No hay forma de solucionar la crisis entre el legislativo y ejecutivo sin que alguno de los dos poderes ceda posiciones. No es solo una cuestión de conversar, sino de llegar a acuerdos.
Esta semana, las cabezas de ambos poderes volvieron a levantar sus banderas, sin punto de consenso a la vista.
El Congreso —al menos una mayoría notoria— se resiste a adelantar elecciones. El presidente, por su parte, insiste en que no hay otra salida que el recorte del mandato presidencial y congresal.
Sobre el mecanismo de adelanto de elecciones, además, se debe agregar el ingrediente del plazo. No hay tiempo para hacerlo vía referéndum, como propuso el presidente Vizcarra. Esto obligaría a aprobar la iniciativa en dos legislaturas ordinarias sucesivas, lo que implica recortar la presente y convocar a una extraordinaria solo para ese fin.
Sin un cambio en las posturas máximas de los representantes de los poderes de Estado, difícilmente habrá acuerdo. Si conversar no siempre es pactar; en este caso, para encontrar una salida, conversar es ceder.
Vizcarra (47% de aprobación personal) llega con el respaldo mayoritario de la calle a su propuesta de adelanto de elecciones (70%). Mientras que Olaechea (15% de aprobación personal) representa al Congreso de la República en su nivel más bajo de aprobación (8%).
¿Estará dispuesto el presidente de la República a ceder en su propuesta de elecciones adelantadas? Por lo que ha declarado a medios como Hildebrandt en sus Trece (HT) y Semana Económica (SE), parece que no.
“He escuchado a algunos congresistas decir que lo mejor para solucionar la crisis es vacar al presidente. Esa es otra alternativa, que la propongan. Otra alternativa es lo que dice la gente: cierren el Congreso. Hay que analizar todas las alternativas. Lo que nosotros decimos es que se deben hacer las cosas de manera ordenada, pensando en el Perú”, le dijo el presidente a SE.
“Después de tres años de gobierno, con un presidente que renuncia, después que se intentara su vacancia, con un gabinete que cae, con ministros censurados, con normas que se presentan y que son distorsionadas por el Congreso, el planteamiento es adelantar las elecciones”, planteó en HT.
En otras palabras, resetear la política.
Los constitucionalistas, sin embargo, coinciden en que tal como están las cosas hoy no hay razones suficientes para legalizar —ni respaldar— ninguno de los dos extremos: cerrar el Congreso o vacar al presidente.
Y si no existen hoy, entonces, podrían también eliminarse de la mesa de conversaciones. Ni cierre del Congreso, ni vacancia presidencial, he ahí un primer punto de partida de la cita entre el presidente de la República Martín Vizcarra y el presidente del Congreso, Pedro Olaechea.
¿Será posible ese milagro? Después de todo, quizás no fue tan mala idea que ambos personajes se reúnan para conversar en la Iglesia San Francisco, porque una ayudita para salir de posturas irreductibles, van a necesitar.
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