Ha sido una muestra clara de civismo la reunión de los partidos políticos peruanos con el gobierno ad portas del fallo de La Haya.
La delimitación marítima entre Perú y Chile es una política de Estado y, en ese orden de entendimiento, los partidos han hecho un alto en sus respectivas agendas.
El 27 de enero de 2014 La Haya emitirá su sentencia, inapelable, y ese día peruanos y chilenos tienen la responsabilidad de asumir con responsabilidad y madurez su ejecución inmediata.
Lo que no va a cambiar ningún fallo es la situación de vecindad que ambos países tenemos.
La primera tarea sera, entonces, acallar aquí y allá, las voces discrepantes, ariscas e incendiarias, que seguramente existirán siempre, pero que las autoridades tienen el deber de manejar con prudencia.
Culmina así un largo proceso que ha tomado a tres gobiernos su puesta en marcha. Aquí no hay vencedores ni vencidos, solo dos países que aspiran a vivir el paz con sus límites fronterizos establecidos por ley.
Ojalá y el espíritu de unidad y fraternidad mostrado hoy por los partidos en el plano internacional se extienda al plano local. Algo difícil de asumir, aunque no imposible, si se lee con cuidado la demanda actual del pueblo peruano. Paz y concordia nacional.
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