secretario general, fórmula de la que formo parte.
En una frase: Gilberto Díaz Peralta miente.
El siguiente testimonio gráfico que obra en los archivos del partido lo prueba:
El domingo 21 de octubre del 2012 en el marco de un Congreso Nacional Ordinario del Partido Perú Posible, se presentaron dos listas: La Número 1 encabezada por Gilberto Díaz y la Núnero 2 presidida por Luis Thais.
Mientras dirigentes y miembros del plenario llegaban a la reunión partidaria, en Lomas de Villa, Chorrillos, el candidato Díaz, muy contento él, no dejaba pasar la oportunidad de tomarse fotos con las bases.
El plenario se desarrolló sin dificultades ni contratiempos, con excepción del pedido de Gilberto que, ante la propuesta de elegir una lista por consenso, exigió ir a elecciones libres y secretas.
Y así se hizo. Los delegados, luego de debatir la agenda del día y almorzar, se dirigieron al local de votación donde se instalaron tres mesas con sus respectivas ánforas secretas. Todos hicieron su cola en orden. No hubo quejas ni reclamos, sino el espíritu de camaradería que se acostumbra en Perú Posible.
Al final, los resultados, por amplia mayoría, dieron como ganador y nuevo secretario general de Perú Posible a Luis Thais. Gilberto Díaz no protestó, ni presentó reclamo alguno. Por el contrario, con espíritu democrático, se acercó a saludar al vencedor.
Thais respondió al afecto de Díaz y ante la mirada de todos los militantes lo estrechó fuertemente contra su pecho. Díaz Peralta se hundió en su regazo. La militancia aplaudió el gesto de confraternidad.
Era el momento del cierre e ingresó la prensa. El presidente Toledo dio un discurso final y para sellar la unidad del partido llamó a Gilberto Díaz al estrado principal y lo felicitó por haber desarrollado una digna campaña. Díaz dio un breve discurso. El nuevo secretario general de Perú Posible, Luis Thais, también. Toledo cerró el encuentro y...
... en señal de unidad y fraternidad democrática les alzó los brazos a ambos, frente a la militancia y los medios de comunicación como testigos. ¿De qué fraude habla ahora? ¿Qué artimañas son esas de salir en cargamontón contra el el partido y su líder? ¿Compitió a la secretaría general con espíritu democrático o como parte del plan de una facción renegada y expulsada de Perú Posible?
Tres meses después, Gilberto Díaz Peralta envía una carta al partido renunciando irrevocablemente, denunciando fraude y favoritismos en aquella memorable jornada.
Su carta está fechada el 17 de diciembre de 2012 y dice muchas cosas producto quizás del resentimiento, falta de liderazgo o desazón frente a las derrotas continuas y pérdida de espacio -que son procesos normales en hombres políticos-. Quién sabe.
Pero lo que no dice Gilberto Díaz es que un día antes, el propio Alejandro Toledo lo llamó para proponerle integrar la Comisión Política del Partido. Gilberto Díaz aceptó.
Y ahora, gozando de sus cinco minutos de popularidad que dan los medios de comunicación a las denuncias, el ex dirigente despotrica contra la organización que le abrió las puertas para trabajar, contra el líder que le confío hasta el último minuto responsabilidades, pero, sobre todo contra el decoro y la decencia que debe tener todo hombre que por un tiempo compartió el poder.
Bien dicen que en política, la decencia y la lealtad, no son monedas corrientes de cambio.
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