07 noviembre, 2020

EE.UU.: El voto ausente


 

En Estados Unidos el poder electoral no es un poder del estado. Por esa razón no existe un órgano electoral nacional que reúna la información oficial. Cada estado tiene sus propias reglas electorales y cada uno organiza su proceso y reporta sus cifras. El voto no es obligatorio, sino voluntario. Y se puede votar de manera presencial el día de las elecciones, pero también de forma adelantada, días, e incluso, semanas antes del proceso, enviando el voto por una de las instituciones más respetadas de los Estados Unidos fundada incluso antes que la independencia norteamericana: el correo postal. 

 

A esta modalidad adelantada de votación se le conoce como el voto ausente. Es decir, prevé la posibilidad de que cualquier ciudadano, por alguna razón, no pueda ejercer su derecho personalmente y el día de las elecciones se encuentre “ausente” de su centro de votación, condado, estado o país. De forma preliminar, se conoce que más de 100 millones de personas ejercieron su derecho al voto ausente vía correo postal. Es un récord histórico explicado por la preocupación que generó en la población la posibilidad del contagio de covid-19 el día de las elecciones. En EE.UU. la pandemia ha provocado más de 9,3 millones de contagios y 232.000 muertos.

 

Desde el comienzo, los demócratas insistieron en promover la votación adelantada o ausente. Instaron a sus seguidores a utilizar el voto por correo para evitar contagios en las colas y centros de sufragio. Los republicanos, por el contrario, tratando de evitar su responsabilidad en el manejo de la pandemia, atacaron el voto por correo y acusaron a los demócratas de pretender adulterar el resultado de la votación por correo.

 

El voto adelantado o por correo ha sido una característica de los norteamericanos. El propio Donald Trump ganó el 2016 con un voto ausente que representó 55,7% del electorado. Cuando en mayo de este año los demócratas propusieron ayudar económicamente al servicio postal de los Estados Unidos, el presidente Trump se opuso. Para entonces la empresa pública fundada en 1775 acumulaba pérdidas por más de 6,700 millones de dólares. El correo electrónico, la digitalización del comercio, la pandemia y el servicio delivery estaban acabando con el tradicional envío de cartas y paquetes de los Estados Unidos. Desde entonces, el  presidente republicano usaba la palabra fraude.

 

En algunos estados los votos por correo se cuentan antes. En otros, después. Eso explica los cambios de votación para uno u otro candidato. Ha sucedido siempre. En la elección de 1960, entre Kennedy y Nixon, los votos se disputaron igualmente uno a uno. Durante tres días el país estuvo en vilo. Kennedy había ganado en primera instancia California, pero cuando llegaron los votos por correo, Nixon terminó ganado por 36 mil votos. Lo contrario sucedió en Hawai. 

 

También, por entonces, Estados Unidos quedó partido en dos mitades. En el voto popular, Kennedy terminó ganado con una diferencia de apenas 0,1%. Pero aún así Nixon fue capaz de reconocer su derrota, sin apelar a los tribunales. La separación de poderes funciona en Estadoss Unidos. Además del poder ejecutivo y legislativo, el tercer poder —como en cualquier democracia que se precie de serlo— es el poder judicial. Y a este poder acudirá Donald Trump en un último intento por judializar la política.

 

La más reciente disputa electoral en un tribunal supremo ocurrió en las elecciones del 2000, entre George Bush y Al Gore, en Florida. En esa oportunidad se planteó el reconteo de votos y se impugnaron otros tantos. Al final, la ventaja fue para Bush por apenas 537 votos, con lo cual volteó la elección, se llevó Florida y obtuvo mayoría en el Colegio Electoral.

 

"Esto es un fraude al pueblo estadounidense. Una vergüenza para nuestro país. Francamente, hemos ganado las elecciones. Nuestro objetivo ahora es garantizar la integridad de las mismas. Iremos al Tribunal Supremo. Es un momento muy triste”, ha dicho el presidente Trump ahora, aún antes de que acabe el recuento.

 

Lo que Trump cuestiona es que se acepten los votos por correo enviados después del 3 de noviembre, el día de las elecciones presenciales, como ocurrió en Pensilvania donde finalmente se decidió la victoria a favor de Biden. En Gorgia la corte suprema dispuso detener el conteo de votos posteriores al 3 de noviembre. 

 

Mientras los principales líderes del mundo saludan la victoria de Joe Biden, el presidente Trump se alista para resistir en los tribunales. Los tiempos, sin embargo, son cortos. Cualquier controversia tiene que haberse dirimido, por ley, antes del 8 de diciembre. Ello debido a que una semana después, el 14 de diciembre, el Colegio Electoral debe reunirse para elegir de manera indirecta al presidente número 46 de los Estados Unidos de América. No cumplir con estos plazos, es un delito mayor. Se viene una dura prueba para el voto ausente que, como hemos visto, en realidad ha estado más presente que nunca.

 

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