La reunión del
Presidente Ollanta Humala y del ex presidente Alejandro Toledo en Palacio de
Gobierno, siendo un acto democrático, usual en un país civilizado, ha sido
tomada por los demás grupos políticos bajo sospecha.
Una conversación
alturada, donde se trataron diversos temas de agenda nacional, con franqueza y
seriedad, ha sido resumida a tratativas para obtener cupos para la Mesa
Directiva del Congreso.
La agenda política
fue por un lado y la agenda mediática la cambió por otro.
Bajo la modalidad
de 1 + 1, los líderes de Gana Perú y Perú Posible conversaron en estricto
privado. Después de más de dos horas, se unieron dirigentes políticos de ambas
agrupaciones: Javier Reátegui, Carlos Ferrero, Marcial Ayaipoma, Carmen Omonte
y Luis Thais por Perú Posible y Freddy Otárola y Víctor Isla por Gana Perú.
Los temas conversados
fueron de índole nacional: el accionar del narcoterrorismo, los conflictos
sociales y las inversiones mineras, las relaciones Perú – Chile y el fallo de
La Haya, el aumento salarial a las Fuerzas Armadas y Policiales.
La tónica que usó
Perú Posible en esta parte de la reunión fue de absoluta franqueza y crítica
constructiva y directa de estos primeros once meses de gobierno.
El presidente escuchaba
y tomaba nota de cada una de las recomendaciones que planteaba la dirigencia de
PP.
Al final, Ollanta
Humala hizo una síntesis precisa de cada una de las intervenciones y repitió
pormenorizadamente las observaciones y propuestas que le hicieron, denotando
agudeza, inteligencia, memoria y capacidad de síntesis.
Quedaba claro que
la invitación del Presidente Humala fue a Perú Posible.
Nada de lo que se
dijo semejaba a una toma y daca. Ningún atisbo de negociaciones debajo de la
mesa. Al salir a la prensa, el ex presidente Toledo reiteró que Perú Posible no
apoya al gobierno, sino a la gobernabilidad. Esto en buen cristiano significa
que PP apoya todo aquello que considere positivo para el país y que se opondrá
a lo que sea contrario a este propósito.
Perú Posible –lo
dijo también Toledo en la rueda de Prensa– renunció hace tiempo a participar en
el Ejecutivo, sea asumiendo ministerios, embajadas u organismos públicos en
general.
Su ámbito de
acción se limitará al Poder Legislativo y, en ese contexto, pensando en lo que
para él mismo significó la conducción del país en el quinquenio 2001-2006, admitió
haber conversado con el presidente Humala sobre la futura Mesa Directiva del
Congreso y opinó que sería conveniente que el partido de gobierno continuara al
frente del Poder Legislativo con los respectivos contrapesos. Eso fue todo.
¿Se adelantó
Toledo en hacer este anuncio? ¿Debió consultarlo previamente con su bancada? Si
Toledo debió decir o no su posición es un cálculo que no tuvo en ese momento,
pero no deja de ser la posición del líder de la agrupación convocada a Palacio
de Gobierno.
Toledo habló en
representación de Perú Posible. ¿Puede alguien dejar de reconocerle ese
derecho? Como acaba de decir el propio presidente Ollanta Humala, “Perú Posible
es el buque insignia que hizo el trabajo a nivel nacional para lograr esa
importante votación que tuvieron, que permitió que otros partidos se
beneficiaran yendo al Congreso”.
Por otro lado, discrepar o asumir caminos diferentes no debe sorprender a nadie. Es parte de la vida política y de los objetivos planteados por cada estructura partidaria. Si los intereses no sólo difieren, sino que son contrapuestos o irrenunciables, entonces, no hay más remedio que sancionar las diferencias y resolver la alianza política, sin traumas ni rencores, sino con madurez, altura y respeto. El país necesita políticos maduros. Los aliados democráticos de hoy no pueden volverse enemigos acérrimos del mañana. Simplemente eligen su propio camino en pos de un mismo objetivo.
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