Un amigo define a Lourdes Flores de la siguiente manera: “Yo no conozco a ninguna mujer -como ella- especialista en dispararse al pie”.
A veces tiene unas salidas de lo más intonsas -o políticamente tan contraproducentes-que dejan qué pensar.
Como cuando se metió a la piscina en plena segunda vuelta electoral y le dio la razón a quienes la motejaban de la candidata de los ricos.
O como cuando conocidos los estrechos resultados de la primera vuelta, realizó un mitin cantando su victoria antes de tiempo.
O como cuando comprobó que el Apra le volteó la torta en mesa y ella lloró y lloró y salió al día siguiente con lentes oscuros, ocultando su derrota.
Lourdes peca constantemente de ingenua, pero no es tonta.
Por eso resulta incomprensible su apoyo total a César Cataño Flores al punto de confesar públicamente que pondría las manos al fuego por él.
Lourdes no sólo está convencida de la inocencia de Cataño. Piensa que este hombre, salido de la pobreza, que llegó a ser dueño del mercado de vehículos usados en Tacna, es el “Cholo Power” que ella necesita para su campaña.
En su esfuerzo por compensar su extracción no popular Lourdes cree firmemente que Cataño ha logrado éxito en la vida en base a su esfuerzo.
Ella lo asesoró legalmente en su etapa de vendedor de autos usados. De manera que lo conoce bien.
No encuentra nada raro que ahora haya decidido ampliar su visión de negocios y apueste por invertir en la aviación comercial. Todas sus operaciones de negocios están justificadas, ha dicho Lourdes haciendo sumas y restas.
Cataño en realidad es un ejemplo del éxito, un ejemplo de aquellos peruanos que salen de abajo, un verdadero empresario popular.
Cataño es el Cholo exitoso que Lourdes necesita para renovar su discurso y acción política. Para dejar de ser la candidata de los ricos que le colgó Alan García.
“Lourdes Flores Nano, presidenta del directorio, de un Cholo emprendedor”. No suena mal, piensa para sus adentros. Y además en un negocio monopolizado por los chilenos. Nada mal, vuelve a pensar.
El problema no es el éxito empresarial que haya logrado el Sr. Cataño, sino el origen de su fortuna inicial.
En Tacna, los taxistas recuerdan a Cataño comprando terrenos y vehículos en un solo viaje. Su fortuna no se hizo con la venta de autos. El ya tenía plata cuando llegó a Tacna.
¿De dónde viene su fortuna? Es algo que Lourdes no ha podido explicar.
Luego está el tema de su nuevo nombre. Pero eso también lo sabe Lourdes.
Ella está segura que esto se debe a un problema que el Cholo Power tuvo con su padrastro. No a ninguna estratagema para burlar la justicia.
No sé si mi amigo tenga razón y nuevamente estemos ante un disparo al pie. Lo único que sé es que si Lourdes acierta esta vez… seguro que llega a ser Presidenta.
31 agosto, 2009
29 agosto, 2009
Las riquezas de los territorios perdidos V
La exportación salitrera *
El salitre fue el segundo producto exportable que explica la riqueza de Chile. Diversos historiadores han estudiado el impacto económico que significó para el vecino del sur la apropiación del salitre. En esta oportunidad presentamos tres cuadros que en conjunto explican cómo la guerra nos despojó de uno de los recursos más importantes para nuestra economía.
La primera serie histórica es 1830 hasta 1860 y fue publicada por el historiador Emilio Romero en su libro “Historia económica del Perú”, Tomo 2. Así se movía la exportación de salitre peruano diecinueve años antes de que estalle la guerra:
El crecimiento geométrico permite comprender el peso que tuvo este mineral en los ingresos del fisco peruano. Si en la década del 30 al 39 del siglo XIX, se exportaba 1 millón de quintales, treinta años más tarde, entre el 60 y 69, una década antes del conflicto, esta cifra se había multiplicado por veinte.
La segunda serie histórica, entre 1870 y 1879, es del historiador Jorge Basadre. El autor de “Historia de la República del Perú”, toma como referencia las cifras anotadas en el puerto de Liverpool, la puerta de entrada a Europa. En este periodo las exportaciones salitreras son fluctuantes:
La tercera serie histórica es del embajador Juan Miguel Bákula quien reproduce las cifras de producción y comercialización de salitre posteriores a la guerra, de una investigación realizada por Carlos Palacios Moreyra.
Aquí se observa la evolución que tuvo la exportación y el precio por quintal del salitre desde 1880, en pleno furor de la guerra, hasta el crack económico mundial de 1929.
"En los primeros años, hasta 1881, el precio se mantuvo alrededor de 14.5 y 15.5 peniques el quintal, para bajar en la medida que aumentó la producción a 12 peniques", refiere Báckula.
“Sin embargo, al comenzar el siglo XX la demanda aumentó, también por requerimientos industriales del armamentismo creciente, con el consiguiente beneficio pues hacia 1910 los nitratos chilenos abastecían cerca del 70% de la demanda mundial”.
Según estas cifras la exportación de salitre al finalizar la guerra, se triplicó, y los impuestos para el Estado chileno, también.
Sólo el descubrimiento alemán del salitre sintético y la posterior caída de la economía mundial en 1929 motivaron su paulatino descenso en las exportaciones chilenas. (Continuará...)
-------------------------
* Con este artículo retomamos nuestra serie histórica sobre lo que significó para el país vencedor la conquista de territorios en los que se encontraban los principales recursos naturales de los países vencidos.
El salitre fue el segundo producto exportable que explica la riqueza de Chile. Diversos historiadores han estudiado el impacto económico que significó para el vecino del sur la apropiación del salitre. En esta oportunidad presentamos tres cuadros que en conjunto explican cómo la guerra nos despojó de uno de los recursos más importantes para nuestra economía.
La primera serie histórica es 1830 hasta 1860 y fue publicada por el historiador Emilio Romero en su libro “Historia económica del Perú”, Tomo 2. Así se movía la exportación de salitre peruano diecinueve años antes de que estalle la guerra:
El crecimiento geométrico permite comprender el peso que tuvo este mineral en los ingresos del fisco peruano. Si en la década del 30 al 39 del siglo XIX, se exportaba 1 millón de quintales, treinta años más tarde, entre el 60 y 69, una década antes del conflicto, esta cifra se había multiplicado por veinte.
La segunda serie histórica, entre 1870 y 1879, es del historiador Jorge Basadre. El autor de “Historia de la República del Perú”, toma como referencia las cifras anotadas en el puerto de Liverpool, la puerta de entrada a Europa. En este periodo las exportaciones salitreras son fluctuantes:
La tercera serie histórica es del embajador Juan Miguel Bákula quien reproduce las cifras de producción y comercialización de salitre posteriores a la guerra, de una investigación realizada por Carlos Palacios Moreyra.
Aquí se observa la evolución que tuvo la exportación y el precio por quintal del salitre desde 1880, en pleno furor de la guerra, hasta el crack económico mundial de 1929.
"En los primeros años, hasta 1881, el precio se mantuvo alrededor de 14.5 y 15.5 peniques el quintal, para bajar en la medida que aumentó la producción a 12 peniques", refiere Báckula.
“Sin embargo, al comenzar el siglo XX la demanda aumentó, también por requerimientos industriales del armamentismo creciente, con el consiguiente beneficio pues hacia 1910 los nitratos chilenos abastecían cerca del 70% de la demanda mundial”.
Según estas cifras la exportación de salitre al finalizar la guerra, se triplicó, y los impuestos para el Estado chileno, también.
Sólo el descubrimiento alemán del salitre sintético y la posterior caída de la economía mundial en 1929 motivaron su paulatino descenso en las exportaciones chilenas. (Continuará...)
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* Con este artículo retomamos nuestra serie histórica sobre lo que significó para el país vencedor la conquista de territorios en los que se encontraban los principales recursos naturales de los países vencidos.
25 agosto, 2009
AGP: errores sobre la mesa
En política internacional existe un principio que el Presidente García debiera recordar: las Relaciones Exteriores entre los Estados deben tratarse por los canales correspondientes y no por los medios de comunicación.
Romper este principio trae complicaciones en el siempre delicado terreno internacional. El problema es que se compromete no sólo a los más altos dignatarios, sino al país en general.
Ante un debate internacional, nadie en su sano juicio podría manifestarse en contra del jefe del Estado. Pero el jefe del Estado debiera estar a la altura de sus responsabilidades.
Las relaciones internacionales son institucionales, no personales.
Insinuar “acuerdos bajo la mesa”, donde solo hay conversaciones bilaterales –reservadas, es cierto, como deben de ser- es un error.
Lo que se genera es una suspicacia entre los vecinos. El efecto inmediato es el escalamiento del nivel de deterioro de nuestras relaciones.
Por eso, hace bien el ex presidente Alejandro Toledo recomendar al jefe del Estado prudencia y tino al afirmar aspectos sustantivos de nuestra política internacional.
La demanda marítima de nuestro país ante La Haya es un tema de dos Estados soberanos y democráticos (Perú y Chile).
La demanda marítima es además un asunto de Estado.
Empezó en el gobierno anterior cuando se trazó las Líneas de Base y se configuró la controversia jurídica que permitió acudir a La Haya; continuó en este gobierno con la demanda misma; y su resultado se alcanzará en el próximo gobierno.
Nuestros hermanos bolivianos no deben sentirse preocupados por ello.
Si Bolivia tiene una negociación con Chile, adelante, siempre que respete lo que dice el Tratado de 1929; es decir que si Chile otorga una salida al mar a Bolivia por territorios que antes fueron del Perú, entonces el Perú debe dar su conformidad.
Lo que debe preocupar al pueblo boliviano es el cambio de estrategia de su Presidente que del tradicional y nacionalista grito de “Mar soberano” para Bolivia, ahora parece sentirse más cómodo con uno más pragmático: “Mar por Gas”. Evo ya no habla de soberanía.
Romper este principio trae complicaciones en el siempre delicado terreno internacional. El problema es que se compromete no sólo a los más altos dignatarios, sino al país en general.
Ante un debate internacional, nadie en su sano juicio podría manifestarse en contra del jefe del Estado. Pero el jefe del Estado debiera estar a la altura de sus responsabilidades.
Las relaciones internacionales son institucionales, no personales.
Insinuar “acuerdos bajo la mesa”, donde solo hay conversaciones bilaterales –reservadas, es cierto, como deben de ser- es un error.
Lo que se genera es una suspicacia entre los vecinos. El efecto inmediato es el escalamiento del nivel de deterioro de nuestras relaciones.
Por eso, hace bien el ex presidente Alejandro Toledo recomendar al jefe del Estado prudencia y tino al afirmar aspectos sustantivos de nuestra política internacional.
La demanda marítima de nuestro país ante La Haya es un tema de dos Estados soberanos y democráticos (Perú y Chile).
La demanda marítima es además un asunto de Estado.
Empezó en el gobierno anterior cuando se trazó las Líneas de Base y se configuró la controversia jurídica que permitió acudir a La Haya; continuó en este gobierno con la demanda misma; y su resultado se alcanzará en el próximo gobierno.
Nuestros hermanos bolivianos no deben sentirse preocupados por ello.
Si Bolivia tiene una negociación con Chile, adelante, siempre que respete lo que dice el Tratado de 1929; es decir que si Chile otorga una salida al mar a Bolivia por territorios que antes fueron del Perú, entonces el Perú debe dar su conformidad.
Lo que debe preocupar al pueblo boliviano es el cambio de estrategia de su Presidente que del tradicional y nacionalista grito de “Mar soberano” para Bolivia, ahora parece sentirse más cómodo con uno más pragmático: “Mar por Gas”. Evo ya no habla de soberanía.
23 agosto, 2009
Alan García insinúa acuerdo bajo la mesa entre Bolivia y Chile
El Presidente Alan García ha variado nuevamente el eje de la agenda. En una entrevista ofrecida al Diario La Tercera de Chile afirma que la hostilidad de Evo Morales con el Perú podría ser porque Bolivia ya tiene un acuerdo debajo de la mesa con Chile. Estas declaraciones han sido rechazadas por la cancillería chilena y es previsible que encrespe aún más las relaciones entre Lima y La Paz.
No es una buena fórmula ventilar los temas de política internacional en los medios y menos si la propuesta en lugar de acercar posiciones las distancia; salvo que se busque desviar la atención pública, algo que el “avezado lector de Maquiavelo” –así llaman a García en Chile- ha conseguido, magistralmente, una vez más. Aquí un extracto de la entrevista:
(…)
-Cuando usted asumió había una gran expectativa de mejoría de las relaciones con Chile, enfocadas en los temas de futuro. Sin embargo, la demanda de su gobierno en La Haya hizo retroceder a asuntos del pasado.
Es natural que la demanda en La Haya suscite resquemores en Chile. Pero un día se entenderá que en vez de discutir el tema por la prensa o comprando cañones, lo mejor es poner las cosas civilizadamente en las instituciones creadas para eso. El tema de la frontera marítima no lo veo solamente como una reivindicación o un mal cálculo en el momento de hacer un acuerdo entre países, sino también como un tema económico. Los últimos cientos de kilómetros de Perú hacia el sur no tienen mar y eso no es justo ni equitativo. Estoy seguro de que las entidades internacionales que no tienen recuerdos del pasado ni de los conflictos juzgarán de manera fría y racional este tema. Y nosotros acataremos lo que diga la corte y estoy seguro que Chile también, porque es una sociedad muy inteligente.
-¿Los costos de introducir ese tema en las relaciones diplomáticas pueden terminar siendo mayores que los beneficios?Eso es sólo ver el lado malo de las cosas. En el intercambio comercial entre Chile y Perú en los últimos tres años hemos dado un salto gigantesco. La inversión chilena está llegando. A veces me pregunto si tengo mejores relaciones con las empresas y los inversionistas chilenos que con otros sectores. Ahora, si se prefiere escuchar lo que dicen las encuestas, va a encontrar las respuestas de siempre, emocionales, sin ninguna significación a mediano plazo. Pero, además, en Chile tienen que entender que no quedaba otro camino que recurrir a La Haya. Porque para construir el futuro hay que cerrar temas de atrás, temas tan peliagudos como que haya un pedazo ínfimo de mar para los pescadores del sur del Perú.
(…)
-Evo Morales ha dicho que la demanda en La Haya perjudica las negociaciones entre Chile y Bolivia. También reclamó porque usted había dicho que pensaba que Bolivia ya había renunciado a buscar una salida al mar.Lo dije después de que él interviniera. Cuando Perú presenta su memorándum en La Haya, irrumpe en la escena un tercero que, como decimos en Perú, no tenía oficio en este tema. Y lo hace para decir que lo hemos hecho contra Bolivia. Francamente, no lo entiendo. Dije: oiga, este es un tema bilateral con la Cancillería chilena y usted tiene otro tema que es bilateral y el Perú no interviene. Usted negociará su asunto del mar, que viene cada cierto tiempo, como las olas del mar. Pero como hace tiempo no se escucha eso, me parece que usted ya renunció a toda aspiración. Simplemente dije eso. Como (Evo Morales) no puede pelear con Santiago, quiere pelear con Lima. Y quiere buscarse un adversario que tenga menor costo. Incluso mi amigo Evo dijo una cosa que me impresionó mucho. Dijo: "No podemos entrar en conflicto con Chile, porque de repente nos quita más territorio". Eso está escrito. Nosotros estamos tranquilos. Además, en el caso de Evo Morales, hay que entender los adjetivos de más que usa.
-¿Por qué hay que entenderlos?Porque a veces no detiene los adjetivos que se le vienen a la boca. Nos ha llenado de adjetivos muchas veces. Yo comprendo y no respondo esas cosas. El caso de La Haya es entre Lima y Santiago. No sé por qué tendría qué intervenir nuestro amigo Evo.
-Evo Morales reclama porque la demanda peruana es sobre la franja de mar que podría ser negociada con Santiago. Además, de acuerdo con el Tratado de 1929, Perú tiene que ser consultado y estar de acuerdo en el caso de que Chile decida cederle a Bolivia ex territorio peruano. Por lo tanto, la demanda invalida...(Subiendo el tono de voz) ¡¿Invalida qué?!, si no tiene ningún acuerdo con Chile. Parece que lo tuviera. Entonces habría que decirlo públicamente. Si ya lo tienen, entonces nos toca a nosotros esperar que nos consulten. Cuando el señor Evo Morales dice eso, significa que ya tienen un acuerdo. O lo tienen bajo la mesa. Tienen todo el derecho de tenerlo bajo la mesa también.
-¿Usted cree que lo tienen?No lo sé. Simplemente, digo que por los indicios parece que lo tienen. Y estaría bien. Los países tienen que dialogar. No se pueden pasar siglos quejándose unos de otros. Eso es lo único que explica que ahora haya una actitud tan cortés y a veces tan obsecuente con Santiago. Evo Morales ya se ha jugado esa carta. Ahora lo que no veo es qué tiene que ver La Haya con eso. Si hubieran llegado a un acuerdo que después consulten con el Perú.
-En todo caso, la demanda en La Haya sí dificulta la negociación de un corredor por Arica.No necesariamente. La reclamación peruana, que es el punto medio, deja un espacio suficiente para que, si Chile quiere, llegue a un acuerdo con Bolivia. Según las palabras de Evo Morales, debo entender que eso ya está negociado y que el Perú lo está obstaculizando. Pero bueno, si no se han puesto de acuerdo, que nos informen cuando lo hagan y ahí veremos qué hacemos.
-En Santiago y en La Paz hay sectores que estiman que Perú siempre va a vetar cualquier acuerdo por ex territorios peruanos. Las dos últimas ocasiones en que estuvieron cerca, Charaña (1978) y Gas por Mar (2003), Perú obstaculizó esas fórmulas.Quiero ser muy claro en esto: Perú no será obstáculo para que se solucione un viejo problema en el cual Bolivia tiene mucho de razón. Queremos que haya la mayor amistad entre Perú, Chile y Bolivia. Respecto de Charaña, era un acuerdo entre dos gobernantes dictatoriales. Cuando se habló de Gas por Mar, el tema fue que estábamos interesados en que la salida del gas boliviano se hiciera por territorio peruano.
-¿Usted atribuye parte de sus problemas con Evo Morales a la influencia de Hugo Chávez?
Usted lo dice.
(Por Cristián Bofill, desde Lima - 23/08/2009 - 09:14 )
No es una buena fórmula ventilar los temas de política internacional en los medios y menos si la propuesta en lugar de acercar posiciones las distancia; salvo que se busque desviar la atención pública, algo que el “avezado lector de Maquiavelo” –así llaman a García en Chile- ha conseguido, magistralmente, una vez más. Aquí un extracto de la entrevista:
(…)
-Cuando usted asumió había una gran expectativa de mejoría de las relaciones con Chile, enfocadas en los temas de futuro. Sin embargo, la demanda de su gobierno en La Haya hizo retroceder a asuntos del pasado.
Es natural que la demanda en La Haya suscite resquemores en Chile. Pero un día se entenderá que en vez de discutir el tema por la prensa o comprando cañones, lo mejor es poner las cosas civilizadamente en las instituciones creadas para eso. El tema de la frontera marítima no lo veo solamente como una reivindicación o un mal cálculo en el momento de hacer un acuerdo entre países, sino también como un tema económico. Los últimos cientos de kilómetros de Perú hacia el sur no tienen mar y eso no es justo ni equitativo. Estoy seguro de que las entidades internacionales que no tienen recuerdos del pasado ni de los conflictos juzgarán de manera fría y racional este tema. Y nosotros acataremos lo que diga la corte y estoy seguro que Chile también, porque es una sociedad muy inteligente.
-¿Los costos de introducir ese tema en las relaciones diplomáticas pueden terminar siendo mayores que los beneficios?Eso es sólo ver el lado malo de las cosas. En el intercambio comercial entre Chile y Perú en los últimos tres años hemos dado un salto gigantesco. La inversión chilena está llegando. A veces me pregunto si tengo mejores relaciones con las empresas y los inversionistas chilenos que con otros sectores. Ahora, si se prefiere escuchar lo que dicen las encuestas, va a encontrar las respuestas de siempre, emocionales, sin ninguna significación a mediano plazo. Pero, además, en Chile tienen que entender que no quedaba otro camino que recurrir a La Haya. Porque para construir el futuro hay que cerrar temas de atrás, temas tan peliagudos como que haya un pedazo ínfimo de mar para los pescadores del sur del Perú.
(…)
-Evo Morales ha dicho que la demanda en La Haya perjudica las negociaciones entre Chile y Bolivia. También reclamó porque usted había dicho que pensaba que Bolivia ya había renunciado a buscar una salida al mar.Lo dije después de que él interviniera. Cuando Perú presenta su memorándum en La Haya, irrumpe en la escena un tercero que, como decimos en Perú, no tenía oficio en este tema. Y lo hace para decir que lo hemos hecho contra Bolivia. Francamente, no lo entiendo. Dije: oiga, este es un tema bilateral con la Cancillería chilena y usted tiene otro tema que es bilateral y el Perú no interviene. Usted negociará su asunto del mar, que viene cada cierto tiempo, como las olas del mar. Pero como hace tiempo no se escucha eso, me parece que usted ya renunció a toda aspiración. Simplemente dije eso. Como (Evo Morales) no puede pelear con Santiago, quiere pelear con Lima. Y quiere buscarse un adversario que tenga menor costo. Incluso mi amigo Evo dijo una cosa que me impresionó mucho. Dijo: "No podemos entrar en conflicto con Chile, porque de repente nos quita más territorio". Eso está escrito. Nosotros estamos tranquilos. Además, en el caso de Evo Morales, hay que entender los adjetivos de más que usa.
-¿Por qué hay que entenderlos?Porque a veces no detiene los adjetivos que se le vienen a la boca. Nos ha llenado de adjetivos muchas veces. Yo comprendo y no respondo esas cosas. El caso de La Haya es entre Lima y Santiago. No sé por qué tendría qué intervenir nuestro amigo Evo.
-Evo Morales reclama porque la demanda peruana es sobre la franja de mar que podría ser negociada con Santiago. Además, de acuerdo con el Tratado de 1929, Perú tiene que ser consultado y estar de acuerdo en el caso de que Chile decida cederle a Bolivia ex territorio peruano. Por lo tanto, la demanda invalida...(Subiendo el tono de voz) ¡¿Invalida qué?!, si no tiene ningún acuerdo con Chile. Parece que lo tuviera. Entonces habría que decirlo públicamente. Si ya lo tienen, entonces nos toca a nosotros esperar que nos consulten. Cuando el señor Evo Morales dice eso, significa que ya tienen un acuerdo. O lo tienen bajo la mesa. Tienen todo el derecho de tenerlo bajo la mesa también.
-¿Usted cree que lo tienen?No lo sé. Simplemente, digo que por los indicios parece que lo tienen. Y estaría bien. Los países tienen que dialogar. No se pueden pasar siglos quejándose unos de otros. Eso es lo único que explica que ahora haya una actitud tan cortés y a veces tan obsecuente con Santiago. Evo Morales ya se ha jugado esa carta. Ahora lo que no veo es qué tiene que ver La Haya con eso. Si hubieran llegado a un acuerdo que después consulten con el Perú.
-En todo caso, la demanda en La Haya sí dificulta la negociación de un corredor por Arica.No necesariamente. La reclamación peruana, que es el punto medio, deja un espacio suficiente para que, si Chile quiere, llegue a un acuerdo con Bolivia. Según las palabras de Evo Morales, debo entender que eso ya está negociado y que el Perú lo está obstaculizando. Pero bueno, si no se han puesto de acuerdo, que nos informen cuando lo hagan y ahí veremos qué hacemos.
-En Santiago y en La Paz hay sectores que estiman que Perú siempre va a vetar cualquier acuerdo por ex territorios peruanos. Las dos últimas ocasiones en que estuvieron cerca, Charaña (1978) y Gas por Mar (2003), Perú obstaculizó esas fórmulas.Quiero ser muy claro en esto: Perú no será obstáculo para que se solucione un viejo problema en el cual Bolivia tiene mucho de razón. Queremos que haya la mayor amistad entre Perú, Chile y Bolivia. Respecto de Charaña, era un acuerdo entre dos gobernantes dictatoriales. Cuando se habló de Gas por Mar, el tema fue que estábamos interesados en que la salida del gas boliviano se hiciera por territorio peruano.
-¿Usted atribuye parte de sus problemas con Evo Morales a la influencia de Hugo Chávez?
Usted lo dice.
(Por Cristián Bofill, desde Lima - 23/08/2009 - 09:14 )
21 agosto, 2009
En defensa del Blog y los Bloggers
El reconocimiento que acaba de obtener Marcos Sifuentes en la encuesta del Poder, la absurda denuncia por un millón de dólares contra Alejandro Godoy y el intento del gobierno por silenciar a los bloggers, me hicieron rescatar estas líneas escritas hace un tiempo sobre lo que considero es un blog. En ellas va mi solidaridad con todos aquellos que con frescura, irreverencia, pero con respeto, lanzan sus ideas al espacio infinito... y más allá.
"En términos simples un blog es un registro en línea. Un espacio virtual que se llena con lo que se quiere o se puede.
Un blog puede ser cualquier cosa: un diario íntimo, un sitio de información, un cuaderno de bitácora, una agenda de viaje, una libreta de reportero, una columna de opinión, un archivo o un Cajón de Sastre.
Pero, básicamente, el blog es una extensión de libertad.
Un blog es a veces un encuentro con uno mismo. El espejo en el que nos mostramos como queremos que nos vean. O quizás como realmente somos.
El blog puede ser un pasatiempo divertido, una forma creativa de aprovechar el tiempo o también una aburrida pérdida de tiempo.
Si un bloguer es exhibicionista, un consumidor de blogs tiene algo de vouyeur. Ambos se encuentran husmeando siempre en territorio ajeno.
El blog es también una herramienta, un instrumento, una cota, un arma.
Si aborda temas personales, es lo más parecido a un diario íntimo develado. Si ingresa al terreno social o político se transforma en columna de opinión.
El blog es tan variado y anchuroso que puede ser simplemente un archivo ordenado y cronológico de naderías.
En ocasiones el blog puede transformarse en expresión de “la mayoría silenciosa”. En ese sentido, adquiere la voz de los que no tienen voz.
Los blogs son correas de transmisión del pensamiento. Un referente para una comunidad virtual.
En un ambiente informativo enrarecido por mass media hechizados, paralizados, comprometidos, con el poder de turno, los blogs airean la prensa monocorde.
Algunos blogs compiten con los medios informativos tradicionales y aspiran o amenazan en convertirse en un poder fáctico en sí mismos.
El blog es un producto de la globalización. Una señal que nos identifica como ciudadanos del mundo. Urbi et Orbi. A la ciudad y al mundo.
Un blog es un punto en medio del caos infinito.
Es el resultado de la democratización de la tecnología.
El blog circula en el ciberespacio libre y ancho. Las ideas también. Ergo: el blog es ancho y libre".
(Escrito el 31 de agosto de 2007).
"En términos simples un blog es un registro en línea. Un espacio virtual que se llena con lo que se quiere o se puede.
Un blog puede ser cualquier cosa: un diario íntimo, un sitio de información, un cuaderno de bitácora, una agenda de viaje, una libreta de reportero, una columna de opinión, un archivo o un Cajón de Sastre.
Pero, básicamente, el blog es una extensión de libertad.
Un blog es a veces un encuentro con uno mismo. El espejo en el que nos mostramos como queremos que nos vean. O quizás como realmente somos.
El blog puede ser un pasatiempo divertido, una forma creativa de aprovechar el tiempo o también una aburrida pérdida de tiempo.
Si un bloguer es exhibicionista, un consumidor de blogs tiene algo de vouyeur. Ambos se encuentran husmeando siempre en territorio ajeno.
El blog es también una herramienta, un instrumento, una cota, un arma.
Si aborda temas personales, es lo más parecido a un diario íntimo develado. Si ingresa al terreno social o político se transforma en columna de opinión.
El blog es tan variado y anchuroso que puede ser simplemente un archivo ordenado y cronológico de naderías.
En ocasiones el blog puede transformarse en expresión de “la mayoría silenciosa”. En ese sentido, adquiere la voz de los que no tienen voz.
Los blogs son correas de transmisión del pensamiento. Un referente para una comunidad virtual.
En un ambiente informativo enrarecido por mass media hechizados, paralizados, comprometidos, con el poder de turno, los blogs airean la prensa monocorde.
Algunos blogs compiten con los medios informativos tradicionales y aspiran o amenazan en convertirse en un poder fáctico en sí mismos.
El blog es un producto de la globalización. Una señal que nos identifica como ciudadanos del mundo. Urbi et Orbi. A la ciudad y al mundo.
Un blog es un punto en medio del caos infinito.
Es el resultado de la democratización de la tecnología.
El blog circula en el ciberespacio libre y ancho. Las ideas también. Ergo: el blog es ancho y libre".
(Escrito el 31 de agosto de 2007).
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19 agosto, 2009
Paucartambo: la protesta de la abundancia
La protesta de la comunidad de Paucartambo, no es fruto de la escasez, sino de la abundancia. A diferencia de otros lugares que demandan mayor presencia del Estado o aumento presupuestal para obras de infraestructura, los comuneros de esta zona de Pasco, reclaman el uso productivo del fondo de fideicomiso creado por la empresa privada que administra la Central Hidroeléctrica de Yuncán.
No faltan recursos. Existen. No son del Estado. Provienen de la empresa privada. Pero no se sabe cómo gastarlos.
En este caso, se trata de un modelo de gestión mediante el cual el Estado entrega a los privados el aprovechamiento de los ríos Paucartambo y Huanchón para la producción y comercialización de electricidad. Es un contrato de usufructo que deja como beneficio para las comunidades impactadas un aporte general de 24 millones de dólares en los 30 años de concesión.
Para administrar ese Fondo Social se creó un comité de gestión que, según los dirigentes comunales, en siete meses ha pagado sueldos por 196 mil soles en asesorías para adquirir una ambulancia, una motocicleta y un programa de apoyo a la educación. Nada más.
Nuevamente el problema es la incapacidad de gestión para invertir los fondos.
En asamblea, los pobladores de Paucartambo decidieron que parte del Fondo Social se utilice para comprar fertilizantes; un insumo básico para la agricultura. Como nadie les hizo caso su protesta desbordó la paciencia y tomaron las instalaciones de la hidroeléctrica.
La respuesta del Estado fue enviar un grupo de policías a negociar. Cuando éstos fallaron acudieron el propio director de la Policía Nacional y el viceministro del Interior. En la práctica, resolvieron el conflicto, evitaron un baño de sangre, pero de nada les valió. El viceministro fue desaforado de su cargo y los dirigentes comuneros serán llevados a proceso acusados de secuestro.
No se puede cometer tantos errores en el manejo de las crisis sociales.
La protesta de Paucartambo revela que la interlocución entre gobernantes y gobernados está en crisis.
Los fondos de fideicomiso fueron creados para que las zonas más pobres se beneficiaran del usufructo de las riquezas naturales asentadas en sus territorios: minerales, hidrocarburos o fuentes de energía renovables.
Era una forma de demostrar que el capital privado, la riqueza, genera desarrollo tangible, inmediato, en la zona de impacto ambiental del recurso. Era al mismo tiempo una fórmula para disminuir el recelo de las comunidades ante la llegada de inversionistas.
La protesta de los comuneros de Paucartambo es válida. Ellos reclaman que se compre fertilizantes para producir alimentos, pastos para su ganado. Y no quieren que el dinero sea administrado por el Banco Agrario porque saben que además de los intereses que les cobren, al final, el fondo se lo comerá la burocracia estatal.
Los policías no deben negociar. Correcto. Pero nadie dice que este gobierno eliminó los canales de interlocución existentes como el CND y el INDEPA que tenían asiento en el Consejo de Ministros.
El fondo del fideicomiso debe invertirse en proyectos productivos, pero también en insumos –como el fertilizante que se reclama– que permita que la gente siga viviendo y siga creyendo que la inversión en sus tierras les trae un beneficio concreto.
Para los comuneros de Paucartambo la idea de cornucopia no arroja monedas, sino frutos de la tierra.
No faltan recursos. Existen. No son del Estado. Provienen de la empresa privada. Pero no se sabe cómo gastarlos.
En este caso, se trata de un modelo de gestión mediante el cual el Estado entrega a los privados el aprovechamiento de los ríos Paucartambo y Huanchón para la producción y comercialización de electricidad. Es un contrato de usufructo que deja como beneficio para las comunidades impactadas un aporte general de 24 millones de dólares en los 30 años de concesión.
Para administrar ese Fondo Social se creó un comité de gestión que, según los dirigentes comunales, en siete meses ha pagado sueldos por 196 mil soles en asesorías para adquirir una ambulancia, una motocicleta y un programa de apoyo a la educación. Nada más.
Nuevamente el problema es la incapacidad de gestión para invertir los fondos.
En asamblea, los pobladores de Paucartambo decidieron que parte del Fondo Social se utilice para comprar fertilizantes; un insumo básico para la agricultura. Como nadie les hizo caso su protesta desbordó la paciencia y tomaron las instalaciones de la hidroeléctrica.
La respuesta del Estado fue enviar un grupo de policías a negociar. Cuando éstos fallaron acudieron el propio director de la Policía Nacional y el viceministro del Interior. En la práctica, resolvieron el conflicto, evitaron un baño de sangre, pero de nada les valió. El viceministro fue desaforado de su cargo y los dirigentes comuneros serán llevados a proceso acusados de secuestro.
No se puede cometer tantos errores en el manejo de las crisis sociales.
La protesta de Paucartambo revela que la interlocución entre gobernantes y gobernados está en crisis.
Los fondos de fideicomiso fueron creados para que las zonas más pobres se beneficiaran del usufructo de las riquezas naturales asentadas en sus territorios: minerales, hidrocarburos o fuentes de energía renovables.
Era una forma de demostrar que el capital privado, la riqueza, genera desarrollo tangible, inmediato, en la zona de impacto ambiental del recurso. Era al mismo tiempo una fórmula para disminuir el recelo de las comunidades ante la llegada de inversionistas.
La protesta de los comuneros de Paucartambo es válida. Ellos reclaman que se compre fertilizantes para producir alimentos, pastos para su ganado. Y no quieren que el dinero sea administrado por el Banco Agrario porque saben que además de los intereses que les cobren, al final, el fondo se lo comerá la burocracia estatal.
Los policías no deben negociar. Correcto. Pero nadie dice que este gobierno eliminó los canales de interlocución existentes como el CND y el INDEPA que tenían asiento en el Consejo de Ministros.
El fondo del fideicomiso debe invertirse en proyectos productivos, pero también en insumos –como el fertilizante que se reclama– que permita que la gente siga viviendo y siga creyendo que la inversión en sus tierras les trae un beneficio concreto.
Para los comuneros de Paucartambo la idea de cornucopia no arroja monedas, sino frutos de la tierra.
17 agosto, 2009
En busca del outsider
El 47% de los peruanos quiere un nuevo candidato presidencial, señala una reciente encuesta de Ipsos Apoyo. Solo el 45% se considera representado por alguno de los candidatos actuales. Tal parece que seguimos en búsqueda de un outsider.
Este porcentaje tan alto de gente esperanzada en un candidato de última hora sería un síntoma del desencanto que produce la política.
La cifra revelaría en realidad la enorme sensación de frustración que tienen los ciudadanos al contrastar la realidad con sus expectativas de un Estado eficiente al servicio de las mayorías.
Esa gente, peruanos sufridos que viven el día a día, cifran su esperanza en un candidato desconocido; un hombre o mujer que salga de atrás, que irrumpa de la nada y que nos envuelva de esperanza.
¿Qué pide esa masa contundente de peruanos de a pie cansados de la mecida, la desidia y el latrocinio?
Que la política no sea una entelequia, entendida como sueño, quimera o fantasía; sino que recupere su concepción aristotélica de fuerza interior que impulsa el desarrollo de las cosas.
Que la política no esté más asociada a palabras como contubernio, negociado o corrupción.
Que los intereses de la política sean públicos y no privados.
Que la política, trate de los asuntos prácticos de la vida. Y los resuelva.
Que la Educación sea útil a los futuros ciudadanos y los incorpore activa y competitivamente al mercado laboral.
Que el servicio de Salud pueda salvarle la vida a uno, sin que primero le digan que pague en caja para operarlo.
Que el servicio de Transporte público funcione con orden y eficiencia. Que no se rompan las pistas por gusto.
Que la Justicia sea producto de la razón y no de abogados, fiscales, jueces y secretarios aceitados.
Que los congresistas legislen en nombre de las mayorías y no de intereses privados.
Que los pobres sean titulados si tienen tierra y que el Estado les redistribuya nuevas tierras si no la tienen.
Que se amplíen los servicios de agua, desagüe y energía.
Cosas prácticas, cosas diarias. En suma, esta gente busca que la política trate de mí, de ti, de todos.
Este porcentaje tan alto de gente esperanzada en un candidato de última hora sería un síntoma del desencanto que produce la política.
La cifra revelaría en realidad la enorme sensación de frustración que tienen los ciudadanos al contrastar la realidad con sus expectativas de un Estado eficiente al servicio de las mayorías.
Esa gente, peruanos sufridos que viven el día a día, cifran su esperanza en un candidato desconocido; un hombre o mujer que salga de atrás, que irrumpa de la nada y que nos envuelva de esperanza.
¿Qué pide esa masa contundente de peruanos de a pie cansados de la mecida, la desidia y el latrocinio?
Que la política no sea una entelequia, entendida como sueño, quimera o fantasía; sino que recupere su concepción aristotélica de fuerza interior que impulsa el desarrollo de las cosas.
Que la política no esté más asociada a palabras como contubernio, negociado o corrupción.
Que los intereses de la política sean públicos y no privados.
Que la política, trate de los asuntos prácticos de la vida. Y los resuelva.
Que la Educación sea útil a los futuros ciudadanos y los incorpore activa y competitivamente al mercado laboral.
Que el servicio de Salud pueda salvarle la vida a uno, sin que primero le digan que pague en caja para operarlo.
Que el servicio de Transporte público funcione con orden y eficiencia. Que no se rompan las pistas por gusto.
Que la Justicia sea producto de la razón y no de abogados, fiscales, jueces y secretarios aceitados.
Que los congresistas legislen en nombre de las mayorías y no de intereses privados.
Que los pobres sean titulados si tienen tierra y que el Estado les redistribuya nuevas tierras si no la tienen.
Que se amplíen los servicios de agua, desagüe y energía.
Cosas prácticas, cosas diarias. En suma, esta gente busca que la política trate de mí, de ti, de todos.
15 agosto, 2009
Las ideologías y el Estado eficaz
Parafraseando la célebre frase de Haya de la Torre “Ni Washington ni Moscú sólo el Apra salvará al Perú”, Alejandro Toledo acaba de acuñar una variante de lo más provocadora en una entrevista ofrecida a La República: “Ni izquierdas ni derechas sólo la eficacia salvará al Perú”.
Dice el ex Presidente: “… ser de izquierda o derecha no ayuda a entender lo que pasa hoy en el Perú y el mundo. Esta es una división del pensamiento político basada en posiciones ideológicas del pasado, son paradigmas rotos. Hoy tenemos que hablar de políticas eficaces e ineficaces, de planteamientos que lleven a resolver la crisis económica, generar puestos de trabajo, servicios de salud, etc. Mi punto es que ni las izquierdas ni las derechas, sólo la eficacia salvará al Perú. Cuando digo eso me refiero exactamente a entregar resultados concretos y medibles para los más pobres. No nos quedamos atrapados en las ideologías, sino que avanzamos hacia la praxis de desarrollar una política económica responsable”.
El debate en torno a la ideología no ha terminado ni desde que Francis Fukuyama anunció el fin de la historia y el triunfo del neoliberalismo democrático, ni desde que el propio Fukuyama se retiró del grupo neoconservador que alentó el intervencionismo norteamericano en el Golfo Pérsico que al comienzo el mismo alentó y apoyó.
El debate en torno a las ideologías como forma de entender y ver el mundo se mantiene. Lo que ha caducado es la ideología pura como instrumento de gobierno, o como prisma para modelar procesos de gestión. Las ideas compartidas por grupos sociales sobre determinados hechos y circunstancias siguen vigentes. Lo que no se puede admitir es que esos puntos de vista se mantengan en el ejercicio del poder por el sólo hecho de pertenecer a un grupo.
Ni la derecha por sí sola con su vocación por el mercado y las inversiones de aquí o de allá, ni la izquierda con su sentido social de ayudar a los más pobres pueden por sí solas resolver la tarea de gobernar con sentido de justicia.
Se necesita una dosis de ambos. El mercado es un regulador natural de las fuerzas económicas, pero hay grupos sociales que viven en situación de desventaja social –desnutridos física y competitivamente- a los que el Estado debe ayudar a que tengan igualdad de oportunidades.
Es el caso del Programa “Juntos”. Desde una concepción conservadora de derecha, los organismos internacionales se oponían al principio al funcionamiento de este instrumento de ayuda a los más pobres.
El Estado no puede entregar dinero a la gente, reflexionaban desde su trinchera ideológica.
Pero, es el caso, de gente que vive olvidada por todos, que no puede esperar a que la economía crezca y le llegue el desarrollo a cuentagotas; que necesita un mínimo de servicios (Nutrición, Salud, Educación), no digo para competir, muchas veces, para vivir.
Es gente que no entiende de ideologías, ni debates académicos. Es gente que espera que los ciudadanos mejor preparados que manejan el Estado se acuerden de ellos. Es gente que quiere un Estado eficaz.
Dice el ex Presidente: “… ser de izquierda o derecha no ayuda a entender lo que pasa hoy en el Perú y el mundo. Esta es una división del pensamiento político basada en posiciones ideológicas del pasado, son paradigmas rotos. Hoy tenemos que hablar de políticas eficaces e ineficaces, de planteamientos que lleven a resolver la crisis económica, generar puestos de trabajo, servicios de salud, etc. Mi punto es que ni las izquierdas ni las derechas, sólo la eficacia salvará al Perú. Cuando digo eso me refiero exactamente a entregar resultados concretos y medibles para los más pobres. No nos quedamos atrapados en las ideologías, sino que avanzamos hacia la praxis de desarrollar una política económica responsable”.
El debate en torno a la ideología no ha terminado ni desde que Francis Fukuyama anunció el fin de la historia y el triunfo del neoliberalismo democrático, ni desde que el propio Fukuyama se retiró del grupo neoconservador que alentó el intervencionismo norteamericano en el Golfo Pérsico que al comienzo el mismo alentó y apoyó.
El debate en torno a las ideologías como forma de entender y ver el mundo se mantiene. Lo que ha caducado es la ideología pura como instrumento de gobierno, o como prisma para modelar procesos de gestión. Las ideas compartidas por grupos sociales sobre determinados hechos y circunstancias siguen vigentes. Lo que no se puede admitir es que esos puntos de vista se mantengan en el ejercicio del poder por el sólo hecho de pertenecer a un grupo.
Ni la derecha por sí sola con su vocación por el mercado y las inversiones de aquí o de allá, ni la izquierda con su sentido social de ayudar a los más pobres pueden por sí solas resolver la tarea de gobernar con sentido de justicia.
Se necesita una dosis de ambos. El mercado es un regulador natural de las fuerzas económicas, pero hay grupos sociales que viven en situación de desventaja social –desnutridos física y competitivamente- a los que el Estado debe ayudar a que tengan igualdad de oportunidades.
Es el caso del Programa “Juntos”. Desde una concepción conservadora de derecha, los organismos internacionales se oponían al principio al funcionamiento de este instrumento de ayuda a los más pobres.
El Estado no puede entregar dinero a la gente, reflexionaban desde su trinchera ideológica.
Pero, es el caso, de gente que vive olvidada por todos, que no puede esperar a que la economía crezca y le llegue el desarrollo a cuentagotas; que necesita un mínimo de servicios (Nutrición, Salud, Educación), no digo para competir, muchas veces, para vivir.
Es gente que no entiende de ideologías, ni debates académicos. Es gente que espera que los ciudadanos mejor preparados que manejan el Estado se acuerden de ellos. Es gente que quiere un Estado eficaz.
06 agosto, 2009
América Latina: Yanquis, Go Home! ¿Otra vez?
El tablero político latinoamericano está movido.
A la crisis hondureña por el poder -no resuelta hasta el momento-, se suma la instalación en Colombia de siete bases militares norteamericanas para luchar contra el narcotráfico y el terrorismo.
Estos hechos aislados y diferentes en su naturaleza están interrelacionados con un debate mayor que atraviesa la región de punta a punta: la pugna entre dos modelos económicos que han hecho de esta región un escenario de confrontación.
En el caso de Honduras hoy es más claro que el presidente Zelaya fue depuesto para evitar el avance del modelo chavista de perpetuación en el poder.
Quizás por eso, Estados Unidos no se ha mostrado tan entusiasta a la hora de defender al presidente democráticamente elegido en Honduras.
Y quizás también por eso la Organización de Estados Americanos no ha podido hacer más que auspiciar un mecanismo de mediación, el del presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
La respuesta de Micheletti ha sido su permanencia en el poder y la de Zelaya recuperar su gobierno por la fuerza reclamando, en todos los tonos, la intervención directa de los Estados Unidos.
El gobierno de Obama ha permanecido más bien quieto. En donde sí ha mostrado más interés –para desesperación de Chávez que empieza a ver cómo se difumina el Obama cercano a América Latina de Trinidad y Tobago- es en el caso colombiano.
A las bases militares de Larandia (Caquetá) y Tolemaida (Cundinamarca) que Estados Unidos ya controlaba hace diez años, gracias al Plan Colombia, se suman las bases de Malambo (Atlántico), Apiay (Villavicencio) y Palanquero (Cundinamarca), así como Bahía Málaga (Valle) y Cartagena.
Estados Unidos tendrá libertad de aterrizaje en estos siete puntos y más si fuera necesario, pero no podrá aumentar el número de tropas.
Para buscar la comprensión del vecindario, el presidente Uribe se encuentra en una gira relámpago por Sudamérica, pero la opinión del barrio está dividida. Venezuela, Bolivia y Brasil rechazan la medida. Perú la apoya, mientras Chile se mantiene neutral. Argentina no ha dicho nada públicamente.
El presidente Hugo Chávez ve en la decisión colombiana el origen de una futura guerra en la región. "Estas bases podrían ser el inicio de una guerra en Sudamérica. Se trata de los yanquis, la nación más agresora de la historia de la humanidad", acaba de decir en el Palacio de Miraflores.
Para pasar de la palabra a la acción Chávez ha congelado las relaciones diplomáticas con Colombia y ha anunciado el corte comercial entre ambos países.
Si consideramos el rompimiento de relaciones entre Ecuador y Colombia hace más de un año y las constantes provocaciones del Presidente boliviano Evo Morales con el Perú colocando nuestras relaciones en permanente incertidumbre, tenemos un escenario vulnerable por donde se lo mire.
Para añadir más condimento al caldo, el líder cubano, Fidel Castro acaba de escribir un artículo en “Cubadebate” en el que defiende el derecho de Venezuela a armarse ante la instalación de bases militares norteamericanas en Colombia.
Los países sudamericanos tienen previsto reunirse este 10 de agosto en Quito alrededor de la UNASUR. Uno de los puntos de agenda será, sin duda, la decisión de Colombia. Ocasión en que el tablero regional se moverá para uno y otro lado. Veremos si el chavismo logra imponer un grito que no se escuchaba hace mucho tiempo: Yanquis, Go Home!
A la crisis hondureña por el poder -no resuelta hasta el momento-, se suma la instalación en Colombia de siete bases militares norteamericanas para luchar contra el narcotráfico y el terrorismo.
Estos hechos aislados y diferentes en su naturaleza están interrelacionados con un debate mayor que atraviesa la región de punta a punta: la pugna entre dos modelos económicos que han hecho de esta región un escenario de confrontación.
En el caso de Honduras hoy es más claro que el presidente Zelaya fue depuesto para evitar el avance del modelo chavista de perpetuación en el poder.
Quizás por eso, Estados Unidos no se ha mostrado tan entusiasta a la hora de defender al presidente democráticamente elegido en Honduras.
Y quizás también por eso la Organización de Estados Americanos no ha podido hacer más que auspiciar un mecanismo de mediación, el del presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
La respuesta de Micheletti ha sido su permanencia en el poder y la de Zelaya recuperar su gobierno por la fuerza reclamando, en todos los tonos, la intervención directa de los Estados Unidos.
El gobierno de Obama ha permanecido más bien quieto. En donde sí ha mostrado más interés –para desesperación de Chávez que empieza a ver cómo se difumina el Obama cercano a América Latina de Trinidad y Tobago- es en el caso colombiano.
A las bases militares de Larandia (Caquetá) y Tolemaida (Cundinamarca) que Estados Unidos ya controlaba hace diez años, gracias al Plan Colombia, se suman las bases de Malambo (Atlántico), Apiay (Villavicencio) y Palanquero (Cundinamarca), así como Bahía Málaga (Valle) y Cartagena.
Estados Unidos tendrá libertad de aterrizaje en estos siete puntos y más si fuera necesario, pero no podrá aumentar el número de tropas.
Para buscar la comprensión del vecindario, el presidente Uribe se encuentra en una gira relámpago por Sudamérica, pero la opinión del barrio está dividida. Venezuela, Bolivia y Brasil rechazan la medida. Perú la apoya, mientras Chile se mantiene neutral. Argentina no ha dicho nada públicamente.
El presidente Hugo Chávez ve en la decisión colombiana el origen de una futura guerra en la región. "Estas bases podrían ser el inicio de una guerra en Sudamérica. Se trata de los yanquis, la nación más agresora de la historia de la humanidad", acaba de decir en el Palacio de Miraflores.
Para pasar de la palabra a la acción Chávez ha congelado las relaciones diplomáticas con Colombia y ha anunciado el corte comercial entre ambos países.
Si consideramos el rompimiento de relaciones entre Ecuador y Colombia hace más de un año y las constantes provocaciones del Presidente boliviano Evo Morales con el Perú colocando nuestras relaciones en permanente incertidumbre, tenemos un escenario vulnerable por donde se lo mire.
Para añadir más condimento al caldo, el líder cubano, Fidel Castro acaba de escribir un artículo en “Cubadebate” en el que defiende el derecho de Venezuela a armarse ante la instalación de bases militares norteamericanas en Colombia.
Los países sudamericanos tienen previsto reunirse este 10 de agosto en Quito alrededor de la UNASUR. Uno de los puntos de agenda será, sin duda, la decisión de Colombia. Ocasión en que el tablero regional se moverá para uno y otro lado. Veremos si el chavismo logra imponer un grito que no se escuchaba hace mucho tiempo: Yanquis, Go Home!
02 agosto, 2009
Núcleos Ejecutores y Universidades
El Presidente García insiste en defender los Núcleos Ejecutores. La idea, en principio, no es mala. Ni nueva. Es una experiencia de autogestión comunal que se ha ido perfeccionando en el tiempo.
Empezó con Fujimori quien la utilizó para clientizar a los más pobres, desconociendo la institucionalidad local.
Durante el gobierno de Alejandro Toledo se encontró a los Núcleos Ejecutores manejados exclusivamente por el gobierno central a través de FONCODES.
Lo que se hizo fue descentralizar su operatividad a través de los gobiernos locales.
La idea era destinar recursos directamente a los más pobres para que pudieran mejorar su calidad de vida, fortaleciendo corredores económicos y microcuencas, con proyectos productivos no sólo de infraestructura, sino también empresas familiares en turismo, artesanía y agroexportación.
Era enseñar a pescar antes que regalar pescado.
El problema siempre fue cómo avanzar en la calidad del gasto. El asesoramiento técnico a las comunidades organizadas era siempre escaso. Las municipalidades y los gobiernos regionales tienen serias limitaciones presupuestales para contratar técnicos.
Entonces, qué hacer.
Una idea de un gran dinamismo social es extender el Servicio Civil de Graduandos (SECIGRA) para todas las carreras universitarias. Vincular a los jóvenes profesionales formados en las universidades públicas y privadas del país con los Núcleos Ejecutores del campo y la ciudad. Unir teoría y praxis.
Hoy esta opción de profesionalización –mediante la cual los universitarios realizan un año de trabajo de campo para obtener su licenciatura- existe sólo para estudiantes de Medicina, Odontología y Derecho.
Extender esta modalidad a todas las carreras universitarias sería emprender una verdadera reforma universitaria vinculando a jóvenes profesionales egresados de Ingeniería, Economía, Administración de Negocios, Hotelería, Gastronomía, etc. con la realidad y la potencialidad que ofrecen diversas ventanas de oportunidad del interior del país.
De esta manera, miles de jóvenes profesionales egresados de las universidades públicas y privadas se incorporarían rápidamente a trabajar con las comunidades campesinas, organizaciones rurales, barriales y juveniles, pero también con las municipalidades o gobiernos regionales, para asesorar técnicamente a nuestros hermanos del campo.
Es cuestión de tomar la iniciativa y llevarla adelante. Este el momento de invertir en la educación de los jóvenes. Sería una oportunidad maravillosa para formar generaciones de peruanos y peruanas vinculados al desarrollo de su país, aportando lo que aprendieron en las aulas y recogiendo lo que el pueblo, en la práctica, es capaz de enseñarle.
Se haría realidad la parte más constructiva de la arenga que a mediados del Siglo XIX lanzara Manuel Gonzales Prada, ¡Jóvenes a la obra!, pero, lo que es mejor, tendríamos seguramente ciudadanos profesionales que entenderían mejor a su país. Y comprometidos con su desarrollo.
Empezó con Fujimori quien la utilizó para clientizar a los más pobres, desconociendo la institucionalidad local.
Durante el gobierno de Alejandro Toledo se encontró a los Núcleos Ejecutores manejados exclusivamente por el gobierno central a través de FONCODES.
Lo que se hizo fue descentralizar su operatividad a través de los gobiernos locales.
La idea era destinar recursos directamente a los más pobres para que pudieran mejorar su calidad de vida, fortaleciendo corredores económicos y microcuencas, con proyectos productivos no sólo de infraestructura, sino también empresas familiares en turismo, artesanía y agroexportación.
Era enseñar a pescar antes que regalar pescado.
El problema siempre fue cómo avanzar en la calidad del gasto. El asesoramiento técnico a las comunidades organizadas era siempre escaso. Las municipalidades y los gobiernos regionales tienen serias limitaciones presupuestales para contratar técnicos.
Entonces, qué hacer.
Una idea de un gran dinamismo social es extender el Servicio Civil de Graduandos (SECIGRA) para todas las carreras universitarias. Vincular a los jóvenes profesionales formados en las universidades públicas y privadas del país con los Núcleos Ejecutores del campo y la ciudad. Unir teoría y praxis.
Hoy esta opción de profesionalización –mediante la cual los universitarios realizan un año de trabajo de campo para obtener su licenciatura- existe sólo para estudiantes de Medicina, Odontología y Derecho.
Extender esta modalidad a todas las carreras universitarias sería emprender una verdadera reforma universitaria vinculando a jóvenes profesionales egresados de Ingeniería, Economía, Administración de Negocios, Hotelería, Gastronomía, etc. con la realidad y la potencialidad que ofrecen diversas ventanas de oportunidad del interior del país.
De esta manera, miles de jóvenes profesionales egresados de las universidades públicas y privadas se incorporarían rápidamente a trabajar con las comunidades campesinas, organizaciones rurales, barriales y juveniles, pero también con las municipalidades o gobiernos regionales, para asesorar técnicamente a nuestros hermanos del campo.
Es cuestión de tomar la iniciativa y llevarla adelante. Este el momento de invertir en la educación de los jóvenes. Sería una oportunidad maravillosa para formar generaciones de peruanos y peruanas vinculados al desarrollo de su país, aportando lo que aprendieron en las aulas y recogiendo lo que el pueblo, en la práctica, es capaz de enseñarle.
Se haría realidad la parte más constructiva de la arenga que a mediados del Siglo XIX lanzara Manuel Gonzales Prada, ¡Jóvenes a la obra!, pero, lo que es mejor, tendríamos seguramente ciudadanos profesionales que entenderían mejor a su país. Y comprometidos con su desarrollo.
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