El cambalache político que vivimos ha
tergiversado el sentido de las palabras. Las cosas se nombran de una manera y
significan otra completamente diferente. Debemos recuperar la esencia de las
palabras, su espíritu, para no confundirnos en su uso o aplicación. Veamos unos
ejemplos:
Indulto Humanitario: Indulto fue.
Pero no humanitario, ni médico, sino político. Se tranzó a cambio de conservar
la cabeza del ejecutivo, que no es poca cosa. Fujimori salió de la DIROES y PPK
se quedó en Palacio. La CIDH determinará en breve los alcances jurídico
supranacionales de la medida. Si se revoca a este nivel el indulto, se vuelve a
armar la pampa.
Gabinete de la Reconciliación: Ni
de reconciliación, ni de coalición. Este gabinete es solo de la continuación.
Es más de lo mismo y menos de lo que esperaba. Reconciliación es una palabra
ecuménica que pertenece más a la religión que a la política. Ojalá el gobierno
encuentre el norte y (además de reconstruirlo), empiece la verdadera
reconciliación, es decir, con los que más necesitan.
Diálogo Democrático: Ni uno ni otro. Nadie dialoga en estos
momentos. ¿Con quién dialoga el gobierno? ¿Con FP, la izquierda, APP, AP? No. Solo
con Kenji. Tampoco la oposición dialoga. Dos de los “advangers” fueron expulsados
de la Comisión Permanente del Congreso por su partido, sin consulta de ningún
tipo. El Apra expulsó a Barreda y Salinas al mismo tiempo que decían “sí, juro”
en el gabinete. La izquierda de Arana no dialoga con la de Marisa Glave. Ni con
la de Goyo Santos. Los únicos que “hablan”, entre sí, son los marchantes. Unos
para que Fujimori regrese al penal (y se vaya PPK). Y otros, para celebrar la
libertad del Chino. No hay diálogo. El único diálogo que existe es el de
sordos.
Popularidad Presidencial: El término más preciso sería impopularidad
presidencial. Según DATUM, 75% desaprueba la gestión del presidente Kuczynski;
solo 20% lo aprueba. Las razones: Mala gestión (22%). No hace nada (18%).
Indultó a Fujimori (15%). Es mentiroso (14%). Sus voceros se consuelan con
decir que solo se trata de “la foto del momento”. Pero la película que se
vislumbra no es mejor. Apenas se vaya El Papa, volverán las oscuras
golondrinas, en las calles, sus alas a batir. Lo más preocupante no es el “The
End”, sino que este se adelante.
Publicidad Estatal: Mejor llamarla por su real intención: Mordaza
estatal. El proyecto de ley del congresista Mulder que prohíbe la publicidad
del Estado en medios privados, limitando la difusión de campañas públicas a
medios de comunicación del Estado y a redes sociales. Un pre dictamen incorpora
una frase salvadora: “A excepción de los casos de emergencia”, que permitiría
disponer del 0.5% del presupuesto asignado para estos casos. Un avance. Lo que
aún no se termina de entender es que los Estados requieren tener alternativas
directas de comunicación, sobre todo, cuando el manejo de prensa no es
suficiente para comunicar mensajes. La democracia cuesta.
El Club de la Construcción: Si la hipótesis de la fiscalía es correcta,
el término preciso para denominar esta práctica empresarial debiera ser: El
Club de la Corrupción. Resulta que se ha detectado a un grupo de empresas de
construcción –no solo brasileñas– que conformaron un “club” para entre ellas “ruletearse”
las obras de construcción que licitaba el gobierno durante la administración
del presidente Humala. En una operación relámpago, la Fiscalía de Lavado de Activos
ha intervenido 47 domicilios y se ha detenido a ex funcionarios públicos, entre
ellos un asesor del Ministerio de Transportes, a quienes se ha levantado su
secreto bancario y de comunicaciones. Nunca más vigente la sentencia karmática
de Manuel Gonzales Prada: donde se pone el dedo, salta la pus.
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